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Cable a tierra

Criado en una familia de deportistas y con numerosas victorias en su haber, Federico Jankunas se encontró recientemente frente a una nueva disciplina: el mountain bike. Tras una larga trayectoria en BMX, la pandemia lo condujo lejos de las rampas y el cemento, para acercarlo a las montañas y sus senderos.

Vecino de Mendiolaza, Federico Jankunas recorre los paisajes de Córdoba arriba de su bicicleta cada vez que puede. Fue una primera carrera en Ascochinga, en febrero del año pasado, donde se anotó con poca experiencia y terminó último, lo que lo impulsó a entrenar hasta llegar al lugar que ocupa actualmente en el mountain bike juvenil cordobés.

Federico Jankunas corre actualmente en categorías juveniles, donde se ha destacado y hecho podio reiteradas veces. Foto gentileza quien corresponda.

Todo empezó cuando un referente del BMX (disciplina original de Jankunas) le comentó que los fines de semana salía a pedalear con un grupo por las sierras de la provincia. “Me gustó la idea y finalmente un domingo decidí a ir con ellos. Me di cuenta que disfrutaba mucho eso y de a poco me fui alejando del BMX”, contó Federico en una entrevista con El Milenio.

Lo cierto es que el joven sierrachiquense no fue el único que empezó a pedalear por las sierras durante 2020. Al ser una de las pocas actividades deportivas habilitadas, el ciclismo experimentó un gran crecimiento que hasta el día de hoy se observa en el gran caudal de gente que recorre los senderos de Córdoba cada fin de semana. 

No es ninguna novedad que el ciclismo es un deporte caro. Afortunadamente, Jankunas cuenta con el apoyo de su familia y algunos sponsors, aunque no se considera un profesional del mountain bike. “Opino que un profesional es quien puede vivir del deporte y yo no vivo de esto, no trabajo, voy al colegio”, señaló el joven con simpleza, aunque destacó que “los patrocinadores son una gran ayuda”. “Me pagan las inscripciones a las carreras y me dan piezas para la bici”, amplió.

Con grandes expectativas a corto y mediano plazo, el adolescente de 17 años tiene en claro sus objetivos. Tras participar recientemente de la Vuelta Altas Cumbres y la carrera de Río Pinto, Jankunas ya piensa en Tramontaña 2022 (Tucumán) y sueña con correr a nivel internacional.

“Necesitaría horas para expresar lo que siento cuando me subo a la bici. Te da una libertad que pocos deportes tienen, es algo incomparable y hermoso. Yo lo siento como un gran cable a tierra”

Federico Jankunas.

El Milenio: ¿Cómo ves el panorama del mountain bike en Córdoba y Sierras Chicas?

Federico Jankunas: Hay carreras todos los fines de semanas, siempre algún circuito distinto, pero las más importantes y que más gente convocan son Río Pinto y Vuelta Altas Cumbres, que se hacen una vez al año por su gran magnitud. 

Hubo un crecimiento exponencial del ciclismo en la pandemia, yo mismo estoy dentro del grupo que se incorporó en esa etapa. Cuando voy a una carrera y me pongo a charlar con otros corredores, es impresionante como la mayoría me dice que comenzaron en 2020. Fue un boom para este deporte.

En Sierras Chicas existen muchos lugares donde se puede pedalear, como Ascochinga, Candonga, Pan de Azúcar, Colanchanga, etc., uno más lindo que el otro. Además, está el Camino del Cuadrado, que tiene vistas admirables.

EM: ¿Cómo analizarías tu desempeño durante la cuarentena? ¿Sentiste que tu capacidad cambió al salir del aislamiento? 

FJ: La etapa de la pandemia me pareció la mejor para entrenar, porque el movimiento de gente no era el mismo que ahora. Si hacía frío o calor, salía a pedalear en un horario distinto al habitual. Además, trataba de coincidir en los entrenamientos con los más grandes y eso me motivaba mucho.
El encierro también tuvo su lado malo, porque no había carreras. Entonces era entrenar y entrenar hasta que llegó el momento de apertura y pude demostrar todo lo que había aprendido.

Mi capacidad y desempeño no cambiaron de un día para el otro. Fue un proceso largo, donde tuve que aprender muchas cosas, por ejemplo, a mejorar mi organización con los tiempos, ya que voy al colegio y el mountain bike demanda muchas horas de entrenamiento. Me tuve que sentar y disponer un espacio para cada cosa, para el deporte, para el estudio y para mi familia. Me encantaría estar todo el día arriba de la bici, pero no puedo.

EM: En este sentido, ¿cómo es el acompañamiento de tu familia?

FJ: Mi familia me acompaña mucho, es muy importante para mí. A veces tengo que ir a entrenar muy temprano o muy lejos, entonces me llevan y me traen. Además, es un deporte muy caro y ellos me compran un montón de cosas, con la condición de que me vaya bien en el colegio. Creo que, en esta disciplina, el apoyo de los padres es esencial.

El joven ciclista destaca que, sin el apoyo de sus padres, practicar esta disciplina sería casi imposible para él. Foto gentileza quien corresponda.

EM: ¿Qué objetivos tenés para este año y a futuro?

FJ: Mis objetivos para este año son, en primer lugar, participar de tres grandes carreras: la Vuelta Altas Cumbres, que fue el 27 de marzo (una experiencia muy dura, pero totalmente satisfecho de haber competido), la de Río Pinto, que fue el 1 de mayo (otra competencia muy exigente y muy hermosa), y Trasmontaña, que es en agosto.

A futuro, tengo la ilusión de participar en algún Panamericano, Mundial o Copa de Senderos, es uno de los grandes objetivos que me gustaría cumplir.

EM: ¿Qué significa el deporte en tu vida? 

FJ: El deporte para mí es un cable a tierra, necesitaría horas para expresar lo que siento cuando me subo a la bici, es lo que más me gusta, me hace sentir vivo. Por ahí vuelvo del colegio, es semana de exámenes o tengo algún problema, y salir a pedalear a donde no haya señal, sólo la tierra, el cielo, la bici y yo, es como renovarme y conectarme.

EM: ¿Algún consejo para quienes están empezando en esta disciplina?

FJ: Mi consejo es que disfruten de subirse a la bicicleta, porque tiene una libertad que pocos deportes te dan y depende sólo de quien está pedaleando. Es salir a andar e ir hasta donde el cuerpo aguante. Seguramente alguna vez da fiaca, pero una vez que volvés a casa, te cambia el día. Esa es mi experiencia personal y mi consejo principal. 

Lo segundo es que no dejen. Al principio te cansa, pero después de un tiempo, cuando ya le agarrás la mano, conocés gente muy linda en este ámbito, compañeros que se organizan para salir a pedalear, te reís, te despejás. Es incomparable y hermoso andar en bici.