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La Estudiantina, marca registrada

El Concejo Deliberante de Unquillo declaró de interés municipal a la Estudiantina, un festejo con más de 30 años de historia que se convirtió en una política pública juvenil única en su tipo. En septiembre, el evento celebró una nueva edición con la participación de cientos de jóvenes estudiantes.
  • Por Daiana Zilioli. periodico@elmilenio.info
  • Participaron: Lara Pilipchuk y Kiara Tahan (4to IENM). Juan Cruz Pajón y Pedro González del Solar (4to IMVA).

Si hay algo que tienen en común les unquillenses que han vivido su adolescencia en estas tres últimas décadas, es la Estudiantina. Un evento que nació en plena década de los 90 para festejar la llegada de la primavera y el día de los y las estudiantes de las escuelas secundarias de la ciudad, el 21 de septiembre.

Con el paso de los años y el devenir de los gobiernos municipales, esta festividad se convirtió en una política pública juvenil muy enriquecedora, a través de la cual se ponen en práctica diferentes contenidos curriculares; desde expresiones artísticas y deportivas, hasta el ejercicio mismo de la ciudadanía que se practica en los diferentes espacios de participación y toma de decisión.

“Pasó de ser un evento celebrativo a ser un proceso de construcción colectiva y horizontal, algo que comienza a pensarse en abril/mayo y que culmina en septiembre con el desfile de las murgas en la Doble Avenida San Martín”, destacó Flavia Auad, miembro del área de Comunicación Institucional del municipio hace más de siete años.

Reconociendo la relevancia social que fue adquiriendo el festejo a lo largo de tres décadas, este año se promulgó una ordenanza para declararla “de interés municipal”. En palabras del actual intendente Jorge Fabrissin, se trata de un acto clave para “defender los derechos de las juventudes y la idiosincrasia de la localidad”.


De competir a compartir

En sus orígenes, la Estudiantina se desarrollaba a lo largo de una semana, en la que tenían lugar distintas actividades que los distintos colegios de Unquillo apuntaban a ganar. Había importantes premios como, por ejemplo, el famoso viaje a Chapadmalal para todo el curso.

“Era una fiesta bastante competitiva y verticalista, las decisiones organizativas las tomaba el Municipio y los chicos venían sólo a participar”, reconoció el intendente Fabrissin, que por aquellos años también gobernaba la ciudad. “Afortunadamente con el tiempo eso cambió porque entendimos que generaba violencia entre pares y eso no es algo que se puede fomentar desde el Estado”, continuó.

En 2006, durante la gestión del ex intendente Germán Jalil, se conformó la Mesa de Organización Conjunta de la Estudiantina, donde por primera vez fueron invitadas a participar las autoridades de todas las escuelas secundarias de la ciudad, así como los centros de estudiantes. 

A partir de ese año se decidió extender la participación a todos los estudiantes del Nivel Secundario (ya que hasta ese momento la Estudiantina estaba dirigida solo a cuarto, quinto y sexto año). Aunque la modalidad competitiva se mantuvo, los premios comenzaron a cambiar (por ejemplo, equipos de sonido y elementos deportivos para las escuelas).

En 2016, el municipio propuso a la mesa organizativa dejar de lado la competencia, para promover en cambio el buen trato y la convivencia entre pares. Así, la Estudiantina pasó a tener un sentido cooperativo bajo el lema “Compartir sin competir”.

“Al principio hubo mucha resistencia. Nos planteaban que, si no había premio, ¿por qué participarían? Sin embargo, a medida que fuimos argumentando nuestra postura, las distintas partes fueron cediendo”, recordó Alejandra Martínez, quién además de trabajar en la Secretaría de Desarrollo Comunitario, es parte de la organización de la Estudiantina.


Los jóvenes también deciden

Con el paso de las ediciones, la Mesa de Organización Conjunta fue tomando fuerza y los estudiantes cobraron mayor protagonismo en las decisiones, desde las temáticas de las murgas hasta el destino del presupuesto económico dispuesto por el municipio para la celebración.

“Este proceso organizativo tiene que ver con el diseño participativo de la Estudiantina. Los centros de estudiantes trasladan a cada una de las escuelas lo que se aborda en las reuniones de la mesa y son los jóvenes quienes eligen las temáticas y actividades que quieren hacer”, explicó Martínez y ejemplificó: “Este año, por primera vez, cada institución decidió libremente y mediante diferentes procesos internos, la temática de las murgas”.

En lo deportivo, los encuentros se distribuyen a lo largo de seis días, una jornada por año (división), donde los estudiantes de todas las escuelas (tanto de gestión privada como pública) se dan cita en el Polideportivo Municipal para disfrutar y practicar vóley, fútbol, handball, básquet, atletismo y otros juegos recreativos. 

En lo cultural y artístico, uno de los eventos más distintivos es el mural pintado colectivamente entre integrantes de cada una de las escuelas. Además, a lo largo de dos días, se presentan “las coreos” de cada cole en la explanada municipal. Por último, el cierre del festejo tiene lugar con el gran desfile de murgas sobre la Doble Avenida San Martín.


Modelo de exportación

Desde el municipio afirman que la Estudiantina de Unquillo es la única en su tipo en toda la provincia. Si bien en varias localidades se festeja el día de los y las estudiantes, en la mayoría de los casos se trata de eventos con muy acotada participación de la juventud en la toma decisiones.

“La Estudiantina busca fortalecer el debate, el consenso, los valores que se pueden transmitir a partir del diálogo, el ejercicio de ciudadanía y la defensa de los derechos. Es aportar un granito de arena al empoderamiento de los jóvenes”, destacó Flavia Auad.

Para el municipio, la Ordenanza N° 1468/23, aprobada por unanimidad en el Concejo Deliberante, viene a reconocer oficialmente ese aporte. “A partir de ahora, no da lo mismo que la Estudiantina se haga o no, hay una legislación que obliga a respetarla”, concluyó el intendente Fabrissin.