Así amaneció la parada de interurbanos ubicada frente a la Colonia de los Lecheros (ATILRA) en Villa Allende. Las lluvias de la semana pasada ya habían convertido el sitio en un lodozal. Las grandes huellas de los colectivos se secaron un poco este fin de semana, dejando unas zanjas bastante profundas que anoche volvieron a convertirse en barro con la tormenta.
Mientras los usuarios luchan para cruzar la ruta y llegar a la parada sin ensuciarse completamente, los colectivos deben parar cada vez más adelante para que los pasajeros no terminen enterrados al subir y bajar de las unidades.
Así amaneció la parada de interurbanos ubicada frente a la Colonia de los Lecheros (ATILRA) en Villa Allende. Las lluvias de la semana pasada ya habían convertido el sitio en un lodozal. Las grandes huellas de los colectivos se secaron un poco este fin de semana, dejando unas zanjas bastante profundas que anoche volvieron a convertirse en barro con la tormenta.
Mientras los usuarios luchan para cruzar la ruta y llegar a la parada sin ensuciarse completamente, los colectivos deben parar cada vez más adelante para que los pasajeros no terminen enterrados al subir y bajar de las unidades.