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Estudiantes de Derecho de la UNC cuentan su experiencia escolar durante la pandemia

Tres estudiantes universitarios de derecho, de la Universidad Nacional de Córdoba, nos cuentan cómo vivieron el tema de la educación a causa de la pandemia, de la incertidumbre por las clases virtuales hasta el por qué decidieron dedicar sus vidas a la defensa de los derechos de las personas.
  • Constanza Acevedo.
  • 6to Año, Instituto Milenio Villa Allende.

Es real que la llegada del COVID-19 generó varios cambios en algunos paradigmas. Uno de ellos, en el sector educativo con la llegada de la virtualidad. La educación superior experimentó y sigue experimentando enormes desafíos a raíz de la pandemia.

El Milenio, tuvo la oportunidad de charlar con Federico Chiavassa Arias (5to Año), German Tamagno (3er Año) y Lucas Iturres (5to Año) de la carrera de Abogacía de la Universidad Nacional de Córdoba; para que nos cuenten su experiencia escolar durante la pandemia, qué significa para los jóvenes estudiar derecho y como analizan el cambio de paradigma que significó para la Abogacía la llegada de la virtualidad, en una de las carreras que hasta se impedía llevar grabar las clases con un celular.

Vale aclarar que la Facultad de Abogacía de la UNC fue una de las que más tardó en acomodarse al sistema virtual e incluso es recordada por tomar exámenes presenciales hasta -inclusive- el 14 de marzo del 2020, cuando el COVID-19 ya era una realidad en el país.

Actualizar el Derecho a la realidad virtual


El 15 de marzo de este año se realizó la apertura del actual ciclo lectivo en la Facultad de Derecho. “Nos espera un año con muchos desafíos, pero estamos preparados para afrontarlo con compromiso, trabajo y la experiencia de un año que pasó y nos exigió superar momentos sin precedentes”, expresó el Dr. Guillermo Barrera Buteler, decano de la citada unidad académica. FOTO cortesía UNC.

El Milenio: ¿Por qué decidiste estudiar Derecho?

Federico Chiavassa: La finalización del colegio  secundario y la presión -ya sea propia o familiar- de decidir qué hacer en el futuro lleva, en algunos casos, a malas elecciones. No es fácil elegir algo que presuntamente te vas a dedicar el resto de tu vida. A veces la elección correcta podría llevar años. 

En mi caso, desde niño ya quería ser abogado, pero en ese entonces no sabía bien porqué, quizás quería imitar a mi padre, quien también es abogado. La verdadera razón por la que la elegí, la descubrí en la carrera. 

Es una carrera amplia, con mucho contenido y con muchas perspectivas. La abogacía te abre las puertas a muchas cosas. Con el título bajo el brazo podes dedicarte a muchas cosas: podes litigar, dedicarte a la docencia, trabajar en la Justicia, ser político, trabajar en asistencia social, como asesor, en fin, el campo es muy amplio.

 La profesión de abogado es muy noble, te permite hacer el mundo un poquito mejor, pero depende, también, de las convicciones. Las convicciones personales son siempre lo más importantes, es lo que te va a guiar el resto de tu vida.

German Tamagno: El motivo principal que me llevó a estudiarla fue poder satisfacer mi necesidad de ayudar a la gente, mi anhelo de poder hacer justicia para los más débiles y que exista alguien que pueda defender sus derechos.

Cuando iba al secundario tenía la idea de seguir la carrera de cine y TV en la facultad de artes, pero después me di cuenta que eso era más como un hobby y no tanto algo a lo que me quería dedicar. Luego me di cuenta que mi anhelo de alcanzar una sociedad más justa lo iba lograr por medio de la abogacía, es una carrera que me va a poder ayudar a alcanzar esos objetivos. 

Decidí estudiarla para ser un abogado que está al servicio de la gente, de los más humildes y sobre todo, que tenga como norte alcanzar la justicia social plena. Tengo pensado hacer eso por medio de diferentes herramientas, no solo en lo que respecta a derecho penal, sino también de lo que es el sistema interamericano de los derechos humanos.

Me gustaría poder afianzar la noción de los derechos humanos en nuestro ordenamiento jurídico actual. Eso es algo que vengo haciendo para representar a la facultad en competencias internacionales.

El Derecho es una carrera muy importante ya que nos permite conocer las reglas que rigen la sociedad y del sistema en el que vivimos. Conocerlas y transformarlas para ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas en situación de mayor vulnerabilidad.

