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Pablo Demaio: “Volver a los métodos de producción de principios de siglo XX sería suicida”

Con declaraciones jugadas, el biólogo y docente Pablo Demaio brindó su visión sobre el avance de la urbanización y la frontera agrícola en la región, Monsanto y el glifosato, el uso de productos de síntesis química en los cultivos y los alimentos transgénicos. Además, marcó su posición en relación a la agricultura biodinámica, explicándola como una visión religiosa y filosófica.
  • Colaboración: Delfina Medrano y Pedro Rolón (4° Año, IMVA); Alejo Centeno del (4° Año, IENM).

Pablo Demaio es doctor en Ciencias Biológicas y especializado en sistemática botánica, con la que se clasifican y asignan nombres a las especies vegetales. Y su vínculo con la bilogía, según recuerda el también Vicedirector del Espíritu Santo de Río Ceballos, viene desde que tiene uso de la razón. En esta entrevista, brindó su posición en relación a la agricultura biodinámica, explicándola como una visión religiosa y filosófica, la que entra en contradicción con los grandes sistemas de conocimiento científico.

Pero también, el avance de la urbanización y la frontera agrícola en la región, Monsanto y el glifosato, el uso de productos de síntesis química y los alimentos transgénicos formaron parte de este reportaje.

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El Milenio: ¿Qué es para la biología, la agricultura biodinámica?

Pablo Demaio: Antes de darte una respuesta directa a esto, existe una cuestión previa que tiene que ver con el conocimiento científico y que es un concepto que incluyó un reconocido biólogo en años recientes, Edward Wilson, y esta es la noción conocida como cosiliencia.

Para explicarlo mejor, cosiliencia representa la idea de que la ciencia es coherente como un todo, es decir, que no puede entrar en contradicción con los grandes sistemas de conocimiento científico, por ejemplo, lo que desarrolla la química tiene que ser coherente con lo que está haciendo la física, con lo que está haciendo la bilogía. En este sentido, la biodinámica entra en contradicción con todos y cada uno de los principios de la ciencia, y este también es el problema que tienen otras disciplinas que supuestamente dan instrucciones de cómo hacer ciertas cosas.

Es así como hay un montón que intentan vestirse con el ropaje de científicas y que no pueden entrar en la cosiliencia, como es el caso del tarot la astrología.

EM: ¿Por qué para usted la biodinámica está relacionada con la religión?

PD: La biodinámica es la expresión en agricultura de una visión religiosa o filosófica que es la antroposofía y que es una medicina alternativa desarrollada a partir del año 1920 por el alemán Rudolf Steiner. Además, existen escuelas con pedagogía Waldorf en la zona que están vinculadas a esto.

EM: La biodinámica propone métodos orgánicos para fortalecer las plantas ¿cuál sería el equivalente a esta propuesta desde la ciencia?

PD: Esta es otra cuestión global. La agricultura orgánica es una agricultura que supuestamente no utiliza procedimientos tecnológicos para logra el mejor desarrollo de las plantas, pero digo supuestamente porque no es cierto.

Si querés hacer una huerta en tu casa, te tenés que guiar de la información agronómica convencional, o por ejemplo el INTA, que tiene un programa que se llama Pro Huerta, provee de semillas y cuadernillos técnicos para hacer un cultivo apropiado, dándote herramientas convencionales tradicionales y lograr así un buen resultado, pero sin ninguna magia.

Lo anterior se debe a que las plantas son organismos que solo les hacen falta buena iluminación, buena cantidad de agua, ciertos nutrientes que pueden incorporarse por procedimientos entre comillas, “naturales”. Porque hacer un compos no es natural, lo hacemos nosotros, es decir, se trata de un procedimiento tecnológico, diferente al de agregar un fertilizante de síntesis química, pero en el fondo, lo que le terminan agregando a ese es suelo es nitrógeno, fosforo, potasio, sea desde el mismo compos o comprándolas por ejemplo en un vivero. Además, el nitrógeno obtenido por métodos orgánicos es idéntico al que se obtiene por síntesis química, no hay diferencia.

