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Manuel Lozada: “Proyecto mi carrera con mucha dedicación”

Gracias a su gran desempeño en Córdoba y el país, el joven golfista Manuel Lozada recibió una beca para estudiar y entrenar en la Universidad de Arkansas, en Estados Unidos. Con sólo 19 años, el oriundo de Villa Allende respira golf y ya sueña con competir en los torneos más importantes a nivel internacional.

Soñar con nuevos escenarios es un componente clave en el recorrido de cualquier deportista. Por eso Manuel Lozada decidió apostar con ímpetu a su carrera de golfista mudándose a Arkansas, Estados Unidos, desde donde continúa izando con orgullo las banderas de su Villa Allende natal y del club en el que alcanzó sus primeros hoyos. “Es muy importante para mí volver a casa y disfrutar de mi familia, mi novia y amigos”, cuenta el joven mientras pasa sus vacaciones en Sierras Chicas.

Para el deportista de 19 años, todo comenzó en el Córdoba Golf Club, la insignia de Villa Allende, donde, impulsado por una familia ligada tradicionalmente a la disciplina, comenzó a jugar cuando tenía solo tres años. “A los cinco o seis ya iba solo al club con mi palo y sentía que era lo que más me gustaba hacer en la vida”, recuerda con una sonrisa, cuando le preguntan sobre sus comienzos.

El Milenio: ¿Cómo fue el proceso que te llevó a participar en competencias importantes?

Manuel Lozada: Después de dejar unos años el golf, decidí retomarlo y entrenar muy duro para poder competir en los torneos más grandes. En ese proceso tuve la suerte de prepararme mucho con mi coach actual, José Campra, y eso ayudó a que no me costara adaptarme. En las primeras competencias importantes que jugué me fue bastante bien y poco a poco fui participando en torneos de mayor calibre.

EM: ¿Cuál sentís que fue el momento bisagra en el que te diste cuenta que querías dedicarte al golf profesionalmente?

ML: Me decidí a llegar a otro nivel dentro del golf cuando me fui a estudiar y jugar a Estados Unidos, viviendo al cien por ciento para este deporte. Tuve que dejar muchas cosas de lado, como las fiestas, los amigos e incluso ver menos a mi familia. Lo hice en pos de algo mayor, que es lo que amo, y no me arrepiento de ninguna de las decisiones que me llevaron a estar donde estoy hoy. 

Pasar de tomarlo como un hobby a que se convierta en algo más serio y jugar de manera profesional, es un cambio muy grande. Tuve que empezar a tener en cuenta la alimentación, el gimnasio, las horas de sueño, el acompañamiento de un psicólogo deportivo. En definitiva, empecé a vivir de otra manera.

EM: ¿Cuáles considerás que son las principales exigencias que presenta el deporte?

ML: En este nivel la exigencia es muy alta, hay que mantener la cabeza en frío a la hora de competir. Cada tiro requiere mucha concentración, no se puede pensar en nada más, porque en estas canchas y con el nivel de jugadores que estoy enfrentando, perdés un golpe y te mueve mucho en el tablero, no podés desperdiciar nada. 

A mí me ayudó mucho mi personalidad para acomodarme a esto, siempre fui muy competitivo y no me gusta regalar nada. Además, soy una persona seria y no es fácil que pierda la concentración cuando estoy jugando, aunque también tengo mis debilidades. A veces sucede que estoy jugando bien y se me va la cabeza pensando en lo que viene, entonces pierdo la noción del presente. Ese es mi “talón de Aquiles” a trabajar en los próximos años, más que nada la paciencia para poder enfocarme en cada momento sin irme mentalmente hacia adelante.

“La familia fue lo que más me impulsó a empezar a jugar al golf. A los cinco o seis años ya iba solo al club con mi palo y sentía que era lo que más me gustaba hacer en la vida”

EM: ¿Cómo surgió la oportunidad de irte a Arkansas?

ML: Surgió gracias a los resultados que había tenido tanto en Córdoba como a nivel nacional y a algunos viajes que había hecho por Estados Unidos. Mis coaches, Martina Gavier y José Campra, me ayudaron mucho, generando el vínculo con el entrenador de allá, que decidió venir a Villa Allende para verme. 

Jugamos un par de días, le gustó y me ofreció la beca en un momento que fue muy emocionante para mí, porque fue siempre mi meta, el motivo por el que trabajé todos esos años. Me hizo sentir muy orgulloso de mí mismo, estábamos todos muy alegres.

EM: ¿Qué diferencias notaste en la forma de entrenar y jugar desde que estás allá?

ML: Allá son realmente profesionales y nos hacen jugar en equipo, entrenamos con dos coaches que están arriba nuestro todo el tiempo. El lugar donde practicamos también es muy bueno así que se hace fácil. A pesar de las horas que paso ahí, no se vuelve algo cansador porque laburamos en grupo y realmente la paso muy bien entrenando. De Argentina me llevé muchas herramientas, como el swing o la mentalidad, y en Arkansas las pude consolidar con la práctica.

EM: ¿Sentís que cambió algo en tu juego a partir de tu experiencia en Estados Unidos?

ML: El cambio más grande que noto está ligado a lo mental, que es una parte muy importante en este deporte. Debido a la mayor cantidad de prácticas y competencias, empecé a sentir más confianza en mí mismo y en mi juego.

EM: ¿En qué aspecto te destacás más como golfista y en cuál sentís que tenés que trabajar para mejorar?

ML: Mi mejor golpe es el drive, el tiro inicial en la mayoría de los hoyos. Es mi fortaleza, donde más confianza siento. Y creo que necesito seguir trabajando en el putter, en el juego sobre el green.

EM: ¿Qué puertas pensás que se te abren a futuro a partir de tu presente en Arkansas?

ML: Las oportunidades son muchas más al dar el salto de entrenar y jugar en Estados Unidos, ya que me estoy codeando todo el tiempo con los mejores aficionados del mundo y me demuestran el lugar donde estoy parado y hasta dónde puedo llegar. Gracias al ranking universitario, crecen las posibilidades de entrar directamente a tener estatus en tours importantes.

EM: ¿Dónde te gustaría estar en cinco años?

ML: Proyecto mi carrera con mucha dedicación y paciencia, buscando ser profesional y llegar lo más lejos posible. De acá a cinco años, lo ideal para mí sería estar jugando profesionalmente en algún tour grande como el PGA Latinoamericano o el Korn Ferry, con chances de competir en el PGA Tour y los Majors.