Por Lourdes Stocchero
y Camila Ullúa (4° Año, IENM).
ESTADOS UNIDOS – El candidato republicano alcanzó los 270 electores necesarios y así, venció a Hillary Clinton. Además, su partido también dominara el congreso luego de ocho años de gestión demócrata, a cargo de Barack Obama.
Hillary llegaba a los 218 delegados en el colegio electoral, contra 278 de Trump, número necesario para asegurar la victoria. Según informó la cadena estadounidense CNN, Clinton reconoció la derrota y llamó al republicano para felicitarlo por la victoria.
El multimillonario obtuvo el fuerte respaldo de la clase trabajadora de raza blanca y los estados de Florida, Ohio, Idaho, Alabama, Texas, Kansas, Oklahoma, Carolina del Sur, Kentucky y Tennessee. Por su parte, Clinton se impuso en California Nevada, Nuevo México, Hawai, Illinois, Colorado, Virginia y Nueva Jersey.
Como el sistema de votación de Estados Unidos es de manera indirecta, la sociedad estadounidense elige a quienes los van a representar en el Colegio Electoral, el que finalmente señalará al próximo presidente.
“Es tiempo de que Estados Unidos vende la heridas de la división. Digo que es tiempo de que nos reconciliemos como un solo pueblo unido”, dijo Trump en su discurso de victoria en un hotel de Nueva York, luego de una campaña agresiva que dividió profundamente al país.
El mandatario electo de 70 años, prometió gobernar para todos los ciudadanos de su país, para los que lo votaron y también para los que no lo hicieron.
Durante las elecciones, entre martes y miércoles, Trump había ganado en Estados como Florida y más tarde, también se había quedado con Ohio. Mientras Clinton ganó en California, estado muy importante para los demócratas, y en Colorado, pero ambas sumas no le permitían acercarse a Trump que no solo ganó las elecciones a presidentes, sino que también su partido dominará ambas cámaras del congreso luego de caer en bancarrota en cuatro ocasiones.
Hillary Clinton: “Espero que Trump sea un presidente con éxito, lo deseo para todos los estadounidenses”
La elección presidencial deja a la mayor economía del planeta ante una profunda división política, y al resto del mundo en alerta debido a las preocupaciones y la incertidumbre que despertaron las propuestas de Trump, centradas en un discurso anti-globalización, xenófobo, racista y machista.