Mediante esta carrera, podemos buscar que las leyes sean más protectoras para estas personas. Hay principios que buscan trabajar esta cuestión como el de progresividad del derecho que plantea un avance progresivo y una interpretación más favorable para el hombre.

Poder crear normas y cambiarlas es muy importante ya que, son las que regulan nuestras normas y comportamientos y establecen las condiciones de cómo se desenvuelven las clases sociales que se constituyen en la sociedad.

Que el derecho sea una herramienta de transformación social para romper estructuras y jerarquías ya consolidadas que ponen en situación de desigualdad a ciertos sector es fundamental para tener una sociedad más justa que tenga como directriz fundamental la justicia social.

Lucas Iturres: Estaba entre ciencias políticas y Derecho. Decidí hacer la segunda por una cuestión de defender a los individuos y colectividades de abusos y demás arbitrariedades. Eso siempre estuvo acompañado de la fuerte influencia y gusto por las cuestiones relacionadas al Estado y el crimen. 

En definitiva, mi decisión se basó en obtener una herramienta para poder lograr una sociedad más justa, más equitativa, ayudar no solo a individuos sino a la sociedad toda, ya que considero que el derecho es muy útil y debe ir acompañando los cambios sociales y las necesidades del pueblo.



EM: ¿Cómo fue al principio de la cuarentena las clases de abogacía? ¿Y ahora?

FC: El marzo del 2020 las clases presenciales comenzaron con normalidad en la carrera. Con la catastrófica llegada al país del virus Covid-19 y con las restricciones impuestas por el Gobierno Nacional, la Universidad Nacional de Córdoba suspendió las clases presenciales de todas las carreras. 

En la carrera de abogacía específicamente, las autoridades de la Facultad de Derecho y algunos docentes se rehusaban a trasladar a la virtualidad el cursado presencial de las materias. Mantenían la esperanza que las clases se retomarán presencialmente lo que , incluso hasta ahora, no ha ocurrido. 

El Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho y numerosos alumnos solicitaron que se reanudara el dictado de las clases pero, en esta ocasión, virtuales. Gracias a esto, se reanudó el cursado a principios de mayo, es decir, estuvimos casi sin clases 2 meses, debido a la despreocupación de las autoridades en garantizar la continuidad de la enseñanza. 

Representó un gran desafío, tanto para alumnos como para docentes, la adecuación a las clases virtuales, aprender a usar las plataformas y el aula virtual, entre otros. 

Hoy en día, las clases siguen siendo dictadas de forma virtual. Ha habido un gran avance desde el año pasado hasta la actualidad. Lo que comenzó siendo una situación de excepcionalidad acabó siendo la cotidianeidad.

GT: En un principio había mucha incertidumbre. Algunos profes arrancaron haciendo vídeos por Instagram, otros manejandose en grupos de Facebook y otros por Zoom hasta que en el segundo semestre se estableció una mayor regularidad, una regulación más sólida en esta cuestión, con un seguimiento más profundo por parte de estas autoridades. 

Los profes empezaron a dar clases por diferentes plataformas virtuales, ya sea Zoom o Google Meet. 

Este año ya se empezó a usar Meet con un sistema de control de asistencias, es decir que ya podíamos promocionar las materias, en función de las asistencias que uno tiene y las notas alcanzadas. También se ha abierto la posibilidad de tener clases de consultas optativas en la facultad con no más de 10 alumnos de manera presencial.

Lo positivo es que si bien en un comienzo por ahí muchos docentes no daban clases o daban clases una vez a la semana o mandaban audios por WhatsApp. Ahora en la actualidad hay una solidez y una regularidad respecto a eso ya que la gran mayoría de los profesores están dando clases vía Meet, los días que corresponde, y dando las clases completas, con su duración respectiva.

LI: Cuando comenzó la pandemia todo parecía muy desorganizado. No sabíamos cómo se iba a cursar, cómo se iba a rendir, si íbamos a volver. Emociones que hemos transitado muchos espacios y diferentes estudiantes de otras áreas también. 

Con el tiempo, todo se fue acomodando. Algunos docentes lograron adaptarse rápido a la virtualidad. Otros no tantos, pero las cátedras estaban ahí para darnos el material. Excepcionalmente, en ciertas materias, nos sentimos más aislados, menos acompañados, pero fue cuestión de tiempo. 

Mi experiencia, la verdad, fue muy buena. Conozco muchos compañeros que no han transitado por lo mismo. Tuve suerte, y también logré adaptarme. Particularmente, abogacía es una carrera totalmente teórica, lo que permite el cursado virtual de manera cien por ciento. Pero es un desafío. 

