- Colaboración: Lourdes Lugo y Sofía Abate
- 6to Año, Instituto Milenio Villa Allende
Las fotografías parecen el recuerdo de un gran evento realizado el año pasado, pero en realidad corresponden a una fiesta celebrada el pasado fin de semana en el parque acuático Maya Beach de la ciudad de Wuhan en China, el otrora epicentro de la pandemia de la COVID-19.
Las imágenes de la mega fiesta fueron difundidas por el centro de noticias internacionales AFP y en cuestión de horas ya dieron la vuelta al mundo. Según sus propios organizadores, cerca de 15.000 personas dieron acto de presencia, la mitad de lo que usualmente recibirían en condiciones normales.
FOTO. AFP
En las imágenes se puede observar como no se respetaron ningún tipo de regla de distanciamiento social o incluso sobre el uso de barbijos, pese a que todavía rige en China reglas que regularizan la actividad en espacios públicos.
Cabe destacar, que desde el pasado 8 de abril Wuhan abandonó la cuarentena estricta y salvo un pequeño rebrote sucedido a mediados de mayo, no se presentaron nuevos casos del nuevo coronavirus en los últimos meses, por lo que ahora es prioridad de las autoridades chinas recuperar el ritmo económico y social interrumpido desde inicios de este año.
Macrofiesta electrónica en Wuhan, China, donde fue identificado a fines de 2019 el primer brote de #COVID19 #AFP https://t.co/b6L4fUMiZS pic.twitter.com/vIUyQWqIEx
— Agence France-Presse (@AFPespanol) August 17, 2020
Malestar de especialistas a nivel internacional
“El problema es que no hemos erradicado a la COVID-19, y eso significa que mientras no esté erradicada, seguirá existiendo el riesgo de que se introduzca, ya sea desde el extranjero o de otra parte”, sostuvo Sanjaya Senanayake, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad Nacional de Australia para el medio BBC.
“Si juntas grandes grupos tienes realmente que tener cuidado. Incluso si solo una persona tiene el virus, creará dificultades” sentenció el especialista.
Wuhan es una ciudad de más de 11 millones de habitantes y el 23 de enero de este año se convirtió en la primera ciudad del mundo en decretar una cuarentena estricta para frenar la expansión del virus que ya registra más de 21 millones de casos en todo el mundo.