- Participaron: Paulina Toloza y Renata Martínez (4to IMVA). Valentina Cortez y Geraldina Cánovas (4to IENM).
Migrar es una circunstancia cada vez más presente en la vida de muchos. Algunas personas se desplazan a otros países en busca de trabajo o de nuevas oportunidades económicas, para reunirse con sus familiares o para estudiar. Otros se van para escapar de conflictos bélicos, persecuciones o violaciones de los derechos humanos.
En los años 90, con la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la situación económica de Ucrania se deterioró mucho y la inseguridad aumentó notablemente. Esto generó una gran ola migratoria desde los países de la ex Unión Soviética hacia distintos lugares, entre ellos Argentina.
Eugenia Beyfeld tiene 36 años y nació en la ciudad ucraniana de Donetsk. Vivió un buen tiempo en Rusia y ahora hace ya 22 años que se encuentra en Argentina. En un principio aterrizó en Salta, pero con el pasar de los años, su camino la fue llevando a Buenos Aires y finalmente a Córdoba.
Hoy, desde Río Ceballos, la ucraniana de corazón argentino comparte sus experiencias en Sierras Chicas y habla de los pros y contras de vivir en el país a través de sus dos canales de YouTube.

“La idea principal en ambos canales no es decirle a la gente que venga o no venga a vivir Sierras Chicas, sino mostrarles mi realidad y las diferentes opciones que existen. La decisión es de cada uno”
Eugenia Beyfeld
Los caminos de la vida
A fines de los 90, con Ucrania atravesando una crisis insostenible, la familia de Eugenia decide emigrar. Su madre empezó a mandar cartas a las embajadas de los distintos países y recibía sus respuestas con todos los requerimientos de cada nación para entrar en el territorio. Así, Argentina surgió como la opción más viable.
Finalmente, tras seguir muchos pasos burocráticos, la familia emigró en el año 2001 hacia estos lados del mundo. Se instalaron en Salta, ya que el padre de Eugenia era músico y tenía una oportunidad laboral en la orquesta sinfónica de esa provincia.
.Así fue como Eugenia pasó su adolescencia en el norte del país. “Agradezco mucho la cercanía que empecé a tener con la naturaleza, ya que en varias situaciones acudí a ella para calmar mis problemas de ansiedad o depresión. La calidez de la gente también fue un factor sumamente importante”, contó a El Milenio.
Aun así, no niega que le fue difícil adaptarse. “Lo que más me impactó fueron las grandes diferencias socioculturales. En Ucrania la mayoría de la población es clase media baja, pero acá en Argentina vi personas muy pobres y personas muy ricas”, ejemplificó.
Ya más de grande su rumbo cambió, se recibió como ingeniera química y Buenos Aires comenzó a ser su lugar de residencia. Después de un tiempo, Córdoba apareció en el mapa. “Hubo un momento que en Capital Federal no me hallaba, no me sentía en casa, así que decidimos con mi pareja volver a Salta, para después terminar encontrándonos con Sierras Chicas”, recapituló Eugenia.
Sacando todos los ahorros del bolsillo, la pareja de jóvenes se compró un terreno en Río Ceballos, donde actualmente residen, y de a poco fueron construyendo su vida en Córdoba. “Hoy por hoy me siento argentina”, aseguró la vecina.

YouTube bilingüe
Eugenia siempre se mostró como una amante de los viajes y de la naturaleza. En su adolescencia, recorrer distintos lugares de Salta fue como cierto escape de la realidad para ella. Cuando llegó a Buenos Aires, los viajes y las salidas de fin de semana con su pareja se volvieron infaltables y así fue como terminó recorriendo muchos sitios de Argentina.
Una vez instalada en Sierras Chicas, la joven sintió la necesidad de contar lo que le estaba sucediendo y cómo había descubierto este lugar en el corazón del país. “La idea de hacerme un canal de YouTube se me pasó por la cabeza muchas veces, porque siempre quería mostrar cada lugar que visitaba, pero dudaba mucho”, confesó.
Hasta que un día, se decidió a arrancar en el mundo audiovisual. En febrero de este año comenzó con su canal en español, el cual se llama simplemente “Sierras Chicas” y hoy tiene más de 1600 suscriptores. Su contenido gira más que nada alrededor de su propia experiencia. Uno de sus videos más virales (que reúne más de 40 mil vistas), por ejemplo, muestra los distintos atractivos de vivir en el llamado Gran Córdoba.
“Muchas personas buscan un cambio de vida, mudarse desde las grandes ciudades a lugares más tranquilos. Este canal está dirigido a ellas, así como también a quienes quieren conocer lugares para realizar paseos en la naturaleza”, dice la descripción de su canal primario en YouTube.

Este mismo febrero, Eugenia decidió abrirse otro medio para contar su historia de vida, pero en ruso, para así tener más alcance y de alguna forma llegar a aquellas personas que quizás estén pasando por la misma situación que ella pasó en algún momento. Por eso varios de sus videos están disponibles tanto en español como en ruso.
“La idea principal en ambos canales no es decirle a la gente que venga o no venga a Sierras Chicas, sino mostrarles mi realidad y las diferentes opciones que existen. La decisión la termina tomando cada uno”, explicó Eugenia y agregó: “Es muy loco el mundo de YouTube. Empecé media perdida con el tema de grabar y editar, y hoy en día me encuentro con gente que quiere conocerme y que los ayude con el tema de emigrar”.
En este rumbo, Eugenia llegó incluso a dar clases de español a personas rusas. “Me contactaron para pedirme cursos de idiomas, algo que yo nunca me hubiese imaginado cuando empecé todo este camino, pero cuando te animás a algo nuevo, después se generan un montón de oportunidades”, afirmó.
“Ambos canales son más que nada lo que yo siento que quiero contar y no me presiono tanto por generar más visualizaciones, aunque yo sé cuáles son los videos que interesan más. Es 100% un hobby para mí”, enfatizó la entrevistada.
Con una mirada que abarca los pros y los contras, Eugenia apunta a seguir compartiendo sus procesos como inmigrante enamorada de Sierras Chicas y continúa trabajando en sus dos canales de comunicación para que sus historias y aventuras lleguen a aquellas personas que lo estén necesitando en el momento justo.