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Robótica son sello local

RUF (Robótica de Utilidades Funcionales) es uno de los proyectos más innovadores de Sierras Chicas. Con base en Mendiolaza, se extiende a todo el mundo ofreciendo soluciones tecnológicas a las empresas para mejorar su eficiencia y productividad. Además, propone capacitaciones y prácticas preprofesionales para vecinos y vecinas de la región.

Jessica Nieto (licenciada en Recursos Humanos, especializada en Lean Manufacturing) y Gabriel Barchuk (ingeniero electrónico) apostaron a la robótica en Córdoba cuando aún se consideraba un terreno incierto, sin perspectivas para la producción local. Hoy, no sólo han consolidado su presencia en el mercado interno, sino que se proyectan internacionalmente, con clientes en Estados Unidos e Irlanda.

RUF Desarrollos surgió como idea en 2008, aunque se consolidó en 2009 a partir de su participación en el Desafío Intel. “Es un concurso internacional de búsqueda de talentos e ideas. Gabriel estaba con su proceso de tesis en ese momento, así que la presentamos como proyecto en este desafío y terminamos como semifinalistas a nivel latinoamericano”, recuerda Jessica Nieto sobre los primeros pasos con su socio y actual pareja.

Durante ese proceso, los líderes de RUF mantuvieron reuniones virtuales con miembros de Intel Estados Unidos, obteniendo un feedback trascendental a la hora de elaborar su propio modelo de negocios y poner en marcha un análisis real del mercado al que querían apuntar. 

Así, el concepto de soluciones funcionales a partir de la robótica y la automatización fue surgiendo como carta de presentación. “Nuestro nombre, Robótica de Utilidades Funcionales, responde a que no queremos ubicarnos en una sola industria. Buscamos brindar soluciones de todo tipo, a una amplia diversidad de proyectos o empresas, incorporando la robótica como elemento de desarrollo”, explaya Nieto.

“Queremos que los robots sean realmente adecuados a las necesidades de cada cliente”, sostiene Jessica Nieto. Fotografía gentileza de Mujertic

La pandemia no aminoró la inercia de RUF como una de las pymes tecnológicas más pujantes de la actualidad provincial. En cambio, lograron sumergirse en rondas de negocios internacionales de la mano de la Agencia ProCórdoba, destinada a impulsar la oferta exportable de la provincia. “Ellos nos motivaron a participar en un evento de la ONU a fines de 2019. Allí pudimos observar todo un nuevo panorama a desarrollar en Latinoamérica”, comenta Nieto. 

A partir de este evento, RUF generó una de sus alianzas estratégicas más relevantes hasta el momento, firmando un convenio con Kuka Robotics, empresa alemana líder en robótica y automatización. “Somos representantes de la marca en Córdoba y realizamos capacitaciones para ellos. Eso nos abre un campo enorme donde no solamente empezamos a trabajar con automatizaciones a medida, sino con soluciones tecnológicas de gran envergadura”, destaca la cofundadora de RUF.

Los productos y servicios de la empresa pueden encontrarse en la web www.ruf-desarrollos.com.ar.

El Milenio: ¿Qué desafíos y ventajas encontraron en la operativización del trabajo en pandemia?

Jessica Nieto: Nos costó amoldarnos a lo que es la labor de visita en planta, estábamos acostumbrados a ese ejercicio cotidiano. Al comienzo de la pandemia, como no podíamos hacerlo de manera presencial, tuvimos que innovar para manejar la situación, entendiendo que podíamos relevar información virtualmente y optimizar nuestros tiempos. 

Antes de la pandemia, cuando necesitábamos hacer algún relevamiento en planta para una empresa, la primera visita siempre era más “social”. Ahora, en cambio, ya vamos con una noción más clara, porque previamente obtuvimos registros audiovisuales que permiten adelantar pasos.

En este momento, por ejemplo, estamos trabajando en un proyecto de Las Varillas y, con todo el relevamiento remoto que hicimos, llegamos a la empresa con las herramientas específicas para trabajar en planta, con un panorama que ya conocimos de manera virtual. De modo que lo que podía haber sido una desventaja, lo convertimos en una manera de agilizar procesos.

EM: ¿Pudieron continuar con su dinámica de incorporar practicantes y funcionar como espacio de formación para distintos niveles?

JN: Sí, pudimos lograrlo con creces de manera virtual. La gente nos pregunta cómo hacemos para tener tantos practicantes y lo cierto es que les damos un objetivo amplio para que ellos mismos puedan ponerse en el lugar de tomar decisiones. Queremos trabajar con el IPEM 317 y realizamos capacitaciones en el marco de Tecnofem, un programa pensado para mujeres de 12 a 18 años que quieran aprender programación.

EM: ¿En ese contexto aparece el convenio con la Municipalidad de Mendiolaza?

JN: Totalmente. La respuesta a este tipo de programas nos demuestra que existe un claro interés tecnológico en la zona. Hay muchos recursos humanos que terminan trabajando para el exterior porque no ven proyección a nivel local. 

De ahí la idea de salir de Ciudad Empresaria, donde montamos nuestra cede durante años, volver a Mendiolaza y firmar un convenio con el municipio. El objetivo del acuerdo es incentivar el crecimiento de nuevos espacios para prácticas preprofesionales y también que los vecinos puedan acercarse a entender qué es un robot en realidad. 

EM: Otra de sus líneas de trabajo apunta a favorecer el uso eficiente de los recursos. ¿Cómo se inserta esto en la participación que tienen en el nodo Smart City de la provincia?

JN: Smart City nace como una iniciativa académica, a partir de diplomaturas de distintas universidades. Somos pocos los integrantes de este nodo, por eso tenemos que definir muy bien nuestras tareas. En mi caso represento al Clúster de Petróleo y a la Ciiecca (Cámara de Industrias Informáticas, Electrónicas y de Comunicaciones del Centro de Argentina). 

La idea es optimizar los recursos y garantizar la sustentabilidad. Hoy tenemos trazados de fibra óptica que tocan los caños de agua y, si queremos crecer en cuanto a conectividad, tenemos que evitar ese tipo de errores.