Es uno el que debe acomodarse, aprender a utilizar nuevas tecnologías que por ahí no estábamos acostumbrados. Pero hay cosas buenas, sobre todo el aprendizaje para auto administrar el tiempo de cursado, estudio y otros quehaceres cotidianos. Considero que, si uno tiene buenos docentes, y un buen espacio virtual donde se garantice la bibliografía, se puede no solo cursar y aprobar, sino aprender. 

Es muy bueno estar en clase virtual y tomar nota con la computadora, o buscar ciertas dudas por internet, algo que antes era complicado, ya sea porque no se posee PC portátil, o porque al docente no le agrada la utilización de celulares en clase para buscar información.


Al igual que las demás carreras que se dictan en la UNC, la Facultad de Derecho no volvió a la presencialidad y solo se realizan actividades administrativas FOTO. Cortesía Alfil.

EM: ¿Qué obstáculos trajo esta pandemia a la carrera?

FC: La pandemia evidenció, aún más, una realidad que existe y que es tangible: la desigualdad. No todos los estudiantes tienen el mismo acceso a los requerimientos mínimos  que se exige para un adecuado cursado virtual: una conexión estable a internet y una computadora o celular con cámara y micrófono. La realidad es que las oportunidades de los estudiantes no son las mismas y deben, a como dé lugar, cumplir con esos requisitos para no quedar excluidos del cursado virtual. 

Otro obstáculo que he notado como estudiante  es la gran exigencia de algunos docentes. Si bien hay algunas asignaturas cuyo contenido es bastante complicado y requiere, como todas las materias, mucha dedicación y compromiso, en el cursado virtual hay docentes que han elevado el nivel de exigencia en los exámenes parciales aún mucho más. 

Quizá esto se debe a que los alumnos tienen más herramientas a mano a la hora de rendir con las que podrían hacer trampa y así sacar mejor nota. Sin embargo, ni empleando todas las herramientas de las que se pueda disponer, serían de ayuda para resolver exitosamente los exámenes parciales: las consignas son absolutamente descabelladas.

GT: Creo que el principal obstáculo que trajo la pandemia en la carrera fue la adaptación a la virtualidad, cómo debe haber sido con el resto de carreras que tienen rasgos similares a esta. Especialmente porque, hay una gran brecha en acceso a material digital, una brecha de desigualdad respecto a quienes pueden acceder a servicios informáticos, a material digital y quienes no pueden. 

Por ende, costó buscar los mecanismos para poder garantizar que todos puedan acceder a las clases virtuales. Y eso se logró mediante diferentes herramientas como, por ejemplo, las becas de conectividad que brindan internet a quienes no tienen acceso a este.

También trajo complicaciones respecto a cómo organizar la toma de exámenes finales y parciales. Hubo cierta dificultad para poder buscar la solución correcta. En los exámenes parciales se terminó usando el sistema Moodle del aula virtual y, los exámenes finales, se realizaron oralmente vía Google Meet, siendo los mismos grabados.

Otro obstáculo fue también la adaptación de la gente que menos contacto tenía con la tecnología. Quizás por ser de mayor edad, eso también fue algo que requirió su tiempo ya que hay una gran diversidad de edades dentro de la facultad. Hay muchos alumnos y docentes que no estaban acostumbrados a manejarse virtualmente, por lo que fue un obstáculo para ellos poder adaptarse plenamente y requiere un tiempo de aprendizaje para poder usar en su totalidad los mecanismos virtuales.


"Existe una gran brecha en acceso a material digital, una brecha de desigualdad respecto a quienes pueden acceder a servicios informáticos, a material digital y quienes no pueden".


LI: Los obstáculos que vemos en muchos ámbitos se repitieron. Mala conexión sufrida por algunos compañeros o docentes. Falta de formación en cómo desenvolverse virtualmente, falta de elementos como celular o computadoras. 

En definitiva, esos han sido a nivel general, pero particularmente, en nuestra carrera, hemos visto algunos abusos por parte de profesores, como la entrega de demasiados trabajos prácticos, por ahí justificado con la falsa idea de que simplemente estábamos en casa y no teníamos nada más que hacer. O la realización de parciales muy dificultosos en poco tiempo, algo que se fue solucionando a lo largo del tiempo, pero que aún puede subsistir en algunas cátedras. Por ahí, también, con la justificación de que el alumno puede llegar a copiarse.

Lo que más se extraña, o hace falta, es el ámbito de socialización, como el bar de la facultad, la charla con compañeros entre materia y materia, el debate en el aula física el cual es más rico generalmente.

