En Unquillo, Sierras Chicas, el arte florece en todas las estaciones y encontramos grandes artistas por doquier. Tal es el caso de Eugenia Acosta, “la mejor escultora en piedra de la zona”, tal como la recuerda su amiga y compañera de simposios, María Angélica Medina.
El pasado 17 de junio, después de la intensa e inesperada nieve en toda la provincia, falleció Eugenia, un “ser mágico” y “alegre” a los 72 años.
Además, tal como compartió una de sus hijas – Laura Guardia Acosta- no le gustaba ser fotografiada ni salir en los medios, consideramos que es merecedora de un cálido homenaje.
Apenas se conoció la noticia, muchos y muchas fueron las que la despidieron con sentidas palabras en las redes sociales, incluso desde la Municipalidad de Unquillo, rescatando su gran labor y participación en los Simposios de Escultura, que se realizan todos los años en la ciudad.

“Me tocó compartir varios Simposios de Escultura con Eugenia. Ella siempre se ponía muy contenta cuando la invitábamos a participar: amaba tallar la piedra, aunque eso implicara mucho esfuerzo físico. Tuve el gusto de compartir con ella y su hija los días de trabajo en los que realizó la que creo fue su última obra, durante el Simposio de este año. Siempre recordaré su alegría y su tesón para llevar adelante esa obra, que ha quedado como patrimonio artístico de la ciudad de Unquillo”, recalcó para El Milenio, Luli Chalub, artista, vecino y uno de los coordinadores del Simposio de Escultura en la localidad.
Respecto de su última obra titulada “Las manos del arte sosteniendo el mundo”, su hija con quien compartió dicho trabajo, manifestó:
“Agradecemos a la vida por todo su amor, por su alegría como estandarte, y porque siempre vivió la vida muy creativamente, en todo lo que incursionó como artesana/artista. Sus manos son una imagen viva de eso. Y la última obra que pensamos juntas es eso:¡Las manos del arte sosteniendo el mundo!”.

Quién agregó que, “nos queda eso, todos hermosos recuerdos y tantas obras que hizo”, quién también manifestó la tarea pendiente, de en algún momento, recabarlas y registrarlas.
Respecto a esto último, desde la Dirección de Cultura y Turismo municipal, su directora Anabella Astrada aseguró, en conversaciones con El Milenio que: “Nos dejó una gran obra que pronto emplazaremos con una placa en su memoria. Recordaré siempre su sonrisa, su gesto amable y sus manos en acción sobre la piedra”.
Por su parte, otros artistas que han transitado junto a Eugenia este camino colectivo, nos hicieron llegar su mensaje de cariño, describiéndola no sólo como la mejor en lo suyo sino como una persona llena de magia “que volaba siempre y ahora se fué para esculpir el infinito”, tal como la describió Jesús Suarez.
“Eugenia, realmente una mujer de espíritu alegre, una luchadora y una de las mejores esculturas en piedra de la zona. Como decíamos ayer con Roxana Serra (otra escultora de la ciudad), nunca se lo dijimos. Nunca le dijimos que las dos la considerábamos la mejor. Si ven sus obras son pequeñas exquisiteces de piedra. Trabajaba con una precisión y un tesón que realmente muchos no tenemos. Hasta que ella no veía lo que quería, no dejaba su trabajo” expresó emocionada, Medina.
En sintonía, Roxana Serra, agregó:
“Eugenia, un ejemplo de persona, siempre con tanta humildad como si no supiera que era una GRANDE. Siempre con la sonrisa de aquellas personas que a pesar de todo, hacen lo que aman. Me hubiera gustado tanto decirte todo lo que para mí representas. ¡Te vamos a extrañar Eugenia!”.