Cuando aquella fría mañana de junio de 2019 se instaló el primero de una serie de pictogramas en el Hospital Municipal Josefina Prieur, la madre y activista por los derechos de las personas con trastornos del espectro autista (TEA), Lorena Ríos, no pudo ocultar su felicidad.
Se trataba de una estrategia municipal, elaborada en conjunto con el concejal Mariano Villa, tendiente a contribuir a la autonomía de las personas con TEA a través de la colocación de señalética específica en reparticiones públicas y espacios comunitarios.
“Es el primer hospital inclusivo con pictogramas y ese es un logro muy grande que tenemos”, manifestó Lorena con orgullo, recordando la ocasión. En diálogo con El Milenio, la joven madre destacó que estas imágenes no sólo ayudan a las personas con TEA a desenvolverse con más independencia, sino que también despiertan en la población el interés y la curiosidad sobre lo que significa el autismo.
Con dicho programa, Villa Allende se convirtió en la primera ciudad cordobesa y la segunda ciudad del país en implementar este sistema de señalización en espacios públicos, tras la localidad de Río Grande, en Tierra del Fuego. “Es muy gratificante entrar a la página del Arasaac (portal Aragonés de la Comunicación Aumentativa y Alternativa que ayudó a Lorena con la creación de estos pictogramas) y ver, en su mapa mundial, un puntito en América Latina que somos nosotros”, expresó Ríos.
La ordenanza, aprobada en marzo de 2019, también prevé la formación y capacitación del personal sanitario y docente de la ciudad sobre los mecanismos necesarios para garantizar la inclusión y acceso a la educación y la salud de las personas con TEA.
Entender para incluir
Lorena durante la instalación de los pictogramas en el Hospital Municipal Josefina Prieur en el año 2019 FOTO gentileza La Voz
Hace nueve años, Lorena entró, de la mano de su hijo Agustín, a un mundo que le era totalmente desconocido hasta entonces: el del autismo. “No sabía de qué se trataba, era algo que no había escuchado nunca”, comentó la joven madre, recordando aquel día en que los médicos le confirmaron que su hijo tenía TEA.
“Atravesé todas las etapas del duelo: enojo, tristeza, decepción; pero sabía que no podía encerrarme en esos sentimientos”, explicó la entrevistada. “Entonces se me dio por subirme a la moto de querer aprender, de capacitarme, de poder hablar y difundir lo que aprendí del autismo: saber qué decirle al mundo para que no discriminen a mi hijo”, sostuvo la mujer que, sin saberlo, se convertiría en una de las referentes de los derechos de las personas con autismo en Sierras Chicas, donde permanentemente realiza actividades de difusión y concientización.
“Si las personas no saben de qué se trata, no me van a entender y si no me entienden, no me van a abrir puertas”, explicó. “No voy a estar toda la vida al lado de Agustín y no puede ser que se quede en una sociedad tan poco empática. Es una perspectiva que me aterroriza y esta es mi manera de cambiar la situación”, sintetizó con espíritu de luchadora.
Hablemos de autismo
Lorena junto a Mariano Villa (concejal) y Guillermina Linares (ex secretaria de Desarrollo Social) en la “Tarde de inclusión”. Foto gentileza Mariano Villa.
Si bien para los argentinos el 2 de abril es una fecha importante por tratarse del Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, también es la fecha elegida por la Asamblea General de las Naciones Unidas para celebrar el Día Mundial por la Concientización sobre el Autismo.
“Abril es el mes que utilizamos para poner sobre la mesa este tema, para que se empiece a escuchar un poquito más en los medios sobre lo que es el autismo, para generar conciencia y promover la inclusión de las personas con TEA”, explicó Lorena, quien participó en la organización de múltiples charlas y encuentros con familias y profesionales a lo largo del mes.
El principal fue “Tarde de inclusión”, una jornada que se llevó a cabo el 28 de marzo pasado en Virish Ecovilla con la participación del asesor creativo y coach motivacional Ramiro Buteler. Más recientemente, se realizó una charla con la profesora de teatro inclusivo Gabriela Sarrat, sobre nuevas formas de incluir el arte como herramienta terapéutica y de desarrollo.
Además, Lorena trabaja actualmente junto al área de Desarrollo Social de Villa Allende en el armado de estadísticas sobre las personas con discapacidad que viven en la ciudad. “Creo que es sumamente necesario contar con información local actualizada, conocer qué diversidad tenemos en nuestra comunidad para generar proyectos y estrategias en base a esos datos”, afirmó.
Educar en la inclusión

La palabra “autismo” hace referencia a un amplio conjunto de alteraciones en el desarrollo que se caracterizan, en diferentes niveles, por dificultades en la comunicación e interacción social. Los trastornos del espectro autista (TEA) tienen un origen neurobiológico y, si bien parecen tener su inicio en etapas muy tempranas del desarrollo cerebral, sus signos más detectables recién se evidencian durante los primeros años de vida.
En este sentido, la psicóloga y vecina de Villa Allende Jésica Vega, señaló a El Milenio que es importante garantizar el acceso a la educación de los estudiantes con TEA, no sólo acompañándolos a ellos, sino también dialogando con el resto de las y los estudiantes. “Todos podemos aprender, pero cada uno aprende de forma diferente. Eso debe tenerse en cuenta para generar una escuela realmente inclusiva”, explicó la profesional. “Para lograrlo, hay que garantizar la accesibilidad al establecimiento educativo, a los materiales de estudios y a los contenidos, ofreciendo toda la comunicación y el apoyo que sean necesarios”, agregó.