Cosas que muchas veces no pueden ser suplidas por lo virtual. Lo que es bueno es el tiempo ahorrado para ir a la Facultad, y más si estás en el interior, o el ahorro de dinero que implica ir a Córdoba y estar allí hasta terminar el cursado.

EM: ¿Cuál es tu opinión sobre el manejo del gobierno frente a la pandemia?

FC: Con respecto a esta pregunta hay muchas opiniones y todas diversas. Consideramos que estamos inmersos en una pandemia que no tiene precedentes y el Gobierno Nacional manejó la pandemia en pos de proteger la salud de los ciudadanos y evitar, entre otras cosas, el colapso prematuro del sistema de salud. Es evidente que así como ha habido aciertos también hubo desaciertos. 

El aislamiento social y obligatorio, el distanciamiento social, el cubrebocas y  la suspensión de las clases presenciales han sido medidas que fueron pensadas para extender en el tiempo el número de contagios.

Ahora bien, a pesar de todos los esfuerzos del Gobierno Nacional de velar por la salud de su pueblo, las consecuencias graves suceden cuando los mismos ciudadanos incumplen los protocolos y medidas de seguridad dictadas por el Estado. Es notorio el incremento de casos positivos  como consecuencia del descuido de la población. 

Pero el gran acierto y la mejor política pública sanitaria es la vacunación. No es un detalle menor que nuestro país, a pesar de sus vaivenes, ocupe el puesto número 20 en aplicación de vacunas en el mundo.

GT: Teniendo una mirada general de lo que fue todo el manejo entre el año pasado y este, creo que respecto a los derechos que había en juego a la hora de decidir y gobernar en función de la pandemia y, en función de la educación creo que hubo una correcta ponderación de bienes jurídicos. 

Ningún derecho es absoluto y a la hora de decidir qué derecho priorizar y garantizar y, teniendo en cuenta que había que ponderar los bienes jurídicos de relevancia como es la salud y la educación, creo que hubo en principio una correcta restricción del derecho a la educación para poder garantizar lo que es el derecho a la salud y consecuentemente el derecho a la vida. 

Aquí el gobierno ha tenido que en un principio decidir a qué darle prioridad, a los bienes jurídicos de gran importancia y haciendo esta ponderación como hacía alusión recién.

Me parece correcto que se haya restringido, yendo ya a lo práctico, la presencialidad para que se pueda realizar la cuarentena y con esto salvaguardar la salud y vida de la gente. 

En un principio, hubo un gran desconocimiento acerca de las consecuencias y el alcance del virus entonces, creo que fue correcto haber entrado en cuarentena, ya que las consecuencias de lo contrario hubieran sido catastróficas. 

Creo que ahora, según lo que ha dicho el ministro de educación de la nación en función de la intensificación de dos factores esenciales, que son la mejora de los índices epidemiológicos y la vacunación de los docentes, se va a buscar progresivamente un avance hacia la presencialidad en un futuro. 

Lo que nos garantiza una vuelta segura a las aulas es contar con protocolos seguros y con vacunas. A medida que se vaya consolidando, creo que va a ser cada vez más factible pensar en una vuelta de clases presenciales.

LI: Al comienzo creo que existió un gran error de comunicación, el cual todos recordamos por la desafortunada frase del ex-Ministro de Salud, Ginés Gonzales García, al decir que el COVID-19 no iba a llegar a la Argentina. Algo de lo cual no han estado exentos varios gobiernos de diferentes estados. 

Pero la gestión sanitaria frente a la pandemia la evaluó como “buena”, es decir, ni muy buena, ni mala ni muy mala. 

Esto se debe a que al principio se ha visto un mejor manejo de la misma. Por ahí algunos dicen que el cierre total que hemos vivido a primer momento ha sido extremo, que se debería haber realizado una restricción escalonada. Por ahí es cierto, pero es muy fácil opinar con el diario del lunes en la mano.

Muchos países han pasado por etapas peores que nosotros incluso aplicando toques de queda y Estado de Sitio con presencia militar en las calles, y estoy hablando de países europeos, democráticos y republicanos. Esto lo digo porque acá parece que muchos se horrorizan frente a esta hipótesis pero no dicen nada de lo que pasa en otros lados.

Con el tiempo han ocurrido una serie de cosas, de lo cual, el gobierno no es el único culpable. La sociedad argentina, o una parte de ella, ha llegado al hartazgo, pero incluso a desobedecido todas las recomendaciones sanitarias a nivel global.