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Pablo Demaio dio una exhaustiva crítica al artículo “La agricultura biodinámica, una forma más eficiente de cultivar”, de la edición 226 de El Milenio, donde la especialista en agricultura biodinámica, Paula Ferreyra, aseguró que este tipo de desarrollo es más seguro y permite evitar el uso de productos químicos.

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EM: ¿Conoce el impacto ambiental en la zona de Sierras Chicas?

PD: En Sierras Chicas hay dos situaciones diferentes, lo que sucede en las sierras, en el faldeo, donde existe un riesgo que no se termina de resolver con la urbanización. Se trata de una urbanización que no tiene en cuenta variables ambientales que son importantes, como las pendientes, las lluvias concentradas en una época del año, entre otras cosas. Si vos edificas en lugares como estos, con tantas pendientes, sin tener en cuenta cómo se va a producir el desagüe, por ejemplo pasan cosas como las que están pasando.

Hacia la llanura, la situación es diferente porque no hay problemas con la urbanización, pero si existen conflictos con el uso agrícola y como también están creciendo las ciudades, comienza el cuestionamiento hacia el uso de pesticidas.

Ahora, hay que tener mucho cuidado con el tema de estigmatizar como un paquete cerrado a los productos de síntesis químicas utilizados en la agricultura ¿Por qué? Porque gracias a eso la frontera agrícola ha dejado de crecer en Argentina ¿Qué paso? Cuando se incremento la necesidad de producir, se empezó a ganarle espacio a los bosques que estaban alrededor de las pampas, por eso en los años 80 y 90 fue mucho lo que se le ganó a los bosques para instalar cultivo.

EM: ¿Qué quiere decir con el tema de estigmatizar?

PD: Con lo anterior, quiero decir que si la productividad de hoy fuera la misma que décadas atrás, tendríamos que haber incrementado mucho más el avance sobre los bosques, ya que haría falta más tierra para producir la misma cantidad de granos. Por lo que gracias a los fertilizantes y los herbicidas sobre todo, además del uso inteligente de los insecticidas, en el mismo terreno se está produciendo varias veces más que antes, y es por lo químico que estamos teniendo mucho más bosques que lo que teníamos antes.

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“En Argentina el principal investigador transgénico es el Estado, no es ninguna empresa privada”, dijo el biólogo y docente a El Milenio.


La demanda de alimentos se ha incrementado tremendamente en el mundo y gracias al uso de tecnología aplicada a la agricultura, hoy, este planeta es el menos hambriento de la historia, por lo que hay menos hambre que en ningún otro momento registrado de la humanidad.

¿Por qué pagamos barata la comida? Porque está todo esto detrás, por lo que el alimento sería mucho más caro y lo más triste es que habría muchas más personas que no podrían comer. Mucha gente ha salido de la pobreza en el mundo, no pensemos en Argentina solamente, por ejemplo, en China hace 20 años, una de cada diez personas comía lo que hace falta, hoy nueve de cada una. Y lo anterior no puede ser sin la mano de todo esto. No tiene una vuelta atrás, ya que volver a los métodos de producción de principios de siglo XX sería suicida, literalmente.

EM: Existe una especie de paranoia respecto a que lo que comemos es cada vez más nocivo para la salud, porque las verduras tienen químicos ¿Desde el lugar de la ciencia se puede decir cuándo temer y cuándo no hacerlo?

PD: En términos generales, nutricionalmente es exactamente igual. Es más, a veces Ingerir alimentos orgánicos puede ser más riesgoso porque cuando se hacen uso de ciertos tipos de fertilizantes pueden llegar a generar un riesgo de infecciones que son mucho más peligrosas que las supuestas y teóricas intoxicaciones que podés recibir por las sustancias químicas. Si se revisa la prensa, no hay registro de gente que se intoxica por comer alimentos tratados.

Lo que creo es que hay que verlo bajo otra perspectiva. Si hoy vivimos más que nuestros padres y nuestros hijos van a vivir más que nosotros, no es por magia, sino por causa de que comemos mejor, nos curamos mejor y nos enfermamos mucho menos. El mundo está alcanzando niveles de bienestar que antes no se podían ni soñar. Pero también hay que ser prudentes, porque si uno vive al lado de un campo que está siendo cultivado y pasa un avión fumigador y te tira encima el rocío, eso es grave.

