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La cooperativa que apuesta a la economía circular 

Desde la institución local que provee el servicio de agua llevan adelante distintas acciones relacionadas con el cuidado del ambiente y la educación. Con 50 puntos verdes, la Cooperativa Río Ceballos impulsa la recolección diferenciada de los desechos reciclables. Además, en su centro educativo imparte cursos con inserción laboral.

Por Alejandra Boldo. periodico@elmilenio.info

Colaboración: Ezequiel Tiraboschi y Lara Torres (4° IMVA); Santino Molina y Lara Heredia (4° IENM).


La provisión de agua es el principal servicio que brinda la Cooperativa de Obras y Servicios Río Ceballos Ltda. Sin embargo, su trabajo no se circunscribe a esa prestación. Desde hace más de un año, la institución también lleva adelante un amplio plan de acción que tiene dos ejes principales: la generación de empleo genuino y la protección del ambiente. 

El desafío de la cooperativa es, en definitiva, promover diferentes oportunidades para que los habitantes de Río Ceballos y localidades vecinas sean los verdaderos protagonistas del cambio. Así lo explicó Miguel Martinessi, gerente de la institución, quien, en diálogo con El Milenio, detalló cuáles son las propuestas de la entidad más allá de la provisión de agua.


Educación, tecnología y ambiente 

En el plano educativo, el principal eslabón de articulación de la cooperativa con la comunidad es el Centro Educativo Ambiental y Tecnológico Casa Azul, donde se dictan diversos cursos, capacitaciones y talleres, desde inglés en turismo hasta alfabetización informática. Las formaciones, muchas llevadas adelante en conjunto con otras empresas e instituciones, buscan apoyar la educación para la inserción laboral.

Asimismo, la cooperativa también cuenta con un vivero forestal de especies autóctonas. Allí se producen árboles nativos para incentivar su plantación en espacios públicos y privados. En la misma línea, todos los jueves, se canjean materiales desechables por semillas para fomentar la creación de huertas en casa.

Además, desde la cooperativa realizan periódicamente tareas de limpieza en el río, el dique y la Reserva La Quebrada, a lo cual se suma una fluida articulación con escuelas e instituciones educativas de distintos niveles.

“Nosotros queremos que el mundo cambie, queremos empezar con la separación de residuos, generar compost casero, disminuir la cantidad en peso y volumen de basura. Cada uno puede ser protagonista del cambio y puede hacer cosas que tengan que ver con eso”, apuntó Martinessi.

 “Cada uno puede ser protagonista del cambio que necesitamos, con acciones como la separación de residuos, la producción de compost y la disminución del volumen de basura generada”

Miguel Martinessi

Crear conciencia y generar empleo 

La separación de los residuos en origen es el puntapié inicial para conformar la cadena de reciclado que luego se traduce en el cuidado del ambiente. Según Martinessi, ese cambio cultural se viene dando en Río Ceballos, pero de manera individual. Por eso insistió en la necesidad de agrupar voluntades e intereses para que el cambio sea sustentable en el tiempo.

“La cooperativa también sirve de nexo para que esas acciones sean además sostenibles económicamente. Una parte del aporte que hacen los socios está destinada a educación y ambiente. Nosotros tenemos dos intenciones fuertes, la de generar puestos de trabajo y la del cuidado del medioambiente. Y entendemos que ninguna podría funcionar sin la otra”, remarcó el directivo.

Con esta premisa, la institución firmó un convenio con la Municipalidad de Río Ceballos y apadrinó la creación de una mutualidad para la recolección de desechos reciclables. La Cooperativa de Trabajo Río Ceballos Ltda. por ahora se encarga de clasificar y vender el material recuperado, pero la idea a futuro es poder agregarles valor a esos elementos y procesarlos para convertirlos en juegos infantiles, banquetas y hasta pisos flotantes, entre otros productos. 

La primera medida que llevó a cabo la cooperativa fue la colocación de 17 puntos verdes en distintos sectores de la localidad para que los vecinos depositen sus residuos reciclables, que luego la institución recolectaba una vez a la semana. Hoy en día, ya son 50 los puntos verdes en funcionamiento y la recolección se hace de lunes a viernes. 

El gerente de la cooperativa de Río Ceballos reconoció que la participación de los habitantes al principio fue baja, pero que en poco tiempo el vecino comenzó a interesarse por la separación de residuos. “Empezamos con dos personas y hoy son siete los que trabajan en esta tarea. Eso tiene que ver con la respuesta de la gente. Creo que las personas acompañan las acciones que ven que funcionan”, subrayó el directivo.

De los ocho mil socios que tiene la cooperativa de Río Ceballos, unos seis mil aportan voluntariamente a este sistema que tiene como finalidad el desarrollo del centro educativo y de las actividades ambientales. “El interés en la cooperativa parte de los propios trabajadores. Ellos quieren que funcione, porque si da resultado, ganan con su propio trabajo”, explicó Martinessi.

Puntos de cambio

La cooperativa mantiene actualmente 50 puntos verdes distribuidos en distintas partes de la ciudad. Allí, los vecinos pueden depositar sus desechos reciclables limpios y secos: vidrio, metal, papel, cartón y plástico.

Los residuos son recolectados por la cooperativa de trabajo, que luego los traslada a su Centro Verde, espacio donde se clasifican y tratan los materiales para reinsertarlos en el circuito de la economía circular. 

Desde agosto de 2021 a la fecha, se quintuplicó la recolección de residuos diferenciados. Recientemente, se sumó la experiencia de recolección diferenciada domiciliar en el barrio Nuevo Río Ceballos y, próximamente, se incorporará Bella Vista al recorrido.

El proyecto es aún más ambicioso y pretende, en etapas posteriores, llegar con la recolección diferenciada a la mayoría de los barrios de la ciudad, instalar más puntos verdes en distintos sectores y continuar profundizando programas como el ecocanje y la educación ambiental, entre otros. 

En lo que va de 2022, junto a la comunidad y las empresas que adhirieron al programa, la cooperativa retiró y recuperó materiales reciclables por un volumen equivalente al de un edificio de cuatro pisos. Son más de treinta toneladas de residuos, entre los que se encuentran plástico, metal, cartón, papel, nylon, vidrio, telgopor, PET y hojalata.