Texto: Carlos Cerutti. periodico@elmilenio.info
Unos seis años antes – 1881- el barrio de San Vicente tuvo el primer tranvía (a tracción a sangre), que se dirigía desde ese lugar a la propia ciudad. Pero la fecha oficial que se toma como inicio, es en 1887 (también tirado por caballos), donde comienzan a transitar la mayoría de las unidades. Eran los tiempos en que la provincia gobernaba Ambrosio Olmos. 12 años más tarde, salen a la calle los eléctricos.
Éstos últimos, eran explotados por la «Compañía de Tranvías Eléctricos de Córdoba! -de Londres-. La city cordobesa llega a contar con 13 líneas y el kilometraje total de vías que existían, llegaba a 94 o 95 kilómetros aproximadamente.
Muy al paso, recordamos los trayectos o las cabeceras de éstos servicios: estaba el «1» de San Jerónimo a San Vicente; el «2» desde el Mercado de Aves del barrio General Paz al Hospital de Clínicas; el «3» de Alta Córdoba al Parque Sarmiento (Chalet Crisol): asimismo estaba el «4» que se dirigía desde la Estación del Ferrocarril a la excárcel del barrio San Martín.
Aquellos de «Colonia de San Vicente» (a tracción a sangre), cesaron en su andar – por ordenanza municipal – dictada en julio de 1925.
La estación donde se guardaban los coches, se hallaba en la calle Mariano Moreno -donde hoy tiene su asiento el Comando Radioeléctrico de Bomberos, dependiente de la Policía-.
La vida del tranvía, comenzó su declive en la década de los cuarenta, con la competencia de los colectivos. El 8 de octubre de 1962 y tras 75 años de existencia, se les dio de baja; siendo sustituidos por colectivos pertenecientes a la Administración del Transporte Automotor. Eran rodados marca Ford Thames (que apreciamos en la foto), y a las vías se las rellenó con asfalto.
Mientras que a los tranvías se los retiró de circulación por obsoletos, lentos y deficitarios; en varias ciudades del mundo siguen funcionando. Lisboa, San Francisco (Estados Unidos), Melbourne, Ginebra, Milán, Madrid, Bilbao y otras ciudades son algunos casos testigos, siendo a la vez, un medio de atracción turístico.
Fotos: de La Voz del Interior y Busarg