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Paulina Muratore: “Animar es crear universos, a mí me hace muy feliz”

El corto de animación “Bosquecito” se basa en las experiencias que vivió la autora cuando residía en Sierras Chicas; “La idea de un cortometraje empezó a tener sentido para mí mientras viajaba a Traslasierra, a un lugar donde nací y crecí”, manifestó a El Milenio. La animación ganó varios elogios en el Festival de Cine de Mar del Plata 2020.
  • Melania Sénneke.
  • 6to Año, Instituto Milenio Villa Allende.

Paulina Muratore es una joven animadora y fotógrafa oriunda de Sierras Chicas, cuyo primer trabajo profesional en el mundo de la animación fue Bosquecito, valiéndole un premio y reconocimiento en el pasado Festival Internacional de Cine de Mar del Plata donde se exhibió de forma online durante todo el mes de diciembre.

El corto relata la historia de una pequeña niña llamada Mizu que durante muchos días protege a un pequeño retoño en un bosque, el cual es violentamente deforestado, ocasionando problemas de inundación a Mizu y su familia.

Yo de niña había tenido experiencias impactantes y fuertes con incendios e inundaciones pero creo que en Sierras Chicas entendí o quizás di con otra madurez lo que sucedía detrás de una inundación”, explicó la realizadora a este medio cuando se le consultó sobre la inspiración para desarrollar esta propuesta animada.

El Milenio charló con Paulina para conocer más sobre su trayecto artístico, sus inspiraciones a la hora de desarrollar el corto y cual es su opinión del panorama de la animación en la región y en el país.



Animándose a soñar


El Milenio (EM): ¿Cómo nació la idea del corto animado “Bosquecito”? ¿Cuánto tiempo demandó su realización?

Paula Muratore (PM): Bueno, a ver, algunas partes de la historia daban vueltas en lo imaginario desde hacía un tiempo; Mizu, la protagonista por ejemplo. O esta idea de un mismo escenario que va cambiando de color según el paso de las estaciones. 

La idea de un cortometraje empezó a tener sentido para mí mientras viajaba a Traslasierra, a un lugar donde nací y crecí. Yo estaba recién empezando a entrar en el mundo de la animación, entonces, también estaba como prendida fuego. 

Cruzaba las Altas Cumbres de La Pampa de Achala y observé un incendio terrible, además como acababa de nevar, se mostraba un escenario blanco y negro, era una imagen muy triste e impactante, muy difícil de olvidar de hecho. 

Mientras viajaba, escuchaba música y empezó a sonar una instrumental de Rodrigo Carazo llamado “Bosquecito” y la melodía me despertó de nuevo la imagen de esta protagonista, y le dio vida y movimiento a esta “personajita”. 

Paulina Muratore se define como animadora 2D y fotógrafa. Su opera primera “Bosquecito” está inspirado en recuerdos de su paso por Sierras Chicas.

Ahí empecé a pensar que podía ser una historia, pero pasó un tiempo y otras experiencias que le fueron dando forma.

Viajé a Tierra del Fuego, me enamoré de los bosques de allá, que son una cosa increíble. Con el tiempo me mudé a Unquillo y ahí sentí de cerca las inundaciones. 

Yo de niña había tenido experiencias impactantes y fuertes con incendios e inundaciones pero creo que en Sierras Chicas entendí o quizás di con otra madurez sobre lo que sucedía detrás de una inundación, digamos.

EM: ¿Cuántas personas intervinieron en su realización?

PM: En 2017, con Tatiana Catelani y Facundo Corsini armamos una carpeta con la propuesta estética y narrativa del proyecto para presentarlo a la primera ronda de Fomentos del Polo Audiovisual de Córdoba y para nuestra sorpresa, la ganamos. 

Para ese entonces, con Tati ya veníamos jugando a darle identidad y forma a la protagonista, luego Tatiana hizo el diseño de Mizu en todas sus edades. Facu Corsini, productor del cortometraje, además fue un comodín tremendo porque, además de encargarse de números, cuestiones legales y cronogramas, realizó el montaje y la edición final del corto, todo el ensamble, fondo, personaje, luces, sonido. 

