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Crianza sustentable: una opción posible

Lactancia, pañales de tela y hábitos saludables son algunos de los temas de los que @MamaSustentable habla en su cuenta de Instagram. En diálogo con El Milenio, Mercedes Monserrat, vecina de Villa Allende, nos comparte los detalles de este emprendimiento que nació con su primer hijo en 2018 y hoy reúne más de 35 mil seguidores.
  • Por Daiana Zilioli. periodico@elmilenio.info. Participaron: Santiago Chavarini y Mateo Canavosio (4to IENM). Facundo Benasich y Lorenzo Ibarra (4to IMVA).

Si bien hablar de pañales de tela no es precisamente “una novedad”, desde hace algunos años viene cobrando fuerza una versión moderna de esta histórica herramienta que se propone como alternativa sustentable frente al elevado costo ambiental de los pañales convencionales, que tardan más de 500 años en degradarse.

A los beneficios ecológicos se suman los económicos y, fundamentalmente, los que hacen a la salud y cuidado del bebé. Todo ello ha contribuido al “revival” de los pañales de tela, una opción cada vez más popularizada. Hasta el cantante colombiano Camilo los incluye muy originalmente en el videoclip de su tema “Pegao”.

Pero lo cierto es que cuando se habla de crianza consciente y sustentable, los pañales ecológicos son solo un tema dentro de la multiplicidad de aristas que implica su abordaje. Con más de 35 mil seguidores, la licenciada en Administración de Empresas, puericultora y creadora de contenido Mercedes Monserrat busca diariamente desde Villa Allende acercar a las familias otras maneras de pensar la crianza de niños y niñas.


El Milenio: ¿Cómo y porqué nació Mamá Sustentable?

Mercedes Monserrat: Siempre fui muy curiosa, me gusta investigar sobre lo que me interesa. Cuando supe que sería mamá retomé el tema de los pañales de tela modernos, que era algo que ya había llamado mi atención mucho antes de quedar embarazada. 

Cuando finalmente comenzamos a utilizarlos, al principio mitad ecológicos y mitad descartables, nos dimos cuenta que era algo que funcionaba y nos resultaba más fácil de lo que habíamos imaginado. Así que con mi pareja decidimos dejar de comprar pañales tradicionales. 

En ese momento yo tenía un canal de YouTube sobre gastronomía con el que me iba muy bien, hasta que una amiga de una amiga, una activista ecologista muy conocida, Dafna Nudelman (“La loca del taper”), me tiró la idea de armar una cuenta exclusivamente sobre pañales de tela, que en ese momento no había. 

Me pareció algo muy interesante, ya que podía brindar información sobre mi propia experiencia y todo lo que había investigado. Abrí la cuenta (en Instagram) y creció tanto que, en tres meses, decidí dejar lo de la cocina y quedarme solo con los pañales. 

EM: ¿De qué se trata la propuesta?

MM: La propuesta nació para brindar información principalmente a familias sobre todo lo que implica la crianza consciente, es decir, una crianza saludable y sustentable. Dos cuestiones que para mí van de la mano completamente, porque no se me ocurre ningún ejemplo en el que algo sustentable no sea saludable y viceversa. 

Acercar a las familias a repensar hábitos cotidianos que beneficien tanto a la salud del bebé como del planeta en general, es mi principal objetivo. Por eso no sólo hablo de pañales, sino que también abordo preguntas como qué productos compramos al bebé o qué tipo de alimentos le ofrecemos, por ejemplo. Además, ofrezco asesorías, cursos y talleres sobre lactancia prenatal, pañales de tela y otros temas relacionados a crianza en general. 


EM: ¿Cuáles son esas temáticas vinculadas a la crianza que elegís abordar?

MM: Diría que todo lo que se refiere a la salud de los bebés. Me gusta esa idea como un llamado a repensar para las familias, acerca de qué es necesario usar y qué no en términos de bienestar para el bebé y el ambiente.

También hablo mucho sobre cómo usar pañales de tela, porque es para lo que más me buscan. Cuestiones más puntuales sobre cómo se lavan o qué marcas recomiendo comprar, ya que ahora hay muchas opciones y modelos, así como emprendimientos que los fabrican. 

Pero como decía, si bien ese es el pilar fundamental por el que nació la cuenta, actualmente me interesa hablar de muchas otras cosas que hacen a la crianza, como es el tema de lactancia. Como puericultura (asesora de lactancia) considero importante desmitificar la idea de que con un bebé se gasta mucho en leche y pañales. Considero que es posible utilizar sólo 20 pañales de tela y ofrecer leche materna (mientras se pueda) al menos durante dos años, que es lo que se recomienda para el bebé, sin ser necesario comprar leche de fórmula ni de vaca.

EM:¿Cuál es la importancia del factor económico en la crianza sustentable?

MM: La cuestión monetaria muchas veces es la puerta de entrada de muchas familias a esta alternativa de crianza, porque a la larga el gasto es menor, como sucede en el caso concreto de los pañales de tela en comparación a los descartables. 

Por ahí al principio nos asusta el precio, porque un pañal descartable cuesta 80 veces menos que uno ecológico. Pero con solo 20 pañales de tela se sustituyen un total aproximado de 6.000 pañales desechables. Entonces, a la larga, la inversión es muchísimo menor, costosa al principio, pero redituable al final.

Ni hablar el impacto positivo para el ambiente: usando pañales de tela se evitan 130 kilos de plástico por niño/a al año. También son más saludables para el bebé, de hecho, muchas personas los eligen a raíz de algún problema, como alergia o dermatitis, generado por los pañales convencionales.

EM: ¿Cómo es el vínculo con las marcas/emprendimientos que recomendás en tu cuenta?

MM: Trabajo en red con otras activistas con las que nos mantenemos en comunicación constantemente para brindar información y recomendar productos. Yo decido difundir emprendimientos más pequeños que considero realmente conscientes y que aportan a que sea un producto necesario y valioso. 

Con las marcas que más trabajo son las que ya conozco, porque las elegí, las compré y porque nos conocemos de una manera más cercana. Por ahí quienes me piden promoción sin conocernos, son las propuestas que más rechazo, porque muchas veces no estoy de acuerdo con todo lo que promueven o siento que van en contraposición con lo ideológicamente sustentable. No puedo mostrar y recomendar algo que no vaya en sintonía con lo que digo todos los días.