- Por Valentín Brasca y Lautaro Reyna. 4°A IENM.
El Milenio: ¿Desde cuándo vive en Unquillo?
Elisa Ponce: Vivo hace 25 años en este hermoso lugar.
EM: ¿Cómo está conformada su familia?
EP: Soy viuda, tengo 3 hijos vivos y 5 difuntos.
EM: ¿Dónde trabajó? ¿De qué? ¿Cuánto tiempo?
EP: He sido mucho tiempo empleada doméstica y cuidé niños, trabajé tanto en Argüello como en Unquillo. Ahora tuve que dejar por problemas de salud.

EM: ¿Nos podría contar alguna anécdota de su trabajo?
EP: Yo trabajaba en la casa de una familia local en la cual había dos niños (una niña y un niño). Al principio, me costó comenzar con la relación porque la nena era un poco rebelde, pero después se acostumbró a estar conmigo; tanto así que nos hicimos muy unidas. Con el nene tuve un entendimiento mucho mejor que con la nena porque cuando yo le decía o hacía algo, él iba y le contaba a los compañeritos “Elisa me dijo o Elisa dijo tal cosa”. Tanto fue así que en el colegio tuvieron que llamar a la madre para preguntarle quién era Elisa.
EM: ¿En qué dedica su tiempo ahora que es jubilada?
EP: Asisto al comedor para jubilados de barrio Gobernador Pizarro de Unquillo.
EM: ¿Qué actividades realiza en el comedor?
EP: Nosotros en el comedor hacemos caligrafía, folclore, cocinamos, a veces contratan profesores de educación física y ahora estamos haciendo gimnasia, pero es más como un baile. A mí me gusta en particular ir al poli deportivo a hacer gimnasia.
EM: ¿Tuvo algún momento de mayor miedo en su vida?
EP: Tuve muchos momentos de miedo en mi vida por mi salud, porque siempre anduve bien, pero cuando me agarraba algo me hacía muy mal y cuando mis hijos eran chicos tuve mucha preocupación.
EM: ¿Qué sería para usted la felicidad, Elisa?
EP: Para mí la felicidad es poder realizar los ideales que uno mismo tiene e intentar lograrlos, a veces no se puede pero hay que por lo menos intentarlo.
EM: ¿Cuál fue el momento más feliz de su vida?
EP: La llegada de mis hijos, de mis nietos. La felicidad es como uno la quiera tomar porque hay momentos felices pero a veces no los sabemos disfrutar; la vida es linda hijo, pero hay que lucharla mucho.