Por Redacción El Milenio
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Las últimas jornadas húmedas nos invitan a recordar días de abril con sucesivos días de aguacero. Ocurre que se trata de un otoño atípico -cosa que se ha vuelto típica en el cambio climático-, ya que será sofocante y con muchas lluvias, según previeron los informes meteorológicos
La rareza se detectó desde el inicio, este año no fue el 21 como nos enseñaron, sino el 20 de marzo. Esto se da debido a que la fecha se calcula buscando el punto exacto en que el día y la noche duren la misma cantidad de tiempo (eso es el famoso equinoccio), y si bien la Tierra se mueve a una velocidad constante, aun así no es tan constante, tiene variaciones que hacen que este fenómeno sufra ligeras diferencias cada año.
Desde el Servicio de Hidrografía de la Armada Argentina declararon que las alteraciones en los solsticios y equinoccios se explican porque el año trópico, el intervalo de tiempo entre dos pasos sucesivos del Sol por el equinoccio vernal, igual a 365,2422 días solares medios, no es divisible por el año del calendario gregoriano, que tiene 365,2425 días solares medios.
Así y todo este otoño deberá revertir su polémica performance del año pasado cuando se transformó en el más frío de los últimos sesenta y cinco años. Estadísticamente, las temperaturas medias para marzo son de 20,9 grados, mientras que para abril de 17,2 y para mayo de 13,8. Las lluvias alcanzan los 120,2 milímetros el primero de esos meses, 88 el segundo y 85 el tercero.
Las previsiones trimestrales del Servicio Meteorológico Nacional indican que este otoño, al menos hasta mayo, podría ser algo más lluvioso y caluroso que lo habitual en buena parte del territorio nacional. No se descarta la ocurrencia de eventos de precipitación localmente intensos, especialmente sobre el centro y el norte del país.
Ahora bien, lo que sí es típico es que tarde o temprano llegarán las frutas y verduras propias del otoño cargadas de todas las vitaminas y minerales para completar las necesidades de nuestro organismo a medida que desciendan las temperaturas. Por ello, es recomendable estar atentos a incluirlas en la dieta diaria porque además, ayudan a cuidar los costos de la canasta alimentaria al ser lógicamente más baratas.
Habrá que poner el ojo en las ofertas de las muy convenientes hortalizas de hojas verdes tales como la acelga, variedades de lechugas, achicoria, repollo; así como aprovechar los beneficios del apio, cebolla de verdeo, puerro, chaucha, brócoli, batata, remolacha, zanahoria, zapallo o calabaza.
En tanto a los frutos, se podrá empezar a conseguir mejores precios en bananas, limones, mandarina, manzana, membrillo, naranja, palta y pomelo. Y con todo esto idearse y repasar las recetas de platos propios de los días más cortos y frescos como guisos, sopas, mucha pasta y para animarse a prender el horno y hacer unas tortas para acompañar con una buena taza de café y hasta chocolate caliente.
Y aunque el otoño puede parecer una estación tristona, en la que llega la lluvia y desaparecen las flores, no hay que olvidarse de que se consiguen buenos hongos frescos para agregar a las comidas o incluso para aventurarse a descubrirlos en los jardines como una actividad diferente.