El corto final, digamos, está ensamblado por Facundo Corsini. Fuimos un equipo pequeño, como les contaba, Agustín Touriño realizó la animación junto conmigo. Con Rodrigo Carazo hicimos el diseño sonoro, la composición musical es de Rodrigo Carazo, y bueno, él tuvo la idea de invitar a Diego Cortez en flautas, lo cual fue una experiencia muy hermosa. A lo último, se nos sumó Manuel Yeri Racig, para hacer la mezcla del sonido, darle atmósfera y detalles a cada ruido del bosque.

El mundo del cortometraje para mí es un mundo particular dentro del cine, tiene su propio circuito y en general, como un tinte más autoral, por lo que es difícil como autor/autora que no estemos involucrados en más roles de los que uno dimensiona. 

En mi caso, además de dirigir y guionizar, sabía que iba a animar, hacer storyboard, clean-up, dirección de arte, pero sobre la marcha nos sorprendió la posibilidad de realizar los fondos y dibujar los bosques; la verdad que fue una experiencia hermosa. 

EM: ¿Podés contarnos un poco sobre tu rol como guionista y directora del proyecto? ¿Cuánto tiempo demandó su realización?

PM: Disfruté de hacer los fondos, disfruté de dejar detallitos y mensajitos en cada parte del bosque y también, de ir superando cada dificultad que, para ir con la pregunta concreta sobre el rol de guionista y directora, puedo contarles que lo viví un poco así, paso a paso y superando cada nueva etapa. 

Era la primera vez que cumplía esos roles y la verdad que guionar fue algo bello. En general, suele ser el punto de partida, lo primero a pulir para saber qué hay que hacer, cuántos fondos vas a necesitar, cuántos personajes, cuánto tiempo dura cada escena y tener la posibilidad de escribir con precisión cada acción para que luego sea llevada a cabo. Es algo alucinante la verdad. 

Es un rol que actualmente estoy encarnando en otros proyectos y la verdad que es un mundo maravilloso. Dirigir es una tarea ardua y magnífica. Es una locura porque tenés que encontrar la manera de que todo el equipo vea y entienda lo que vos ves y entendés. Estás en todas partes, en todo momento y tu ojo e intención se ve nutrida por la del grupo y viceversa. Sobre todo, sos la persona encargada de volver siempre al concepto, de traer todas las piezas a lo importante del corto. 

Por otro lado, es un poco difícil resumir todo lo que uno aprende a lo largo de estos procesos, porque son largos. Hoy por hoy, lo que decanto de esta experiencia es que son roles que requieren tiempo para entender los procesos creativos, no se puede forzar la creatividad y la maduración de los proyectos. El guion y dirección son la base firme donde los demás roles, deben poder moverse con comodidad porque no hay peli sin todos estos. Cada partecita es fundamental para llegar al objetivo, a lo que uno desea como autora. 

Empezamos en octubre del 2018 y cerramos el proceso, aproximadamente, en agosto del 2020.

EM: ¿Cuál es tu opinión sobre la animación 2D y el avance de la animación 3D? ¿En qué consiste la animación “cuadro por cuadro”?

PM: ¡Qué pregunta! Bueno, en lo personal tengo una debilidad por la animación 2D, estéticamente siempre sentí más afinidad con esta que con la animación 3D.

No tengo mucho vínculo con la animación 3D más que el de espectadora, así que no puedo hablar demasiado. Es un mundo aparte, tanto en la animación, como en los efectos especiales, ya que para llegar a animar un personaje hay que modelarlo, darle controladores, requiere otras técnicas y conocimientos, otras infraestructuras y a veces, hasta equipos más grandes y especializados. Como no me atrae demasiado no he ahondado en esto. 

Como espectadora puedo opinar que me parece increíble el trabajo de efectos especiales, esta idea de la animación invisible en una película de live action, de carne y hueso. Un efecto especial bien hecho es un efecto invisible, que la gente no nota, que engaña al ojo, y eso me parece increíble. 

