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A medida que avanza la investigación sobre el SARS-CoV-2, surgen interrogantes específicos: ¿En qué se diferencia la COVID-19 de una gripe común? ¿Cuánto vive el virus en las superficies? ¿Puede contagiar una persona que no manifiesta síntomas? La Dra. Graciela Sadino, presidenta de la Sociedad de Infectología de Córdoba, arrojó luz sobre algunas de estas cuestiones.

Informe especial


Con más de dos millones de casos y decenas de miles de fallecidos, el SARS-CoV-2 es el tercer coronavirus humano altamente patógeno que ha surgido en las últimas dos décadas, pero, a diferencia de sus antecesores, ha logrado paralizar al mundo entero.

Si bien se están ensayando vacunas para combatirlo, por el momento, no existe una terapia específica contra el virus y se desconocen muchos aspectos de su comportamiento. Por eso, la prevención es de particular importancia para frenar la pandemia.

Mientras Argentina supera el mes de aislamiento obligatorio con resultados positivos, la pregunta que se hace el gobierno es cómo salir de la cuarentena sin que se dispare la curva de contagios. “La COVID-19 se acelera muy rápido y se desacelera mucho más lento. Eso significa que las medidas restrictivas deben levantarse lentamente y con control. No puede ser todo de una vez”, había advertido Tedros Adhanom Gebreyesus, el director de la Organización Mundial de la Salud, a mediados de abril.

Graciela Sadino

Mientras tanto, junto con la pandemia de la COVID-19, también crece la infodemia, es decir, una sobreabundancia de información, en parte precisa y en parte no, que dificulta encontrar fuentes seguras y confiables para saber cómo protegerse a uno mismo y a los demás. En un intento por clarificar algunas cuestiones, El Milenio dialogó con la doctora Graciela Sadino (M.P. 23704/6), presidenta de la Sociedad de Infectología de Córdoba.

El Milenio: En un primer momento se decía que el nuevo coronavirus era “como una especie de gripe”, ¿en qué se diferencian ambas enfermedades?

Graciela Sadino: Los virus se dividen en familias. El SARS-CoV-2 (causante de la enfermedad COVID-19) y el virus de la gripe pertenecen a familias distintas y, si bien en ambos casos se trata de virus respiratorios, producen sintomatologías diferentes y difieren en su biología y forma de transmisión.

El SARS-CoV-2 es un tipo de coronavirus. Es la misma familia a la que pertenece el virus del resfrío común, pero se parece más a los virus que produjeron grandes infecciones en el sudeste asiático en las últimas décadas, el MERS-CoV (responsable del síndrome respiratorio de Oriente Medio) y el SARS-CoV (causante del síndrome respiratorio agudo grave). Por lo que se sabe, el nuevo coronavirus tiene una tasa de mortalidad inferior a la de sus dos antecesores, pero tiene una muy alta transmisibilidad.

EM: ¿A qué se debe esto?

GS: Es una característica del virus que todavía no está tan definida, pero que tiene que ver con su biología y con las particularidades de la familia a la que pertenece. Se sabe que una persona contagia, según algunas bibliografías, a cuatro o cinco personas, en promedio; aunque otras fuentes hablan de entre dos y tres.

La forma de contagio es a través de las gotas que se eliminan al hablar, toser o estornudar, las cuales pueden proyectarse hasta un metro y medio y ser inhaladas por otras personas. A su vez, estas gotas, al caer, pueden contaminar objetos y superficies, de modo que otras personas pueden contagiarse si tocan estas cosas y luego se llevan las manos a los ojos, la nariz o la boca.


La desinformación y la circulación de noticias falsas también son parte de la pandemia. Foto de archivo.


EM: ¿Cuánto tiempo puede llegar a permanecer el virus en las superficies?

GS: Algunas investigaciones indican que los coronavirus pueden durar cinco días en el plástico, aproximadamente cuatro en el vidrio, el papel y la madera, dos días en el acero, ocho horas en el aluminio, unas cuatro horas en el cobre y hay un estudio que dice que pueden permanecer hasta nueve días en el asfalto. La persistencia depende de la superficie y de las condiciones ambientales.