EM ¿Qué pasa en Argentina?

PD: En Argentina el principal investigador transgénico es el Estado, no es ninguna empresa privada y el CONICET tiene mucha gente trabajando en esto. Por lo que no hay que temerle a los alimentos transgénicos, ya que es un organismo que se le agregó un pedacito de ADN dentro del núcleo y empiece a producir una molécula que antes no producía y es algo que además sucede en la naturaleza espontáneamente. Por ejemplo, a veces los virus hacen eso, toman un pedazo de ADN de una planta y lo llevan a otra, y esta de pronto se transforma en transgénica natural.

Todo lo anterior lo aprendimos de la naturaleza, ya que los primero investigadores sobre este tema encontraron que había virus que eran capaces de separar pedacitos del gen de una planta y llevarlos a otra. No fue un invento humano.

Argentina: Monsanto no se detiene

EM: Cerrando el tema de los transgénico: ¿El ruido alrededor de la empresa Monsanto, usted sostiene que fue por el asentamiento en una comunidad cercana?

PD: Monsanto es una empresa internacional que tiene sus pecados como todas las empresas. Fue durante los años 60 una de las que inventó algunos de los herbicidas que se usaron en Vietnam, por lo que tiene mucha polémica detrás. Es una empresa que ha hecho un largo camino y además, se le atribuyen responsabilidades que no tienen, como por ejemplo el glifosato, que es el herbicida más utilizado hoy en la Argentina, y que es muy específico, solamente mata a vegetales, no puede interactuar prácticamente con otras células que no lo sean. Sí fue creado por Monsanto, pero la patente expiro ya hace 20 años, por lo que hoy esta empresa es en nuestro país el cuarto productor, y se la siguen agarrando con Monsanto, aunque es de patente libre.

Monsanto tiene muy mala prensa, es una especie del símbolo del movimiento ecologista internacional, le pegan, le pegan. Yo no quiero defender a esta multinacional, no es mi trabajo, pero creo que no es el punto, la discusión es otra, es lo que se pone en juego detrás de todo esto.

Y hay en el fondo una idea de la pureza de la naturaleza, y esa es quizás la cosa que no termina de funcionar. La naturaleza no es una identidad pura e inmaculada, la naturaleza es algo que está permanentemente cambiando desde que existe la vida en la tierra y va a seguir siendo así, y nosotros intervenimos, pero con una incidencia minúscula en todo ese proceso, no es mucho lo que estamos haciendo.

EM: ¿Para vos, desmontar un campo con el objetivo de sembrar soja está bien?

PD: No, depende del lugar, depende de cuánto desmontes, depende de que vos estés haciendo lo que dice la Ley de Bosques. El desmonte se hace bajo ciertas condiciones que establece la ley, y para eso hubo un montón de gente que pensó cómo hacerlo, son necesidades que hay que contabilizar. Por lo que si hoy querés desmontar, tenés que hacer un estudio de impacto, ser aprobado por el organismo que regula el ambiente de la provincia.

EM: ¿Desde tu mirada científica cómo se cuida el balance natural entre la naturaleza y el avance de la infraestructura humana?

PD: Precisamente como lo mencioné anteriormente, gracias a que estamos mejorando muchísimo nuestra eficiencia productiva, hemos detenido el avance de la frontera agrícola y los bosques han dejado de desaparecer. Por eso, si hoy tuviéramos que alimentar a la gente que alimentamos con la superficie y con los métodos productivos de hace 30 años, tendríamos que haber desmontado la mitad de Argentina.

EM: ¿Entonces la biología y la química, está el servicio de explotar mejor la tierra para que no sea toda destinada a siembra?

PD: Yo trabajo en conservación, por ejemplo, tengo libros publicados sobre árboles nativos de Córdoba, pero quiero aclarar que no soy un defensor de la soja, soy defensor de la racionalidad científica, y creo que criticar desde una postura ideológica o religiosa estas cuestiones no es el mejor camino. En fin, si vas a criticar hacelo desde algún aporte científico que sea relevante.