- Por Milagros Alcántaro. periodico@elmilenio.info
- Colaboración: Julieta Santanna, Violeta Santanna, Renata Pagnucco y Pedro González (4to IENM). Valentino Lambertti, Juan Ignacio Vaspasiani, Ignacio Biglia, Pedro Camussi, Lorenzo Carana y Benjamín Giménez (4to IMVA).
En las últimas semanas, dos casos han puesto sobre la mesa el constante empuje de las urbanizaciones hacia zonas protegidas de Sierras Chicas. Por un lado, la aprobación del primer barrio cerrado de Salsipuedes, el predio Estancia San Miguel, catalogado actualmente como zona roja por la Ley 9.814, según señalaron los vecinos que se oponen al proyecto.
Por otro lado, en Río Ceballos, la Reserva Hídrica Natural Municipal Los Manantiales, creada en 2008 para proteger la cuenca del arroyo Mal Paso y cuya ordenanza impide la urbanización, se ve permanentemente amenazada por avances desarrollistas ilegítimos, como el de la empresa SADE.
Ambos casos, lejos de ser hechos aislados, ponen de manifiesto el avance sistemático de la ciudad sobre el monte, una señal de alarma que, para los profesionales del ambiente, el Estado debería escuchar.
Barrio polémico
En diálogo con El Milenio, Lucas Enrico, vecino de Salsipuedes, biólogo, profesor de la UNC e investigador del Conicet, empezó destacando que el proyecto de Estancia San Miguel fue aprobado en condiciones cuestionables.
“Nosotros nos enteramos que se iba a tratar esto en el Concejo el día anterior – explicó – Hubo un factor sorpresa, con ‘la cosa ya cocinada’, entonces era muy llamativo ver cómo un expediente que tenía 200 carillas, supuestamente lo habían visto en un día”.
Uno de los principales argumentos que se esgrimen desde el gobierno es que se trata de un loteo preexistente (son 200 lotes que datan de 1939). En este sentido, Enrico señaló que en Sierras Chicas hay muchos loteos aprobados hace décadas que nunca se efectivizaron como tales, entonces hay algunas zonas que hoy son bosque continuo, pero donde existe un parcelamiento previo de lotes que “a lo mejor hasta se vendieron alguna vez y tienen una aprobación catastral”.
Sin embargo, Enrico explicó que, tras la aprobación en 2008 de la Ley provincial 9.814 de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, todas las regiones que pasan a estar en zonas de protección, independientemente de que hayan sido loteos preexistentes o no, tienen que respetar esa normativa.

Amenaza permanente
Situación similar es la que sucede en Los Manantiales. Como explicó Ariadna Martínez, licenciada en Gestión Ambiental y una de las coordinadoras de la reserva, dicho territorio tiene la particularidad de contener varios loteos de los años 30 y 40. “Son parcelas que se armaron en otro contexto, hace más de 80 años, cuando había una perspectiva súper reducida de la cuestión ambiental”, expresó.
Ariadna explicó que el conflicto con la desarrollista SADE, antes llamada Cerro Lindo, viene hace años. Gracias a distintas herramientas legales, las pretensiones de la empresa se fueron frenando, ya que no está autorizado un barrio en la zona.
En su página, la empresa ofrece lotes en un “barrio totalmente ecológico”. Martínez aclaró que SADE tampoco es dueña de los mismos, sino que solo tiene un convenio con el propietario para su comercialización. “A nivel municipal no hay ningún proyecto presentado y menos, autorizado, para ejecutar todo ese barrio ecológico que promueven. Tampoco tienen autorizaciones a nivel provincial”, expresó la coordinadora.
Aun así, tomando como argumento que es un loteo preexistente, la desarrollista sigue vendiendo lotes. “Nosotros no podemos prohibir la venta porque es algo privado”, aclaró Ariadna. Sin embargo, el problema sobreviene cuando el comprador se da con que no puede construir, ya que el lote adquirido está en zona protegida.

Recientemente, personal municipal removió tranqueras que estaban colocadas ilegalmente hace dos años en dos calles que son accesos a la reserva y que los guardaparques necesitan utilizar para controlar, prevenir incendios y hacer intervenciones de cobertura. Este año se les había sumado seguridad, razón por la cual desde la Reserva iniciaron una causa en la fiscalía para poder intervenir.
Ariadna explicó que desde la desarrollista argumentan que las colocan para que no vaya nadie a hacerles posesión de los lotes, aunque no es la primera vez que incurren en acciones ilegales. A fines de 2021, la Municipalidad interrumpió el trabajo no autorizado de maquinarias de la empresa dentro de la reserva e incluso hubo agresiones al personal municipal.
Aunque ahora se removieron las tranqueras, el peligro de avance sigue latente. Pese a lo desalentador del panorama, la comunidad se mantiene firme con la intención de utilizar todas las herramientas disponibles para conservar estos pulmones de vida de las localidades serranas.
¿Monte protegido o no?
Respecto al barrio privado autorizado en el predio Estancia San Miguel, el intendente de Salsipuedes, Marcelo Bustos, detalló a La Voz del Interior que la Dirección de Ambiente de la Provincia emitió en 2021 la resolución 403, “que explica que se cometió un error en la categorización como zona roja de reserva en ese punto y por eso la resolución salió a favor de los desarrollistas para habilitar el emprendimiento”.
Frente a ello, Lucas Enrico apuntó que ese error no existe, porque tanto la ley nacional como la provincial establecen que todas las zonas relacionadas con las cuencas de los ríos son por defecto zona roja y el loteo en cuestión colinda con la ruta E-53 por un lado y con el río Salsipuedes por el otro.
Además, el profesional destacó que actualmente San Miguel se encuentra cerrado perimetralmente, lo cual interrumpe el necesario ir y venir de los animales. “A medida que nosotros avanzamos sobre los sistemas naturales estamos generando una fragmentación del ecosistema”, indicó el biólogo.