EM: ¿Hay alguna etapa de la enfermedad donde es mayor la probabilidad de contagio? ¿Qué sucede con los casos asintomáticos?

GS: Por ahora, se sabe que la mayor transmisibilidad sucede cuando el paciente está febril, con síntomas respiratorios, pero también hay gente sin síntomas o con pocos síntomas que puede contagiar, al igual que los presintomáticos, principalmente 48 horas antes de que empiecen los síntomas. Además, un paciente recuperado sigue transmitiendo el virus hasta 14 días más. Por eso se mantiene la cuarentena después del alta médica.

EM: ¿Se puede producir una reinfección en personas que ya han padecido COVID-19?

GS: No se sabe con seguridad. Por el momento, no hay comprobación de reinfección (puede que muchos casos que se reportaron como reinfección hayan sido recaídas o pacientes que continuaban excretando virus). Lo más probable es que se genere inmunidad. Por eso algunos países han decidido no hacer cuarentena, asumiendo que, como en el caso de otros virus, se pueden generar anticuerpos poblacionales, que es lo mismo que se produce con las vacunas.

EM: ¿Ha mutado el virus desde su aparición en China hasta hoy?

GS: Todos los virus pueden mutar, pero por lo que se sabe hasta ahora, el virus que anda circulando es el mismo que hay en China, sólo que, al haber más números de casos, se descubren síntomas diferentes, como disminución del gusto o del olfato, inflamación de la conjuntiva y diarrea.

EM: ¿Qué recomendaciones podría hacer para quienes conviven con personas en grupos de riesgo?

GS: Los convivientes de personas con factores de riesgo deben tener especial precaución en mantener el aislamiento para no contagiarlos. Si alguien cuida a una persona mayor, se recomienda que ésta no salga. Hay que acercarle las provisiones, lavarse bien las manos con agua y jabón, limpiar las compras con alcohol al 70% y, en lo posible, no tener contacto con ella.

Si conviven en el mismo espacio, se recomienda sobre todo el distanciamiento social (es decir, mantener en todo momento los dos metros de separación) y la higiene de manos con agua y jabón y/o alcohol en gel.

Si hay algún caso sospechoso, lo ideal es que esa persona se mantenga en cuarentena en un cuarto separado. No compartir utensilios (platos, vasos, cubiertos). Si se puede, no compartir baño, o sino, limpiarlo con lavandina después de que lo usó la persona sospechosa. Y cualquiera que esté en cuarentena, si manifiesta síntomas respiratorios, debe consultar al médico.


Se recomienda desinfectar celulares y otros elementos electrónicos de uso frecuente con una solución 50% alcohol y 50% agua. Foto de archivo.


EM: Por último, ¿cómo ve la situación actual y futura de Argentina?

GS: Es de esperar que en las próximas semanas aparezcan más casos de personas que han estado incubando (el período de incubación puede durar entre 2 y 14 días, aunque lo que se ve más frecuentemente es 5 días). De todas formas, la cuarentena es absolutamente necesaria porque el virus se transmite de persona a persona: si no nos contactamos, no nos contagiamos. Así que la invitación es cumplir a rajatabla el aislamiento de acuerdo vayan indicando las autoridades sanitarias.

Se espera que aumenten los enfermos, que haya casos, pero si no ocurren todos los contagios de golpe, el sistema de salud puede responder y evitar lo que ocurrió en Italia o España, donde hubo un “tsunami de pacientes” que colapsó la estructura sanitaria.

La odisea de salir a comprar


A la hora de comprar es importante usar barbijo, mantener la distancia social, higienizarse las manos y desinfectar los productos al volver a casa. Foto de archivo.


Uno de los principales desafíos del aislamiento es el momento de salir de casa para hacer las compras básicas. ¿Cómo prevenir el contagio en espacios públicos y cómo evitar traer el virus a nuestros hogares?