Esta curva exponencial de casos no es culpa solo del gobierno, el cual considero que debería de haber tomado mayores medidas antes de llegar a este escenarios, sino de todos nosotros como individuos, pero también de algunos sectores organizados, principalmente los políticos oportunistas. 

A mi me llama la atención ver como algunos que antes llamaban a la construcción de una oposición responsable, hoy día hacen totalmente lo contrario.

Estos espacios no son ingenuos, ya que saben y ven lo que pasa en Europa y observan lo que hacen países como Alemania o Francia, incluso Reino Unido.  Pero nos ponen de ejemplo a un Uruguay que está siendo azotado. Y no solo de la oposición. 

Necesitamos un nuevo enfoque político, el de construir junto a la sociedad las decisiones a tomar. Existieron muy malas decisiones también, por ejemplo esto de no utilizar las herramientas institucionales por medio del Congreso. 

No se puede administrar más de un año de pandemia por medio de puros DNU, en un momento estaba justificado, pero ya no, porque consolida decisiones sin mucha legitimidad y además construye aún más la idea de la doctrina del gobierno en emergencia, algo que viene atado a nuestra sangre desde que nacimos como país. 

El tema de las vacunas vip fue un error grave, principalmente desde lo comunicacional. Pero nadie se pone a ver que los “responsables” fueron dados de baja de sus cargos, nadie lo dice, y tampoco dicen que estamos entre los 20 países que más vacunas aplicaron a nivel mundial.


Otros tiempos: exámenes presenciales tomados en la Facultad de Derecho el 14 de marzo de 2020. Hoy en día un pasillo tan abarrotado y sin distanciamiento social sería impensado. FOTO. cortesía a quien corresponda.

EM: ¿Qué cambios trajo la pandemia a la abogacía? ¿Estos cambios vinieron para quedarse?

FC: La pandemia trajo muchos cambios al ejercicio de la profesión. Muchos de los trámites que se realizaban de forma presencial en los tribunales, oficinas y registros (Por ejemplo demandas, informes, entre otros) debieron ser presentados virtualmente. 

A los efectos, se habilitaron vías virtuales para que los letrados presenten dichos trámites. Las audiencias judiciales tampoco estuvieron exentas de estos cambios. Los tribunales habilitaron videollamadas en vivo para llevar a cabo las audiencias.

Algunos cambios que sobrevinieron con la pandemia han llegado para quedarse, como son los expedientes y trámites virtuales pero opino que los restantes, cuando la situación sanitaria lo permita, regresarán al ámbito presencial.

GT: La pandemia trajo muchos cambios a la abogacía, como por ejemplo, la deslocalización de la actividad, que provocó que se impulse el teletrabajo y como consecuencia a esto que se rote la presencia de abogados en los estudios jurídicos, y que se haya avanzado la digitalización del trabajo. Los avances más claros en esto, podemos verlo en lo que son la firma electrónica de documentos y el expediente electrónico. 

Es importante hacer énfasis respecto a lo que fue la virtualización de todo esto que también se debe garantizar la correcta utilización de medios tecnológicos y virtuales para que cuando se preste servicio de justicia sea de manera uniforme, equilibrada, y basada en la igualdad.

Si se van a dar nuevos cambios en lo que es el ejercicio de la abogacía tiene que realizarse con vistas a cerrar las brechas de desigualdad y atraso que existen actualmente. Poniendo en práctica la oralidad y buscar avanzar hacia una justicia célere, actualizada y digital que deja atrás la justicia lenta, precaria y de papel. 

LI: En realidad, la pandemia vino a consolidar ciertos cambios que ya venían operando. Desde lo académico vemos que hay un acomodamiento virtual total, algo que en Universidades Privadas ya se venía viendo. 

Esto es muy positivo, incluso debería ser política estudiantil, ya que facilita el cursado de diferentes sectores como los que trabajan o quienes están alejados de las aulas de Obispo Trejo en el Centro de la Ciudad.

A nivel de la práctica del abogado y de la Justicia vemos un despliegue de lo virtual que antes no funcionaba.

Aunque se venía trabajando en la digitalización, aún no se había puesto totalmente en marcha. La pandemia obligó a dar un paso al frente, pero no del todo, ya que muchos trámites siguen siendo presenciales, cuando no se justifica. 

En general, el uso de las tecnologías digitales vinieron para quedarse, solo falta dar un empujón desde el Estado.

Hay que fortalecer esto a través de cursos para quienes no se desenvuelven de manera ágil, y hay que extenderlo a muchos más ámbitos. No podemos negar la utilización de estas herramientas que en otros países ya se utilizan para diversas tareas y administración de justicia.