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Cantar el día a día

Pablo Bruno es un joven cordobés de 23 años que dedica su carrera al folklore, el género que sus abuelos le enseñaron a amar. A través de la música, este cantautor busca expresar las vivencias de su presente y su gratitud hacia la vida. Durante la pandemia, aprovechó el parate para editar su primer disco, “Nuestro grito”.

Por Bruno De Santis y Octavio Bottarelli (4to IENM).


Nacido en Barrio Pueyrredón de Córdoba capital, Pablo Bruno se ha convertido en un habitué de los espacios culturales sierrachiquenses. Con base en Villa Allende, este cantante, compositor y músico de sólo 23 años ya cuenta con su primer disco grabado y lo canta por toda Córdoba. Se trata de “Nuestro grito”, un trabajo nacido del amor y la gratitud, en palabras de su autor.

El Milenio: ¿Cómo llegaste a la música? ¿Algún familiar te acercó?

Pablo Bruno: Eso es algo muy loco porque en mi casa nadie es músico. Y ya desde muy chico yo me armaba una batería en casa con lo que hubiera y empezaba a tocar, hasta inventaba canciones con eso. Mi abuelo vio que me gustaba la música, entonces me regaló un bombo legüero, que hasta el día de hoy lo tengo.

Fue muy particular esa situación con mi familia, porque realmente no había nadie que tocase nada ni teníamos ningún instrumento. Hasta que llegué yo y la casa se empezó a colmar. Hoy tengo batería, piano, guitarras, charango y muchos elementos más.

EM: ¿Y por qué elegiste el folklore como género principal?

PB: Yo llego al folklore gracias a mis abuelos. De niño ellos me llevaban a las peñas, íbamos los tres juntos para todos lados. Aparte también bailaba en un taller cuando tenía cinco o seis años. Así fui adquiriendo ese amor por las peñas, por los encuentros y por esta gran familia que es el folklore.

Más tarde, en la adolescencia, empecé a tocar la batería y formé una banda de rock nacional, donde hacíamos temas propios y covers de La Bersuit, Onda Vaga, etc. Esa etapa duró poco tiempo, pero fue muy interesante, hasta ganamos un concurso.


“A mis abuelos les debo el amor por esta gran familia que es el folklore”, afirma el joven cantautor. Foto gentileza Agustín Rearte.

A los 16 años agarré la guitarra y empecé a componer. Ahí me conecté de vuelta con el folklore y empecé a dedicarme por completo a cantar con este género. A pesar de que me gustan mucho los instrumentos de percusión (toco batería, bombo legüero, cajón peruano, congas, bongó, etc.), encontré una conexión especial con la guitarra. Más recientemente, también comencé a acercarme más al piano.

EM: ¿Integrás algún grupo o banda en este momento?

PB: Tengo mi proyecto como solista y me acompaña un grupo de músicos. Tenemos piano, guitarra, bajo, percusión y batería. Dependiendo de dónde tengo que tocar, a veces voy con ellos o no. Cuando está la banda completa en el show, abrimos el espacio a otros géneros como el candombe, el bossa nova y el jazz. Jugamos un poco con eso, pero siempre partiendo del folklore.

EM: ¿En qué espacios solés tocar por Sierras Chicas?

PB: Hemos estado varias veces en La Minerita, en el Cine Teatro Municipal de Unquillo, en Río Ceballos y en varios lugares independientes de la zona. Hace poco en Villa Allende estuve realizando mi peña, que es la Peña Andariega, en Triki Traka. Ahí hemos compartido con José Luis Aguirre, Lenny Carabajal, Paola Bernal, entre otros artistas.

También estuve tocando por Córdoba (tuve la gran suerte de conocer a Peteco Carabajal en un lugar que se llama El Viejo Molino). Ando moviéndome en lugares independientes donde se siente que hay un apoyo y un acompañamiento para los artistas que estamos en este camino, floreciendo.

EM: ¿En qué te inspiraste para hacer tu primer disco “Nuestro grito”?

PB: Yo creo que lo principal que me motiva y me inspira es el amor, llevarlo al presente y de acuerdo a mis propias experiencias. El amor por lo que hago, por la música, por la vida. Todos los días agradezco poder respirar, estar en contacto con la naturaleza y con la gente, porque creo que nos necesitamos unos a otros. Me gusta contar mis vivencias y lo que veo en este presente, eso es lo que está siempre vibrando en mí.

EM: ¿Qué fue lo que más disfrutaste del proceso?

PB: El armado de las canciones con mis amigos músicos. Este primer disco no fue sólo una etapa de aprendizaje para mí, sino también para ellos.

EM: ¿Por dónde difundís tu trabajo? ¿Te ayudan las redes sociales?

PB: Yo creo que la principal herramienta es el boca a boca, pero las redes sociales tienen esta particularidad de que nos alejan de la gente que tenemos cerca, pero nos acerca a quienes están lejos, así que las tomo como una forma más de difundir mi trabajo.

EM: ¿Cómo ves el folklore en Sierras Chicas?

PB: Es espectacular, sobre todo en Unquillo y Mendiolaza, hay muchos músicos en esas zonas que aparte nutren al folklore con influencias de otros géneros, lo cual es muy interesante. Además, a Córdoba vienen artistas de todo el mundo, entonces se enriquece la cultura y la música de una manera muy particular.

EM: ¿Cómo definirías al público joven del folklore?

PB: Me parece que no es tanto, pero sí es bastante. Muchos simplemente no lo escuchan o no les llega, los medios no te lo muestran o te lo muestran de otra manera. El folklore es una gran familia y para mí los géneros llegan a las personas en el momento que tiene que ser.

EM: ¿Cómo te afectó laboralmente la pandemia?

PB: Creo que a todos nos impactó muchísimo, pero al mismo tiempo elegí no poner el foco en las partes negativas, prefiero resolver. Yo grabé mi disco en plena pandemia, por ejemplo. No podíamos tocar, así que pensamos qué podíamos hacer y terminamos metiéndonos de cabeza al estudio.

EM: ¿Qué proyectos te tienen ocupado actualmente o planeas llevar a cabo en el futuro?

PB: En este momento estoy componiendo, siempre en una conexión con la escritura y las canciones. Aparte tengo varios proyectos con la música, para poder expandir este camino y también seguir estudiando, todos los días hay algo para aprender.

Hace poco sacamos el videoclip de una canción que se llama “Un halo de zamba” y estamos planeando grabar una canción con una batucada que se llama “Yo te invito”. Es un tema dedicado a la juventud, para ese momento cuando terminás el colegio y no sabés para dónde ir, es como que yo te invito a soñar que todo se puede, intentalo.


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