“A partir de hoy vamos a vivir de las lombrices”, le dijo felizmente el ingeniero agrónomo Daniel Blando a su mujer a principios de la década pasada, cuando le explicó que se quería dedicar a la cría y comercialización de lombrices para compostaje.
Si bien en esos primeros años el emprendimiento le brindó excelentes resultados a nivel económico, fue un viaje de negocios a Chile lo que terminó de convencer al vecino de Villa Allende de que lo suyo era la lombricultura, pero con una aplicación muy particular.

Sucede que en aquel viaje al país andino, Blando quedó maravillado por un innovador sistema de purificación del agua a través de lombrices y decidió que quería replicar esa idea en su emprendimiento, Punto Lombriz.
Aunque era consciente de que implementar un nuevo sistema en el mercado argentino sería una apuesta arriesgada, tuvo la fortuna de contar con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que, al ver el potencial del proyecto, subsidió su investigación.
Posteriormente también se sumarían la Universidad Católica de Córdoba, prestándole sus laboratorios para realizar las primeras pruebas, y también algunas empresas locales de gran envergadura como DellePiane y Orieta, que buscaban nuevas formas de ahorrar recursos naturales.
“Todo comenzó por curiosidad y desde ese momento, afortunadamente, nunca me faltó el trabajo en los temas ambientales”, afirmó orgullosamente el agrónomo en una charla que brindó durante el Primer Encuentro de Economía Circular, realizado en Villa Allende a finales de abril.
“Hoy estamos brindando el servicio a muchas empresas que no saben qué hacer para alcanzar el objetivo de residuos cero. Vienen con sus desechos y luego se llevan el compostaje, les cobro el proceso y al final todos contentos”, contó con alegría en su presentación.
“Las lombrices armonizan el entorno local. Como humanos, también debemos aprender a armonizar el medio en el que nos movemos diariamente, de eso se trata el concepto de economía circular”
Daniel Blando
Sistema milenario
“Nunca busqué ser investigador, simplemente necesité informarme”, comentó el ingeniero agrónomo al recordar sus primeros pasos en el mundo de los filtros biológicos de lombrices. Sobre cómo funciona el método que permite depurar aguas residuales y hasta cloacales, el entrevistado explicó que consiste en imitar lo que viene haciendo la naturaleza hace milenios: utilizar el suelo fértil como un sistema de filtrado para el agua.
“Lo que hace la lombriz es comerse todos los orgánicos contaminantes que quedan retenidos en el filtro. El humus que generan, es decir, su defecación, termina aportando mejores condiciones para el suelo”, explicó el lombricultor.
Como se detalla en el Facebook de Punto Lombriz, estos pequeños seres “no saben de contaminar”: en sus genes está escrita la transformación y la estabilización de los elementos, fundamento que les permite generar un medio cómodo y sustentable para vivir y reproducirse. El humus es la clave del proceso.
“Realmente es tremendo. En tres minutos el agua cloacal atraviesa un filtro y regresa totalmente mejorada en un 70 u 80%”, afirmó el ingeniero. Aunque el líquido resultante no es apto para consumo humano, sí puede usarse para riego, lavado de autos y otras acciones similares, permitiendo reutilizar gran parte del valioso recurso natural.
A su vez, Blando comentó que también es factible aplicar el sistema en espacios más reducidos. Siguiendo al experto, para obtener alrededor de 10 litros de agua purificada, se pueden realizar algunos simples, pero efectivos cálculos: “Por metro cuadrado se pueden filtrar aproximadamente entre 200 y 500 litros de agua por día y en ese metro cuadrado puede haber un kilo de lombrices, o sea entre mil y cinco mil lombrices, que a su vez son capaces de comer dos kilos de materia orgánica por día”.


Compartir el saber
Por otra parte, el emprendedor comentó que todos los sábados por la mañana, los interesados en aprender más sobre compost y filtros biológicos están invitados a llevar sus residuos orgánicos a la sede de Punto Lombriz, ubicada en el kilómetro 3 de la avenida Padre Luchesse, por la colectora.

Cada vecino puede acercarse al lugar y dejar sus residuos a costo cero, desde restos de frutas y verduras hasta hojas secas o ramas. El material nuevo cae en una pila ya compostada, por lo que no se necesita removerla todo el tiempo, ya que “las lombrices hacen todo el trabajo”.
“Considero que Punto Lombriz no es solo un lugar de venta de lombrices y compostaje, es un punto de encuentro”, manifestó el agrónomo, quien está desde primera hora en el lugar asistiendo y quitando dudas a quienes se acercan a conocer el proyecto.
“Es un lugar donde se pueden compartir ideas y experiencias, no sólo desde lo técnico, sino desde la vida misma”, detalló el experto en lombrices, que también publica consejos y guías de compostaje casero en su cuenta de Instagram (@puntolombriz). En esta línea, destacó a su vez el apoyo de la Municipalidad de Villa Allende en la tarea de incentivar a los vecinos y vecinas.
Finalmente consideró que frente al cada vez más ineludible problema de falta de agua que atraviesa la humanidad, volver a utilizar estos métodos naturales y ancestrales se convierte en una alternativa sustentable, fácil, rápida y económica. “Es una de las soluciones más antiguas del mundo. Si bien a veces existe una romantización en torno al compostaje, entender cómo funciona todo el sistema es fundamental”, consideró el ingeniero.
La efectividad de su trabajo lo llevó a compartir sus ideas no sólo por toda la provincia, sino también en el exterior. “Caminar con las lombrices me llevó a muchos lugares, desde Buenos Aires hasta Perú. Es muy difícil dimensionar la necesidad que existe en todos lados de encontrar soluciones concretas a los problemas ambientales”, valoró.
“Las lombrices armonizan el entorno local y como humanos también debemos aprender a armonizar el medio en el que nos movemos diariamente, de eso se trata el concepto de economía circular, de respetar el espacio del otro”, afirmó el apasionado del compostaje.