Dentro de lo más conocido, lo primero que se nos viene a la cabeza es Pixar, por ejemplo. El hecho de que tengan gente especializada en el pelo de los personajes, en la ropa de estos, en cómo se mueve, cómo está animado por tanta gente, por una infraestructura tan grande.

Me parece tremendo el trabajo de un director/directora ahí, con la posibilidad de llegar a un resultado tan espectacular. Pienso en la película “Valiente” por ejemplo, cómo están logradas las luces, el movimiento de pelo, el pelo de ella es increíble y bueno, no podría ir más lejos que ese tipo de apreciaciones dentro del 3D.

El mundo del videojuego es un mundo aparte también. Dentro del 2D, que también tiene sus complejidades digamos, siento que es algo más artesanal, más accesible, que parte de la base de dibujos y perspectiva, lo siento muy versátil y expandible. 

Ni hablar del diseño de los personajes también, se puede imprimir mucha personalidad en cada dibujo.

Y con respecto al cuadro a cuadro, creo que es el principio de la animación en general, puede hacer referencia a la animación 2D tradicional, dibujo a dibujo para generar un movimiento. O la técnica de stop motion, foto a foto en un micro escenario en el que se va moviendo muñecos marionetitas con esqueletitos.

EM: ¿Qué programas utilizas a la hora de realizar animación?

PM: Yo empecé a animar digitalmente con un programa de software libre, que se llama Krita y pueden encontrarlo fácilmente, y descargarlo de Internet. Tiene un interfaz muy cómodo e intuitiva, más si por algún motivo están familiarizados con Photoshop, por ejemplo. 

Yo también, y más que nada, lo uso para ilustrar, es muy versátil. De hecho, entiendo que es un programa que inicialmente se pensó para ilustradores y después le incorporaron la posibilidad de animar dentro del programa. Luego, ensamblo cada fotograma, cada dibujito que voy creando, lo exporto y los ensamblo en After Effects. 

Un programa con el que me estoy familiarizando actualmente también es Toon Boom Harmony, que es sumamente integral y cómodo, pensado para todas las etapas y posibles técnicas 2D, sobre todo para proyectos de gran magnitud. Yo el Krita lo uso para loops o cositas más chiquitas, trabajos más cortos, algunas cositas más personales, pero para trabajos de magnitud más grande como “Bosquecito” o una serie que estoy encarando actualmente. Está bueno pensar desde cero la posibilidad de diseñar los personajes en Harmony, animarlos, el fondo, todas las partes de la animación generarlas en el mismo programa. 

Si tienen la posibilidad de conseguirlo les recomiendo instalar ese que además, es uno de los programas “libres” en el mundo de la animación. En su página, en la página oficial, hay muchísimos tutoriales para comenzar a utilizarlo, son muy fáciles de entender, algunos están en inglés y otros no. Como sea, hay muchísima información ahí que brinda el mismo programa, está muy bueno. 

El “Bosquecito” por ejemplo, fue animado un 80% con Krita porque fue lo que teníamos al empezar, después conocimos Harmony. Animamos un 80% en Krita, comenzamos a hacer el montaje y el ensamble After effects y después nos mudamos completo a Harmony. Las pocas cosas que nos faltaron, como efectos de luces o paso de escena a escena lo hicimos directamente en Harmony. Ahí ya pudimos hacer cosas como el coloreado del personaje, que es una tarea ardua, muy ardua, y Harmony nos ayudó muchísimo para resolver las problemáticas que iban apareciendo en todo el proceso.

EM: ¿Dónde estudiaste animación? ¿Cuál es tu opinión de la animación como carrera?

PM: Acá viene la parte en la que confieso que no estudié animación, ni cine. Mi formación académica es en fotografía en realidad. La animación apareció como un juego desde la intuición cuando me propuse a hacer un videoclip con lápiz y acuarela. 

Ahí entendí el arduo trabajo que era dibujar y pintar hoja tras hoja. El videoclip se llama “Ave que sabe” y es de una canción de Rodrigo Carazo, lo pueden ver en YouTube.

Después de eso me ofrecieron trabajar animando y en ese trabajo comencé entender la parte más teórica de la animación, toda la física que implica, todo el entendimiento de los movimientos, de los trazos, las perspectivas y tuve mucha ayuda de colegas que me iban enseñando, me iban acompañando para entender cómo hacer, cómo llevar a cabo.

