Desde 1997, Martín Ferrer le aporta su conocimiento y experiencia a la Educación Física, enfocado principalmente en la diversidad funcional. En la actualidad, a través de la Agencia Córdoba Deportes, se ocupa de desarrollar y coordinar proyectos en el área de Deporte Adaptado. Así, el entrenador de 48 años pasa sus días impulsando a los jóvenes para que puedan crecer en autonomía e independencia a partir de la práctica deportiva.
Amparo Calzona, estudiante del Instituto Educativo Nuevo Milenio de Unquillo, es una de sus discípulas. “Antes hacía nado sincronizado, pero a fines de 2018 conocí a Martín, probé entrenar con él y, desde ese momento, nunca me fui”, cuenta la joven. “Correr es algo que siempre quise hacer y gracias a este grupo y a este profe, puedo hacerlo con muchísima confianza”, afirma al hablar de la importancia que tiene el atletismo en su vida.
Martín Ferrer es consciente de los beneficios inherentes a la práctica deportiva. “Lo que siempre destacamos es el deseo de superación, la constancia en el trabajo y que, aunque haya bajones, predomine el espíritu de querer continuar”, afirma. En este marco, el profesor cordobés guía en sus entrenamientos a deportistas preseleccionados por el equipo argentino de atletismo adaptado y también a un nadador de la Selección Nacional.
En septiembre de 2019, el equipo coordinado por Ferrer obtuvo el primer puesto en atletismo adaptado de los Juegos Región Centro. Foto gentileza Agencia Córdoba Deportes.
El Milenio: ¿Qué te llevó a convertirte en profesor de deporte adaptado y, puntualmente, de atletismo?
Martín Ferrer: Siempre practiqué deportes, desde niño. Ya en tercer año del secundario elegí la orientación, aunque todavía no sabía muy bien hacia dónde iba. Me centré en la pedagogía primero y después decidí convertirme en profesor de Educación Física.
Estando en mi primer trabajo, en una escuela con modalidad de educación especial, comencé con un proyecto de atletismo adaptado donde los estudiantes participaban una vez cada quince días, una clase en la escuela y la siguiente en el Centro de Desarrollo Deportivo Pucará.
Años después, la Municipalidad de Córdoba empezó a organizar olimpiadas deportivas para chicos con discapacidad y nosotros participamos en atletismo. A medida que íbamos disputando la competencia, los chicos se fueron entusiasmando cada vez más con la actividad, lo que generó que el proyecto se mantenga hasta el día de hoy, logrando que los deportistas participen de eventos como Córdoba Juega y otros regionales y nacionales, como los Juegos Evita. Actualmente ya no lo hacemos en Pucará, sino que una vez al mes vamos con la escuela a practicar en la pista del Estadio Mario Alberto Kempes.
EM: ¿Qué aptitudes encontrás en los chicos y chicas que entrenás?
MF: Lo que siempre destaco del deporte adaptado es la constancia y el deseo de terminar lo que se empieza. Por ejemplo, en una carrera, aunque seas el último que va llegando, siempre incentivamos a que finalicen el recorrido.
Los deportistas con discapacidad carecen de ciertas mañas, como eso de inventar un tirón que sirva como justificativo para una última posición. Ellos no tienen vergüenza y todo el público los alienta. Se genera un hermoso marco de solidaridad y cooperativismo. Entre ellos se ayudan mucho, cuando entrenamos lanzamientos y alguno es usuario de silla de ruedas, siempre hay otro dispuesto a alcanzarle todos los elementos.
EM: En los entrenamientos, ¿hay alguna diferencia con respecto a los métodos que se acostumbran en el deporte no adaptado?
MF: Las clases tienen las mismas estructuras de entrenamiento que un deporte convencional, en eso no hay ninguna adaptación. Lo que se modifica es la accesibilidad o los ejercicios que los chicos pueden realizar de acuerdo a cada situación particular, pero la metodología utilizada es la misma.
“Correr es algo que siempre quise hacer y hoy puedo hacerlo con muchísima confianza”, dice Amparo Calzona del IENM de Unquillo. Foto gentileza Agencia Córdoba Deportes.
EM: ¿Cómo es el espacio de trabajo en el Kempes? ¿Sentís que cuentan con el apoyo necesario?
MF: En el Kempes contamos con las dos pistas de atletismo y todos los elementos necesarios. El apoyo de la Agencia Córdoba Deportes es total a la hora de participar de eventos y torneos, promocionando el deporte en la ciudad o en el interior. Se articula con la Agencia Córdoba Joven, el Ministerio de Salud y con Turismo si hace falta algún trámite o gestión para que todos puedan participar sin problemas.
También se trabaja mucho con el Ministerio de Educación, porque son las escuelas especiales las que nos envían chicos para que participen de los eventos y, a partir de ahí, se acercan al deporte adaptado. Los deportistas pagan una cuota mínima, pero si existe alguna dificultad, se soluciona.
“Lo que destaco es el deseo de superación, la constancia en el trabajo y que siempre predomine el espíritu de continuar. Aunque seas el último de la carrera, lo importante es terminar lo que se empieza”
EM: ¿Desde la región de Sierras Chicas existen opciones para acercarse al deporte adaptado?
MF: Actualmente tenemos algunos jóvenes de Sierras Chicas. Además de Amparo, hay dos chicas de Unquillo y dos chicos de Villa Allende que forman parte de la Selección Nacional de atletismo adaptado, por mencionar algunos.
En el polideportivo de Villa Allende hay un profesor que trabaja en atletismo y también en Mendiolaza están por comenzar un proyecto nuevo. A veces se complica por la distancia, entonces la Agencia trabaja con los municipios y coordinan para proveer traslado a quienes viven lejos de los lugares de entrenamiento como el Kempes.
EM: ¿Qué es lo que más te gusta de trabajar en esta área del deporte?
MF: Lo que me mantiene más enganchado es el vínculo con los chicos y sus familias, ver los logros que van alcanzando, no sólo en lo deportivo. Por ejemplo, los adolescentes que a principio de año son acompañados por algún familiar y después ya van aprendiendo a tomarse el colectivo e ir solos a su casa, lo que les da independencia, autonomía y un crecimiento en su autoestima. Esos pequeños logros por fuera del deporte los valoro muchísimo.