El Milenio

Noticias de Sierras Chicas

Víctor Hugo Sotomayor: Un campeón que eligió vivir en Sierras Chicas

Víctor Soto Mayor nació futbolísticamente en Racing de Nueva Italia y llegó a jugar en el club del viejo continente. Volvió a Argentina para ganar todo con Vélez y darle a Talleres su única copa internacional. Hoy vive en Mendiolaza y maneja un complejo de canchas de fútbol en la ruta E 53.

Redacción: Matías Candoli. periodico@elmilenio.info Participaron: Santiago Chavarini y Mateo Canavosio (4to IENM). Facundo Benasich y Lorenzo Ibarra (4to IMVA).


Los años hacen que los recuerdos se acomoden un poco mejor en la memoria. En el caso de Víctor Hugo Sotomayor y de cualquier deportista retirado de la alta competencia, resumir lo más destacado de su carrera es un valioso ejercicio mental que lleva a recordar los buenos momentos.

En diálogo con El Milenio, el rudo marcador central rememoró su mejor momento en el Vélez de principios de los 90. “Fue lo más exitoso que me tocó vivir. Llegamos en un momento justo. Futbolísticamente y como seres humanos estábamos con la madurez suficiente para lograr muchas cosas”, reflexionó. 

A nivel personal, ese mismo año recibió otra gran alegría: el nacimiento de su primer hijo. “Coincidieron un montón de cosas que, al final, cuando hacés el repaso de tu vida, son los momentos que quedan grabados para siempre. Me pasó lo mismo en Talleres cuando nació mi segundo hijo”, confesó.

En 1993, el club de la V azulada de Liniers volvió a ser campeón en Argentina después de 25 años. Fue el comienzo de la era más exitosa en la historia de la institución, que siguió con el triunfo en la Copa Libertadores y luego la Intercontinental. “El título de la Libertadores, a nivel sudamericano, es lo más importante. Es como la Champions League para los europeos”, afirmó.

A pesar de los grandes títulos conquistados, para Sotomayor el recuerdo de su primer torneo local victorioso es uno de los más apreciados. “Fue muy importante para el club porque el último que habían ganado había sido en el ‘68.  Ver hinchas grandes llorar de alegría es algo que te sorprende, uno no está preparado para ver gente llorar. Ahí te das cuenta de lo que fuiste parte y lo que lograste para el club”, destacó el futbolista.


También festejó con Talleres

Luego de ser multicampeón con el Vélez dirigido por Carlos Bianchi, le tocó regresar a Córdoba para sumarse a la T albiazul. Y también hizo historia. En 1999 fue integrante del equipo que ganó la Copa Conmebol (el equivalente a la actual Copa Sudamericana). “También logramos entrar a la Copa Libertadores y en esa época, a la Mercosur. Para Córdoba fue algo increíble que un equipo de la ciudad juegue una copa internacional, hoy ya es más común”, señaló.

Para el futbolista retirado, esa época también es un baúl de bellos recuerdos. “Estábamos con Mario Cuenca, Julián Maidana, Horacio Humoller, Astudillo. Era muy buen equipo. En ese momento estábamos haciendo una buena campaña sin acompañamiento de los dirigentes. Todos los días había problemas institucionales, pero deportivamente nos iba muy bien. Me llevo recuerdos lindos, era impresionante la cantidad de gente que nos acompañaba”, rememoró.

Con la simpleza que lo caracteriza, Sotomayor aclaró: “Los jugadores de fútbol no viven de los títulos”, aunque reconoció el indudable valor afectivo de esos hitos. “Nos gusta ir a las entrevistas porque en la vorágine de la vida, ponerse un alto y revivir esas épocas es muy importante para un deportista, nos hace bien recordar un poco el pasado”, confesó.


De nueva Italia a la “vieja” Italia

Sotomayor fue protagonista de un hecho histórico al ser transferido de Racing de barrio Nueva Italia, al Verona de Italia, el club de donde surgió. Allí aparecen los recuerdos de René Gorreta, el reclutador de jugadores de la Academia cordobesa, su debut en primera y algunos pocos partidos antes de dar el salto. 

En la memoria del mundo futbolístico cordobés quedó grabada esa inédita transferencia: “No era común que un jugador del interior pasara directamente al fútbol europeo. En esa época Italia era lo que hoy es la Premier League, donde estaban los mejores jugadores. Internamente sabía que no estaba preparado, porque en esa época antes de una venta al exterior, primero pasabas por los clubes grandes de Buenos Aires, se agarraba más experiencia y recién ahí pegabas el salto. Lo mío fue de Racing de Córdoba a Italia, sin escalas. Fue un caso muy nombrado”.

De esa experiencia europea, el ex zaguero central recordó: “Tenía 19 años y me encontré jugando contra los mejores. Pensaba ‘Me vuelvo a casa o sacamos pecho y le pegamos para adelante’. Después, rodeado de gente que uno va conociendo, pude seguir adelante. Eso es lo más lindo que te queda al final de tu carrera, encontrarse con gente en el camino que te marca y a la que uno siempre está eternamente agradecido”.


Un campeón en Mendiolaza

Cuando volvió de Europa, Sotomayor tuvo su exitosa etapa en Vélez, un brevísimo paso por la Selección Argentina y finalmente Talleres. Al momento de retirarse, eligió Sierras Chicas para vivir con su familia. “Ya de chiquito conocía la zona. Venía todos los domingos a Unquillo o a Villa Allende al arroyo a pasar el día. Un lugar maravilloso. Cuando dejé la actividad, empecé a buscar por acá y finalmente me hice una casa en el barrio Cuatro Hojas, hace 22 años que vivo en Mendiolaza”, repasó.

Para seguir ligado al fútbol cerca del lugar donde vive, Sotomayor creó su propio complejo de canchas, llamado Villa Allegra (en el kilómetro ocho y medio de la ruta E 53). “Quería crear un centro de formación para chicos del departamento Colón, pero el proyecto quedó trunco así que puse las canchitas de fútbol y hoy estamos con el amateurismo, entrenando con los viejos”, contó entre risas.

Como conocedor del fútbol, en el cierre, Sotomayor hizo un diagnóstico de lo que puede ver en Sierras Chicas: “Hay gran cantidad de jugadores. Basta pasar y mirar un rato las canchitas. Siempre vas a ver chicos que se destacan, que tienen condiciones y por ahí no hay una política de Estado, del municipio, para que sigan creciendo acá. Se tienen que ir a Córdoba. A Talleres, Belgrano o Instituto. Son pocos los clubes donde están trabajando muy bien”.