- Colaboradores:
- Lucila Crostelli y Lucas Foscalino, IMVA.
- Yacu Chalub y Valentín Brasca. IENM.
“Si un hombre muere – escribió William Carlos Williams – es porque la muerte se apoderó antes de su imaginación. La muerte se apoderó de la imaginación de mis pacientes ese mes, y mi tarea era liberarlos de sus garras”, escribió Siddhartha Mukherjee, en su libro “El emperador de todos los males”.
La lucha por salvar vidas representa la tarea cotidiana de los profesionales del campo de la salud. No sólo socorren personas sino que además sufren los golpes y las situaciones paralelas que presenta su profesión. Así se conocen a los “gajes del oficio” en la medicina.
Tanto hombres como mujeres deciden encaminar sus vidas al cuidado de la salud, tanto física como mental. La elección del trabajo se trata de pasión y vocación. La necesidad de ayudar lleva a ciertas personas a elegir oficios comprometidos con la vida. Este es el caso de muchos profesionales de la salud en Sierras Chicas.
“Me gustaba mucho el deporte, pero no podía estudiarlo así que me decidí por kinesiología porque me podía dedicar a la a la rehabilitación del deportista”, contó Daniel Farías, kinesiólogo.
También Gabriela González desde una edad temprana descubrió su motivación: “Desde chica siempre dije que quería ser psicóloga, me gustaba hablar con mis amigas y aconsejarlas. Siempre me interesó lo que sentían y lo que les pasaba”.
Lo bueno, lo malo y lo feo
Siempre hay días malos. Para estos profesionales los días grises representan la pérdida de la vida humana o el contacto directo con el dolor ajeno.
Así lo expresó Farías: “Los días más difíciles eran cuando trabajaba en terapia intensiva. Sentís que todo lo que estudiaste no alcanzó para salvar la vida de un paciente. Te sentís muy mal sabiendo que no podés ayudar”.
Pablo Gaudiano, médico de guardia del hospital de Unquillo, dedicado a la atención de situaciones emergentes, precisa de temple y dedicación en su puesto. “La primera vez que tuve que decirle al familiar de una persona joven que había fallecido, fue un día muy duro. Entró vivo y después de reanimarlo por un tiempo ya no podía hacer más nada. Te parte el corazón y te lo sigue partiendo cada vez que sucede”, afirmó el médico de guardia.
Sin embargo, no todo es malo. El esfuerzo y la entrega siempre brindan sus frutos.
“Tuve un paciente en rehabilitación que estaba al borde de la muerte y había que aplicarle el tratamiento cuatro o cinco veces al día. Se recuperó y volvió a estudiar. Cuando se recibió me eligió como padrino de su egreso. Verlo en ese momento, después de cómo había estado, es de verdad gratificante”, confesó el especialista en kinesiología.
“Lo más lindo en la vida y que siempre llena el espíritu son los partos, ver la vida nueva. Es realmente emocionante. Además, el médico viene y hace su trabajo, en cambio las enfermeras sabemos todo sobre nuestros pacientes”, dijo Silvia Tulián, enfermera del hospital de Unquillo.
Todo trabajo tiene sus funciones específicas, responsabilidades que deben ser llevadas a cabo. Así mismo, a veces se encuentran situaciones insólitas. Y otras son recurrentes, pero estos eventos están vinculados a la labor cotidiana. Son, los gajes del oficio.
“Ayer me llegó un paciente de 8 años y la consulta urgente era “miedo a la tormenta”. En ese momento yo dije “esto no es para a mí, esto es para un psicólogo”. Pero el chico tenía miedo, temor, ansiedad. Esos son los gajes del oficio: encontrarte día a día diciendo este caso no es para mí”, relató Gaudiano.
También los psicólogos: “Cuando sos psicólogo y alguien te pregunta de qué trabajas, y decís que sos psicóloga, tenés que escuchar los problemas de esas personas. La gente cree que puede contarte sus problemas y que se los podes solucionar en el momento. También creen que por ser psicóloga mi vida es perfecta y que tengo todo resuelto”, planteó la profesional.
Asimismo, muchos de los profesionales de la salud consideran inadecuada la burocracia que organiza al sistema. Es observado como una traba para un desempeño más fluido y adecuado de la salud. “Estamos bastante bien en Argentina, pero lo peor es que tenemos que trabajar con obras sociales que tienen demasiada burocracia”, afirmó el kinesiólogo. La misma idea expresó la enfermera: “Me molesta mucho toda la cuestión administrativa. Para mí, la salud no espera”.
“No puede ser que ‘Derivación de Pacientes’ no consiga camas para los pacientes que deben esperar con dolor e incluso en estados graves. La idea es que al atenderlo no sufra. Me parece terrible e inhumano”, sostuvo Silvia Tulián, y lamentándose agregó: “La salud ya no es como antes, yo sentía que tenía todo a mano para tratar con el paciente. Ahora ellos deben esperar muchas horas”.