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¿Qué pasó con… el Centro Vecinal San Francisco?

El Milenio recupera la historia de este centro y cómo continúa su tarea hoy en día.

Laura Frizza y su marido, Jorge Salguero, condujeron este espacio barrial durante 17 años, tiempo en el que se dedicaron a mejorar la calidad de vida de los vecinos de la zona. A once años del fallecimiento de Salguero, El Milenio recupera la historia de este centro y cómo continúa su tarea hoy en día.

Imágenes de la construcción del Centro Vecinal San Francisco en 1995.


Jorge y Laura llegaron a Río Ceballos en 1991 y se establecieron en barrio San Francisco. En ese momento, el Centro Vecinal estaba acéfalo porque su presidente había fallecido. Vecinos del sector convocaron a una reunión en el Círculo Italiano y allí surgió una comisión de la que Jorge formó parte hasta el último de sus días. Junto a Laura Frizza, su esposa y compañera de “locuras”, El Milenio rememoró la tarea del dirigente barrial, homenajeándolo a once años de su fallecimiento.

El Milenio: ¿Cómo surgió el Centro Vecinal?                                    

Laura Frizza: Inicialmente los vecinos se reunían en casas de familia, generalmente por el tema del agua o los problemas de iluminación. No hubo una fecha fundadora del Centro Vecinal, se toma como referencia el año 2001, cuando se terminó el edificio. En 1998 se inició la obra del dispensario, antes un salón de usos múltiples, donde hoy está la guardería.

EM: ¿Cómo lograron integrarse al barrio?

LF: Jorge vino con ideas muy revolucionarias, de cambios importantes. En la reunión del Círculo Italiano, los vecinos vieron que era un tipo con capacidad de llevar adelante el Centro Vecinal. Él era sindicalista en San Francisco, pero dejó el gremio porque lo estaban presionando para hacer cosas turbias. Era muy idealista, siempre se involucraba con la comunidad y no utilizaba sus trabajos para beneficio personal.

EM: ¿Cuáles fueron las primeras actividades que realizaron?

LF: Desde el primer día comenzamos a gestionar la pavimentación de la calle Saavedra (digo “comenzamos” porque yo siempre lo acompañé), arbolamos las veredas, se delimitó el barrio con postes pintados de blanco, se colocaron canastos de basura.

Después a Jorge lo llamaron de la Municipalidad para ser coordinador de Centros Vecinales y llegó a secretario de Gobierno, pero como había una lucha interna en el poder, también renunció. Él estaba para otra cosa, no para intereses propios.

EM: ¿Cómo consiguieron el terreno para el edificio?

LF: El terreno era una placita que se había comprado con dinero del Centro Vecinal hace mucho tiempo, pero al no tener personería jurídica (porque en ese momento el Concejo Deliberante no lo permitía), todo pasaba a la Municipalidad. A pesar de esta situación, comenzamos a construir. El barrio fue creciendo (San Francisco no es grande, pero abarca Agua del Peñón, Barrio Parque y Moreira). Se necesitaba descomprimir la demanda en el centro de salud, así que se decidió hacer una posta sanitaria.

EM: Al principio, ¿cómo conseguían los fondos?

LF: Jorge golpeaba puertas, si no le abrían, él abría y ponía el pie para que no se la cierren. También vendíamos diarios: venían con camiones, una balanza grande y nos pagaban bien. Eran otras épocas, la gente colaboraba, pasábamos papelitos debajo de la puerta: “necesitamos una bolsa de portland” y en vez de una, nos daban tres. Lo que hicimos fue muy lindo.

EM: ¿Cuáles fueron sus principales logros?

LF: La guardería en el 2001, a pesar de la crisis. Jorge presentó un proyecto en el Ministerio de la Solidaridad con el que empezamos la guardería y el comedor. Era muy lindo porque se trabajaba con chicos y familias de muy bajos recursos, los niñitos se educaban y alimentaban.

Después tuvimos el Banco Popular de la Buena Fe (dependía del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación) que otorgaba créditos para los micro emprendedores (había muchas mujeres). Se pagaba por semana, ellos compraban sus insumos y, a medida que iban cumpliendo, les daban más. Eran épocas en que se creía en la palabra.

EM: ¿Qué sucedió después de la partida de Jorge?

LF: Se deterioró mucho. Él no aceptaba que el municipio ponga un pie en el Centro Vecinal San Francisco, lo habíamos hecho con mucho esfuerzo. Cuando falleció Jorge, siguió siendo Centro Vecinal, pero la Municipalidad tomó la guardería y el comedor, cobrando cuotas, se volvió más exigente.

El Centro Vecinal San Francisco se fundó en 1960 pero no tuvo sede propia hasta el año 2001. La misma se ubica en Tucumán 250.

EM: ¿Qué se sintió formar parte de ese proyecto?

LF: Era todo un desafío. Los primeros niños y mamás venían con miedo, era gente muy humilde, carenciada, pero mi marido inspiraba confianza. Se enfermaba alguien a la madrugada y golpeaban la puerta de casa, él los llevaba al Centro de Salud. Yo le decía a Jorge que no se tendría que haber casado o tendría que haber sido cura, le tocó una mujer que lo acompañó, aprendí mucho de él.

Él podría haber tenido todo lo que quería, pero se enfermó de leucemia y murió en la pobreza. A mí me dejó sólo la casa. Las bendiciones vinieron después, nunca me faltó nada.


“Jorge era un loco, uno de esos tipos raros que no cabían en este mundo. Por eso se fue tan joven. En el barrio lo homenajearon poniéndole su nombre a una calle” – Laura Frizza


El presente del Centro Vecinal San Francisco

Cecilia García vive desde siempre en el barrio y comenzó a conducir el Centro vecinal en el año 2014. Le gusta el trato con los vecinos y está convencida de que, si uno no se involucra, no ayuda a mejorar, una tarea que se hace entre todos. “Yo me siento muy contenta. Se reniega, pero lo hago con gusto”, comentó en diálogo con El Milenio.

EM: ¿Qué cambió desde la partida de Jorge Salguero?

Cecilia García: Lamentablemente, hay actividades que se hacían cuando él estaba y hoy no las podemos realizar por distintos motivos. Por otro lado, en el plano organizativo, se bajó la cantidad de integrantes de la comisión. A nivel edilicio, se hizo un tinglado en el patio delantero y un cuarto en la parte trasera del terreno.

EM: ¿Cómo consiguen los fondos?

CG: Los fondos provienen de la cuota que pagan los socios y otras actividades que realizamos, como la feria de emprendedores, talleres varios, rifas y venta de comida. Además, la municipalidad de Río Ceballos nos da una coparticipación mensual.

EM: ¿En qué condiciones se encuentra hoy el Centro? ¿Cuáles son los planes a futuro?

CG: Por suerte conservamos el edificio en buen estado y estamos mejorándolo de a poco. Tenemos otro terreno donde logramos, junto al municipio, los vecinos y el Sr. Ligato, hacer una plaza con juegos infantiles y cancha de fútbol. Le pusimos el nombre de Don Rafa, en honor a un vecino que formó parte de la comisión por más de 40 años.