“En primer lugar, lo ideal es que, quien vaya a comprar, no sea una persona que tenga factores de riesgo ni síntomas respiratorios de ningún tipo. Al salir, es fundamental mantener la distancia de dos metros y exigir a los demás que la respeten, lavarse las manos con agua y jabón apenas se regresa al hogar y, mientras tanto, usar alcohol en gel y no tocarse la cara”, señaló la doctora.

Con respecto al tema de los tapabocas, cuyo uso se ha vuelto obligatorio en muchos ámbitos, Sadino señaló que los barbijos de uso médico deben reservarse para el personal sanitario, pero que los barbijos “comunitarios” ayudan a evitar el contagio por parte de personas que son portadoras del virus, pero no manifiestan síntomas, ya que retienen las gotas de saliva que se expulsan al hablar. Vale aclarar que el tapabocas complementa (no reemplaza) las medidas ya difundidas de distanciamiento e higiene.

Asimismo, apuntó que no es necesario el uso de guantes. “Está comprobado que generan una sensación de falsa seguridad y a veces potencian la posibilidad de tocar alguna superficie contaminada y después autoinocularse el virus”, advirtió la infectóloga.

“Al regresar al hogar, yo recomendaría dejar bolso, billetera, llaves, compras y todo lo demás en un lugar donde podamos rociarlo con alcohol al 70% (poniendo siete partes de alcohol 96% y tres partes de agua en un pulverizador). E inmediatamente después, lavarse bien las manos y rociar con alcohol los picaportes y todo lo que podamos haber tocado al entrar”, apuntó  Sadino.

“El resto de la casa se limpia como siempre, sólo que a las superficies que pudieron haber estado contaminadas con cosas que trajimos del súper, por ejemplo, hay que pasarles primero detergente o jabón (para eliminar los restos orgánicos que pueden inactivar la lavandina) y luego una solución de lavandina (sin perfume, de 55 g Cl/l) 1/1000 (por ejemplo, 10 ml de lavandina en un litro de agua). Con eso también se puede limpiar la suela de los zapatos”, añadió.

“La cuarentena es absolutamente necesaria porque el virus se transmite de persona a persona: si no nos contactamos, no nos contagiamos. Hay que cumplir a rajatabla el aislamiento de acuerdo a lo que vayan indicando las autoridades sanitarias”

A su vez, para elementos de uso frecuente que no pueden ser rociados directamente (celular, teclado, mouse, control remoto, etc.), se puede usar un paño húmedo con una solución mitad agua y mitad alcohol, repitiendo el procedimiento una vez por día.

Por último, como aclaró la Dra. Sadino, si bien las mascotas no transmiten ni padecen COVID-19, pueden traer el virus al hogar cuando salen a la calle, por lo cual se recomienda limpiarles hocico y patas con agua luego de cada paseo.

Bajo el microscopio


Archivo.


Los virus son agentes infecciosos compuestos por ARN o ADN, rodeados por una protección que puede ser proteica y lipídica (este componente lipídico es lo que hace que pueda ser barrida con agua y jabón o alcohol). En los coronavirus, esta pared viral tiene forma de corona (de ahí su nombre).

Esta familia de virus producen distintas enfermedades en los mamíferos: infecciones respiratorias en humanos y procesos de gastroenteritis en algunos animales. En ocasiones, los coronavirus procedentes de otros mamíferos pueden mutar e infectar al ser humano.

El coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), causante de la enfermedad COVID-19, se clasifica como un virus ARN monocatenario positivo, dentro del género Betacoronavirus. Fue identificado por primera vez en diciembre de 2019 en Wuhan (China).

Es el séptimo coronavirus relacionado con enfermedades humanas que se ha descubierto y el tercero altamente patógeno, junto con el coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave o SARS-CoV (que también surgió en China y produjo una epidemia en 2002 que duró seis meses) y el coronavirus del síndrome respiratorio de Medio Oriente o MERS-CoV (que apareció en Arabia Saudita en 2012 y se extendió a 27 países).