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Walter Grahovac: “Calificar hoy sería una injusticia”

El Ministerio de Educación de Córdoba decidió suspender las calificaciones numéricas y, en su lugar, implementar evaluaciones formativas, medida que fue replicada en el resto del país. Mientras tanto, la suspensión de las clases presenciales sigue planteando nuevos desafíos y necesidades en materia escolar, principalmente para los estudiantes que finalizan un ciclo educativo.

A fines de abril, el Ministro de Educación de la Provincia de Córdoba, Walter Grahovac, anunciaba ante la Unicameral, la suspensión de los cierres de trimestres, cuatrimestres y promedios en todos los niveles educativos.

La propuesta fue replicada en otras provincias y finalmente, el pasado 11 de mayo, el Ministerio de Educación de la Nación decretó su aplicación en todo el país. “Es momento de evaluar pedagógicamente el esfuerzo, pero no calificar. Poner una nota no sería calificar el aprendizaje del niño, sino su realidad sociofamiliar“, explicó el titular de la cartera, Nicolás Trotta.

La idea del Ministerio provincial es que los nuevos modos de “evaluación formativa” den cuenta del proceso de aprendizaje en la relación del estudiante con los contenidos durante las clases virtuales, de forma procesual y cualitativa, al menos hasta el final de la cuarentena.

Con respecto al regreso a las clases presenciales, las autoridades educativas estiman una posibilidad en agosto, si la curva de contagios se mantiene estable. La vuelta sería bajo estrictos protocolos preventivos, de manera semi-presencial, escalonada y en grupos reducidos.

El Ministerio de Educación no establece los tiempos. Estas son decisiones que se toman sobre bases epidemiológicas y de seguridad sanitaria, por eso el criterio que adoptaremos será el que nos recomiende el Centro de Operaciones de Emergencia (COE)”, explicó Grahovac en diálogo con El Milenio y advirtió que las clases presenciales serán una de las últimas actividades que se habiliten.



Walter Grahovac anticipó que aún no hay certezas sobre el regreso a las aulas, pero que se dará prioridad a los últimos años del Nivel Primario y Secundario. / Foto gentileza Prensa Cba.


El Milenio: ¿Qué implica evaluar de forma cualitativa?

Walter Grahovac: La cuarentena puso en evidencia distintas formas de desigualdad en el acceso a las tecnologías, en la conectividad y en el capital cultural de las familias, fundamental para acompañar a los chicos en el aprendizaje desde casa. Y la escuela, que es moderadora de esas desigualdades, hoy está ausente en su forma histórica.

Entendiendo esas diversas realidades, calificar hoy sería una injusticia enorme. Por eso, aplicamos una evaluación formativa, sin poner nota, que nos permita obtener registros de los aprendizajes logrados y de los pendientes. Así, cuando volvamos a las aulas, lo primero que haremos será un diagnóstico para ver en qué estado llegan los chicos y acompañar con estrategias al que viene retrasado o tuvo dificultades, sin frenar al que tuvo mejor contención y viene a buen ritmo.

EM: ¿Qué otros desafíos presenta la suspensión de las clases?

WG: La pandemia nos ha puesto en una situación única: no es lo mismo hacer algunas actividades usando el soporte de la tecnología digital, a tener que educar en su totalidad de manera digital. De forma sorpresiva y con una gran inmediatez, el sistema educativo tuvo que responder al aislamiento preventivo obligatorio, realizando educación a distancia y en modo virtual, en algunos casos de manera desordenada, en otros con mucha actividad (por caso también escuché el reclamo de familias que se sentían abrumadas por la cantidad de tarea recibida). En esta coyuntura, todos estamos aprendiendo, docentes, alumnos y familias.

EM: ¿Qué considera que hace falta en este momento para fortalecer la educación virtual?

WG: Necesitamos mejorar el proceso de formación docente en el uso de medios tecnológicos y en el manejo de la plataforma Tu Escuela en Casa, como punto de partida y referencia, para luego desplegar su hacer pedagógico en función de lo que considere mejor para los estudiantes.

También es necesario implementar una única plataforma que facilite el trabajo de docentes y el funcionamiento del sistema. En ese sentido, Córdoba cuenta con el registro nominal de los estudiantes por escuela y estamos culminando el desarrollo de un aula virtual para el uso institucional.

La apropiación de estas herramientas en forma masiva debe ir de la mano con procesos de formación, con acompañamiento en la misma aplicación, con escucha de las ventajas y dificultades en su uso, introduciendo las modificaciones necesarias en un ida y vuelta constante. Esto lleva tiempo, pero lo que tenemos por delante son muchos días sin presencialidad y el regreso será, probablemente, con semi-presencialidad.


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“Hoy la educación va hacia un modelo que combina presencialidad y virtualidad. Esto nos va a permitir reconfigurar los tiempos y las actividades, fortaleciendo el proceso educativo”. / Foto gentileza Prensa Cba.


EM: El Ministro de Educación de la Nación aseguró que todos los niños y niñas pasarán de año. ¿Cuál es su mirada al respecto?

WG: El sistema educativo de nuestra provincia tiene algunas experiencias: la unidad pedagógica entre primer y segundo grado, el ciclo básico de las escuelas ProA (Programa Avanzado de Educación), los PIT (Programa de inclusión para la terminalidad de la educación secundaria), la Jornada Extendida de primaria, la Unidad Técnico Pedagógica en las Escuelas Técnicas y el Nuevo Régimen Académico, que nos ofrecen otras visiones organizativas de la escuela secundaria.

Podemos implementar la Unidad Pedagógica de tercer a quinto grado de primaria o de primer a quinto año de secundaria, e incluso aquellos contenidos que no lleguemos a trabajar por una cuestión de tiempo, los podremos trabajar en el siguiente año, incorporándolos y realizando una selección de contenidos significativos.

La situación más difícil está planteada en aquellos niños, niñas y jóvenes que terminan un ciclo de educación, primario o secundario. Seguramente serán los primeros en retornar las actividades presenciales, porque son los que con más urgencia necesitan acreditar su aprendizaje para pasar de nivel. Estamos evaluando posibilidades, alternativas de tiempos, de enseñanza y de contenidos, a los efectos de poder certificar la culminación del nivel. Hoy no sólo sostenemos la escolaridad, también alimentamos la esperanza.

El texto original de esta nota fue publicado en nuestra edición impresa 267.