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Osteopatía: la persona como un todo

Pablo Ceballos es kinesiólogo y osteópata. En su centro de rehabilitación en Villa Allende aplica esta terapia manual para atender todo tipo de discapacidades en niños y adultos; interviniendo al paciente de manera global, atendiendo la causa y no sólo el síntoma de la afección e incluso mejorando la calidad de vida en enfermos terminales.
  • Redacción: Santino Vélez y Augusto Nalbandian (4to IENM). Corrección: Lic. Mabel Tula.

La Osteopatía es una terapia manual holística nacida en Estados Unidos de la mano del Dr. Andrew Taylor Still. El médico sostenía que el cuerpo tiene todos los medios necesarios para su propia sanación, con lo cual la tarea consiste en restablecer el equilibrio natural perdido y liberar las estructuras bloqueadas para que el cuerpo recupere su estado de salud óptimo.

Desde esta perspectiva, aunque el o la osteópata buscará aliviar el síntoma del paciente, siempre irá más allá para ver qué lo desencadenó. Así lo hace Pablo Ceballos, licenciado en Kinesiología y Fisioterapia y osteópata de Villa Allende con más de 28 años de trabajo.

Especializado en neurorrehabilitación y discapacidad, Ceballos tiene un centro de atención para niños con parálisis cerebral, personas con accidente cerebrovascular, lesionados medulares, patologías como esclerosis múltiples y síndromes diversos.

“En estas terapias uno interactúa con el paciente durante mucho tiempo y trabaja con el todo de la persona, no es solo un brazo o un tobillo, es toda una persona y una familia que necesitan ayuda”

Pablo Ceballos

El Milenio: ¿Por qué elegiste esta profesión? 

Pablo Ceballos: Uno siente vocaciones en la vida y esas vocaciones te llevan a tu entorno, a las personas que tenés al lado. Mi madre fue quien empezó con la reeducación y rehabilitación de personas con discapacidad, así que fui mamando, creciendo en ese entorno y me gustó la posibilidad de ayudar al otro desde una mirada general. Básicamente me crie en un ambiente de rehabilitación.

EM: ¿Desde cuándo tenés tu propio consultorio?

PC: Lo empezó mi madre hace casi 40 años, ella habilitó un espacio en su casa para atender a personas con discapacidad y fue creciendo la demanda. Cuando yo me recibí tuve la posibilidad de seguir estudiando en Estados Unidos con becas e hice un trabajo de investigación de campo sobre personas con discapacidad en Venezuela.

Estuve dos años afuera y volví porque mi madre necesitaba gente que le ayudara. Entonces pusimos todo nuestro esfuerzo económico para formar Aire (Atención Integral y Rehabilitación). Aire es un centro de rehabilitación que funciona hace diez años como sociedad anónima, es decir, con identidad propia.

EM: ¿En qué consiste la Osteopatía?

PC: La Osteopatía es un conjunto de técnicas de manipulación de la estructura humana. Es importante aclarar que se trabaja un todo, no se fija solamente en la lesión sino en el porqué de la lesión, se entiende que una lesión es el final de un proceso, aún en los traumatismos directos (un accidente de auto, una caída de techo, etc.) y en función de eso hay técnicas de manipulación. La Osteopatía es una sola, pero hay distintas maneras de intervenir. 


EM: ¿Cuáles son los aspectos positivos y negativos que vivís en tu trabajo? 

PC: Lo positivo es que hago lo que me gusta, disfruto lo que estudié. “No me arrepiento de este amor”, como dice la canción de Gilda. Siempre hay un campo de acción interesantísimo para trabajar. Tenés la posibilidad de interactuar con una persona durante mucho tiempo y lo positivo es que se trabaja con el todo de ella, no es una pierna, un tobillo o un hígado. Es toda una persona que tiene un problema y una familia a la cual hay que ayudar. 

El punto negativo quizás es que no siempre salen los resultados que uno espera, pero eso sucede en todas las carreras del mundo. Hay enfermedades que son degenerativas y nuestro campo de acción está limitado. Aunque uno quisiera detener esas enfermedades, muchas veces no se puede.

EM: ¿De qué manera tu profesión ayuda ante una enfermedad terminal?

PC: Es una pregunta hermosa por la sencilla razón de que uno se encuentra atado de pies y manos, está impotente ante el final de la vida, pero la función de los terapeutas es justamente ofrecer calidad de vida hasta el último momento. 

Se trata de evitar los dolores, darle soporte a la familia brindándole pautas de ayuda para su ser querido, posicionamientos en la cama, facilitaciones, algunos ejercicios de alivio, todo lo que tenga que ver con el vestido, el desvestido y las actividades diarias en general. 

Hay algo que es fundamental para mí en las enfermedades terminales y es entrenar a la persona para irse en paz. Eso es algo muy difícil de lograr, pero se puede hacer, justamente aliviando dolores y resolviendo situaciones que la enfermedad quizás no permitió.

EM: ¿Hay algún paciente que te haya marcado personalmente?

PC: Sí, por supuesto, no hay ninguna posibilidad de atender a un paciente y que no te llegue, porque si no te convertirías en un autómata. El eje es básicamente lograr una unidad paciente – terapeuta, somos una estructura que funciona al unísono, personas que tenemos que complementarnos. El terapeuta da una guía de lo que podría ayudar, pero el que marca la necesidad es el paciente. 

Y sí, tengo casos que me marcaron, como Annie, Helio, Héctor, muchachos que han estado en situación terminal. Annie no tenía chances de seguir con vida, con un respirador permanente y con una sonda que le daba de comer, y de pronto esos milagros suceden y hoy en día ella tiene una vida completamente normal, con sus hijos y su familia, sin respirador y sin nada. Y como este caso, por suerte, tengo muchísimos.

Lo único que se necesita para ser un buen profesional es ser responsable y humano. Una vez un profesor me dijo: “Antes de ser generoso sea justo y antes de esas dos cosas sea humano”. Hay que ponerse en el lugar del otro la mayor cantidad de tiempo posible, tratar a la persona como si te trataras a vos mismo.


EM: ¿Cómo ves el futuro de esta terapia?

PC: En la era de la cibernética, la inteligencia artificial y la deshumanización, en donde querés hablar con alguien y te atiende un contestador, yo creo que todas las carreras que tienen que ver con el trato personalizado tienen un futuro enorme. Por más desarrollo tecnológico que tengamos, necesitamos humanos.