Por Prof. Elena Kuchimpós (Directora Nivel Primario IMVA)
Muchos de nosotros hemos escuchado la expresión “no me llevo bien con este tipo de cosas creativas” ó “No tengo imaginación para ello”…, y es aquí cuando debemos plantearnos ¿la creatividad es algo que podemos aprender? O por el contrario, ¿es algo genético con lo que nacemos?
Comencemos por definir que entendemos por Creatividad.
La creatividad es la capacidad de crear, innovar, generar nuevas ideas…
Es un proceso mental, y como tal se aprende. No es algo innato que unos tenemos y otros no. No depende de rasgos estables de personalidad, sino de una serie de características personales, habilidades cognitivas, circunstancias sociales y culturales, recursos materiales, etc. Por lo tanto, puede ser desarrollada en cualquier ámbito y por cualquier persona.
En este proceso intervienen el cuerpo y la mente en interacción con el mundo exterior y desde el cual se nutre.
Por lo tanto, la creatividad no es magia. No es una característica que heredamos en nuestros genes, ni una bendición concedida por el universo. Es una habilidad. Cualquiera puede aprender a ser creativo y mejorar.
“El énfasis en la educación no debería estar tanto en lo que deben aprender los estudiantes, sino en qué hacer con lo que aprenden”. Paul Torrance.
Todos poseemos un talento, todos tenemos la capacidad de ser creativos. En la mayoría de los casos el concepto de creatividad se relaciona con cuestiones artísticas: una obra literaria, una pintura, la composición musical, etc, etc. Pero no se agota solo en el arte. Por ello, hablamos de proceso creativo, que se refleja en el modo de buscar soluciones, de aplicar lo aprendido, de encontrar caminos alternativos para el desarrollo de nuevos desafíos.
Existen algunos ejercicios que estimulan la creatividad:
- La lectura frecuente: tiene una importancia fundamental en el funcionamiento cerebral. El entrenamiento en la lectura, no solo relaja y trabaja mejor el sistema nervioso, sino que desarrolla el pensamiento cognitivo, la memoria, agilizando los procesos mentales que promueven nuevas ideas y experiencias.
- Cuestionarse el mundo: esta habilidad tan desarrollada en los niños, es una excelente herramienta para estimular la imaginación.
- Practicar ejercicios: la actividad física favorece el funcionamiento de nuestro cerebro, ya que se estimula con un mayor ingreso de oxígeno, lo cual amplia las posibilidades de procesar la información y desarrollar la creatividad.
- Hidratación: la mente funciona mucho mejor con abundante ingesta de líquidos.
- Visualizar metas: un excelente ejercicio es visualizar metas como desafíos que se le presentan a nuestro cerebro a resolver. Esto pone en acción el hemisferio izquierdo, centro básico de la creatividad.
“La creatividad rara vez sucede por accidente; por el contrario, tiene un propósito y requiere de preparación, esfuerzo y disciplina”. Manzano- et al.- 1989.