Adrián Ávalos fue uno de los pocos jugadores de fútbol en poder vestirse con las camisetas de Talleres y Belgrano. Luego de 18 años de una vasta carrera dentro de la cancha la actualidad lo encuentra del otro lado encarando su pasión como entrenador.

Por Ignacio Parisi | ignacioparisi@elmilenio.info
Cientos de partidos lleva en sus espaldas “El Negro”, como lo conocen en el fútbol. Un potente mediocampista central que supo ganarse el respeto de hinchadas absolutamente rivales y convertirse en un referente de cada vestuario que integró. Desde su aparición en primera allá por 1992 en Talleres donde fue participe en la Copa Conmebol ganada por “el matador” hasta su retiro pasó por clubes de la talla de Belgrano, Racing de Córdoba, Huracán, dejando su sello en todos.
Hoy su desafío se encuentra del otro lado de la raya que marca el final del terreno de juego. En su camino como técnico lleva 4 años trabajando en el mismo lugar donde dio comienzo su carrera profesional: Talleres de Córdoba. Además se encuentra afrontando distintos proyectos todos relacionados a la formación de jóvenes en el deporte.
Periódico El Milenio: ¿Cómo te encuentra el presente en el fútbol, desde este nuevo lugar?
Adrián Ávalos: Ya hace 4 años que estoy trabajando en Talleres de Córdoba, los primeros 3 años estuve como coordinador de las divisiones inferiores, donde también estuve a cargo de la cuarta división de AFA, primera local y además del selectivo. En este nuevo proceso a comienzos de este año me encuentro trabajando como técnico de una categoría de AFA en este caso la octava. A su vez trabajo dando cursos para futuros directores técnicos.
EM: ¿Cuáles fueron los obstáculos que tuviste que superar en tu nuevo vínculo con el fútbol?
AA: Obstáculos fueron muchos. Quizás como jugador profesional de fútbol se termina un proceso y no por haber sido jugador profesional uno puede después ser técnico. No es lo mismo realizar una actividad física que buscar una metodología de enseñanza, y tener capacidad en la docencia.
Yo desde el 2008 tengo mi emprendimiento personal que se llama Sporting Lomas, y allí el hecho de estar con la escuelita me fue capacitando en distintos conceptos desde cómo hacer crecer deportivamente a un chico de 4 años o a un adolescente. Cada etapa merece sus recaudos, su análisis previo. Entonces yo me tuve que capacitar para estar a la altura, para entender bien cada proceso de análisis y aprendizaje, docencia en definitiva.
Fui haciendo cursos y capacitaciones en actividades deportivas, y eso hace que uno tenga más herramientas a la hora de estar al frente de diferentes grupos de estudiantes, alumnos o profesionales. Entendí que cada espacio tiene su exigencia particular.
EM: ¿Dentro de tus conocimientos del campo, pensás que tenés la posibilidad de ayudar a los jóvenes que estén interesados en el deporte?
AA: Si, totalmente. Hay algo que yo les explico siempre, es mi prioridad y tiene que ver con la importancia del estudio. Todo chico quiere vivir del deporte de elite, pero por distintos motivos, ya sea actitud, talento, suerte, quedan en el camino. Esto que hacen los deportistas profesionales te pide una exigencia plena y no es para muchos, entonces el arma principal para los chicos tiene que ser el estudio, incluso los que llegan a ser jugadores si termina tu carrera y no tuviste ningún tipo de estudios se vuelve muy difícil insertarse en la actividad laboral.
Por eso siempre les remarcó a los chicos que no abandonen el estudio, porque incluso es parte también del análisis que van a hacer a la hora de jugar al fútbol. En ocasiones es más importante un jugador inteligente que uno que quizás tenga tiene una gran capacidad física pero no tiene análisis del juego. En la parte táctica los jugadores analíticos saben comprender el fútbol de una mejor manera.
EM: ¿Cómo interpretas la situación en Sierras Chicas para los chicos que quieran jugar profesionalmente?
AA: El año pasado hice un análisis desde Unquillo a La Granja, de cómo se desenvuelven los procesos deportivos. En el caso del fútbol de elite necesita que un niño entre los 6 y los 8 años ya tenga una iniciación deportiva eso significa que ya empiece con cada atapa sin saltear ninguna para llegar capacitado a primera.
Pienso que en Sierras Chicas estos procesos no están bien demarcados. La inserción de chicos de la zona en el deporte de elite es casi nula. Los chicos en Talleres por ejemplo a los 5 años entran a la escuela de fútbol, y a los 7 ya empiezan un proceso con una metodología. Las herramientas básicas que adquieren desde esa edad les brindan un crecimiento pleno y una preparación para la competencia. A los 8 años ya entrenan 4 veces por semana, la cantidad de sesiones de entrenamiento generan un incremento en el nivel deportivo.
Antes de empezar en Talleres presenté en todas las municipalidades de Sierras Chicas proyectos deportivos que se basaban en procesos paulatinos. Los chicos pueden encontrar un buen apoyo en el deporte que es mucho más que salud, sino que es una oportunidad para compartir, para generar valores y alejar a los jóvenes de la delincuencia, de los malos hábitos. Es una cadena positiva que cada uno debe gestar desde su lugar. Yo desde el estímulo deportivo.
EM: ¿Qué significado tiene para usted ser entrenador?
AA: Significa mucho, mi proyecto en la escuelita me encanta, me apasiona trabajar con los más chicos. Lo más importante es que me enseñan algo todos los días, desde cada pregunta que me hacen mis alumnos. Siento que aún queda mucho por aprender. Me lo tomo con entrega y con suma responsabilidad, porque sé que estoy formando a chicos y en definitiva lo que quiero es dejarles algo.