Además de gente muy linda y amorosa de Sierras Chicas que confía en el talento nuevo y en las ganas de aprender, eso fue algo importante, ese grupo de personas que me fue acompañando. Justo después de eso se dio la posibilidad de hacer “Bosquecito”. Y bueno, desde entonces estudio de manera autodidacta, en realidad, según las inquietudes que me van surgiendo. 

Por ejemplo, tuve un 2020 muy de la mano de la ilustración, queriendo desarrollar esa parte, que era algo que siempre me daba miedo. Que sentía que no era buena para dibujar, me solté de ese miedo y pude dibujar y también retome la escritura, los guiones, crear historias es algo hermoso. Actualmente, de hecho hace bastante poquito, retome el estudio de la animación para entender la técnica desde otras perspectivas, estoy viendo tutoriales y videos para aprender.

La animación como carrera, cualquiera sea la manera que elijas para abordarla, para mí es algo hermoso. Es un universo tan grande que siempre te sorprende, más la parte que a mí más me gusta, que es la posibilidad de saltar de una disciplina a otra para un mismo fin.

Animar es crear universos de una manera, a mí me hace muy feliz, incluso cuando siento que no sé nada, que no entiendo qué estoy haciendo, cómo va a seguir. Es muy fácil en los procesos creativos frustrarse o no entender hacia dónde ir, ese camino que a veces veo difícil. Se requiere paciencia, tranquilidad, ganas y confianza. 

EM: ¿Cuánto influye la fotografía en tus trabajos?

PM: Mucho, uno creería que no porque desde afuera, se pueden separar. La foto se capta, aunque uno puede crear escenarios. Entonces, la foto la captás y la animación se crea desde cero.

Pero haber desarrollado un ojo, un criterio estético para tomar imágenes, creo que me ayuda, nos ayuda a componerlas también. Sobre todo, entender la particularidad de cada momento lumínico del día, los vínculos cromáticos entre los colores, las líneas compositivas y de lectura.

Hay algo en lo que se unen sin duda fotografía y animación que es la observación. Detenerse a observar, a mirar, a entender las formas y los colores, las luces, los tonos. 

La foto también es sumamente apasionante. Siento que de alguna manera el cine, por ejemplo, es hijo de la fotografía y del teatro, de las artes visuales, de la música también. 

El arte visual engloba un sin número de áreas, todas se nutren entre sí.

En relación al punto anterior, creo que haciendo se aprende, ¿no? Cuando me preguntaban donde aprendí animación, la práctica, la prueba y el error, todo eso te enseña mucho.  

Está, creo que en cada uno el poder hacer, hacerse o valerse de esa cuchara que mezcla la olla y aprovecha cada ingrediente que fue juntando lo largo de la vida hasta ese momento en el que está creando algo.

EM: Para finalizar, ¿crees que ha crecido en los últimos tiempos un interés en la provincia de Córdoba con respecto a la animación?

PM: Creo que sí, que creció el interés en el último tiempo y es un ida y vuelta.

En todos lados de Córdoba existen talentos y gracias a que existen estas personas interesadas y apasionadas haciendo animación, como la fundación APA o bien, personas individuales desde su casa, es que el Gobierno cordobés puso foco en la animación y en lo audiovisual en general, volviéndola más visible y generando más interés.

Creo que existe mucha gente que desea adentrarse en este universo, pero por temas de recurso no se adentran. 

Si bien, este foco ve a estas áreas como industrias o puestos de trabajo, genera algo muy importante como es el entusiasmo por llevar adelante estas ideas y abre las posibilidades a que tengan crecimiento y expansión. No obstante, no es algo que existe gracias al Gobierno, este último ayuda a impulsar. La realidad es que existen personas más creativas con ganas de emprender y hacer. 

Cada vez necesitamos más personas para llevar adelante las producciones, por eso digo que es una ida y vuelta entre la explosión creativa y la posibilidad de volcarla en un producto audiovisual, junto a un Estado que brinda posibilidades.