
Por Alejandra Gait. Directora Nivel Secundario IENM
A veces no tomamos tiempo para pensar cuánto hacen los llamados despectivamente “adolescentes” por algunos adultos. Al referirse a ellos, lo limitan a tan sólo un pequeño grupo de la sociedad, los que seguramente, respondieron al modelo adulto que tenían cerca.
Yo me voy a dirigir a esos adolescentes que tienen esperanza, que construyen, que sueñan, que preservan, que ayudan. A esos que cada mañana reniegan de levantarse para ir a la escuela, pero cuando llegan hacen Patria, a esos que el 15 de febrero el agua no los detuvo, por el contrario, los movilizó a ser diferentes, a esos que caminarán las calles del barrio Gobernador Pizarro y plantarán una sonrisa.
A ellos que ofrecerán una flor a cambio de una historia, que dejarán huellas después del agua de febrero, que generarán una mirada diferente.
La Fundación Josefina Valli de Risso, en pos de un trabajo colectivo de servicio, pone a disposición de este barrio, una cantidad de árboles que a su vez fueron donados por la Secretaría de Ambiente de la Provincia, junto al trabajo de los alumnos del Instituto Educativo Nuevo Milenio e Instituto Nuestra Señora de Lourdes de la ciudad de Unquillo, y el Instituto Nuestra Señora de las Mercedes de la ciudad de Córdoba, a los fines de recrear un espacio, arrasado por el agua y revivido por los que los adultos llaman “ADOLESCENTES”.
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