El Milenio

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Relatos folclóricos

La reciente presentación de Los Sacha en el Festival de la Solidaridad es una de las tantas instancias que los une a Sierras Chicas y que genera anécdotas. De esas aventuras que los han llevado a ser quienes son y los han mantenido unidos, habla María Eugenia De La Rosa en esta nota.

El Milenio: ¿Qué los une a Sierras Chicas?

María Eugenia De La Rosa: Yo particularmente vivo hace 6 años en Mendiolaza, Marcelo Yzurieta también ha sido vecino de la región por buen tiempo. Pero mi madre hace años que vive en Unquillo, así que hemos estado muy ligados desde hace mucho tiempo a esta zona. Porque además, nos criamos cerquita de la Avenida Ricardo Rojas. Todo nos llevó a presentarnos en diferentes espacios como en el Lido Bar, en reiteradas oportunidades en el Festival de la Solidaridad, en eventos a beneficio en Unquillo y Villa Allende y también hemos tocado en Río Ceballos.

Particularmente con Unquillo tuvimos una experiencia muy linda a con la murga local y los carnavales. Porque en una ocasión, la comisión del festival de Cosquín nos solicitó que hiciéramos una puesta diferente y elegimos hacer un candombe propio en el que participamos a la murga de Unquillo para que acompañara con los malabares, coreografías y vestuarios más vistosos. Y luego, ellos nos invitaron a participar en la percusión de los carnavales.


EM: ¿Cómo fueron sus inicios?

MEDLR: Nuestro debut oficial fue en la fiesta del estudiante del colegio al que iba Marcelo en 1985, instancia que los obligó a organizar un repertorio y planear un espectáculo. Nuestros primeros repertorios eran tradicionales, canciones de otros que nosotros interpretábamos, así seguimos hasta el año 90 tocando en festivales barriales, no tanto en peñas porque éramos muy chicos.

Siempre hemos hecho folclore pero hubo una época en la que nos queríamos hacer los extravagantes y tocamos rock. Queríamos tener un sonido ameno para la gente de nuestra edad, cuando éramos jóvenes. En aquel entonces, el folclore estaba muy ligado a cosa de viejos. Pero entendimos que como toda la música, es atemporal, no tiene edades.

Así, logramos darle una impronta propia, con arreglos que respetaban la estructura del folclore, pero con sonido más fresco y con canciones para bailar. Con la incorporación de instrumentos que no eran del folclore tradicional, como batería, bajo y saxo.

Interesados en estos nuevos recursos en los instrumentos, repertorio, predisposición, energía y hasta la estética diferente -nuestra y de otros muchos artistas- mucha más gente joven se ha acercado al folclore. En esas búsquedas que perduran hasta hoy, hemos fusionado bastante con rock, fundamentalmente, al hacer un disco con la producción de Mariano Martínez de Ataque 77.

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EM: ¿Qué representó ser parte de la movida del folclore joven?

MEDLR: Esa época de alguna manera representó la etapa más profesional de la historia de nuestro grupo. Ir a Cosquín fue una gran vidriera, mucha gente nos conoció ahí. Y fue gracias con un disco que grabamos en el 95 pero no salió a la venta, que nos sirvió de demo para poder presentarnos.

Fueron un par de temporadas de ir a tocar a las peñas de Cosquín a las 6 o7 de mañana, que es el derecho de piso lógico. Así, en el 97 nos vio un productor de BMG y sacamos nuestro primer disco comercial. Con esto de que las discográficas se empiezan a interesar en grupos de folclore de gente joven se da la movida en la que nos empezamos a cruzar por ejemplo con Los Nocheros, Luciano Pereyra y Abel pintos en todos los festivales.

Y se organizan giras que se llamaban de Canto Joven en la que participábamos nosotros, Soledad, Los Tekis, Los Alonsitos, Cuti y Roberto, Raly Barrionuevo y Amboé, entre algunos otros.

Los Sacha, en quichua significa monte. El nombre del grupo era inicialmente “Sachamanta Amuyku”, la dificultad a la hora de presentarlos, llevó a la abreviatura.

EM: ¿Cómo definirían a su público?

MEDLR: Diríamos que es familiar, pero nuestro gran error a nivel marketing -dicho por especialistas- es precisamente no tener definido a qué publico estamos dirigidos. Eso nos llevaría a determinar el repertorio, las producciones y todo concretamente.

Nos mantenemos bastante al margen de estas estrategias, e incluso lo vemos como una fortaleza ya que colabora a nuestra permanencia en el tiempo como grupo. Porque no nos aburrirnos haciendo siempre lo mismo y lo que dicta un mercado en particular y así podemos ser fieles a lo que a nosotros nos gusta y disfrutamos.

Además, esto hace más fácil y grata la experiencia de los shows en vivo porque vamos adaptando el repertorio de cada espectáculo sobre la marcha, según la lectura que hacemos del público. Tratamos de estar atentos a los que le gusta a los que nos siguen sin tenerlos identificado como público. Nosotros nos podemos conocer mucho, pero conocer al público es imposible, ya que varía mucho por regiones (provincias) y por tipo escenarios (peñas, festivales, teatros).

En definitiva, flexibilizamos el repertorio, aunque la selección de temas la basamos en el cancionero popular de Córdoba. Tratamos de buscar autores de Córdoba o canciones de referentes cordobeses como el Chango Rodríguez, Ica Novo y Carlos Di Fulvio, entre otros.

Por otro lado, tenemos composiciones propias y coautorías con amigos que no son conocidos en el ambiente pero que nos gustan cómo componen y se adapta a lo que nosotros queremos decir.


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