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Astrología, un camino hacia el autoconocimiento

Hace más de 10 años, en Salsipuedes, se fundó la primera escuela de astrología de la región. Allí, un grupo de mujeres busca compartir el lenguaje de los astros como una herramienta para el conocimiento personal, alejándose de figuras, como el horóscopo y las predicciones, que ocupan el imaginario popular.
  • Por Milagros Alcántaro. periodico@elmilenio.info
  • Colaboración: Valentina Sandler y Bautista Ergueta (4to IENM). Candelaria Feijoó, Abril Marramá, Sofía Lagrotteria y Agostina Cragnolini (4to IMVA).

Hoy en día, la astrología vive un nuevo boom de la mano de las redes sociales. De repente, cada vez más personas se proponen averiguar cómo es su carta natal o cuál es su ascendente. Sin embargo, lo cierto es que la astrología es una disciplina con una larga historia, cuya comprensión demanda años de estudio.

Por suerte en Sierras Chicas existe un espacio pionero en su difusión. Se trata de la Escuela de Astrología Espiritual que funciona en Salsipuedes hace más de diez años. En diálogo con El Milenio, tres de las profesoras, Eugenia Carosini, Aurora Arsac y Nancy Tiraboschi, explicaron el objetivo del espacio.

La historia comienza con Eugenia y Aurora, quienes empezaron a incursionar en la astrología como parte de una búsqueda en torno al autoconocimiento espiritual. En ese camino se encontraron y, tras años de estudio, decidieron compartir con otras personas lo que habían aprendido.

Así, en 2012 fundaron la escuelita “Tu alma es todo el universo”, que funciona en el centro de Salsipuedes. “Nosotras consideramos que el alma que tenemos, el espíritu que vive adentro nuestro, es tan inmenso e inconmensurable como el universo”, expresó Aurora. 

Como detallaron las pioneras, aunque existen varias ramas de la disciplina, desde la escuela enseñan la llamada astrología espiritual. “Nuestro trabajo consiste en usar la astrología como vía para el autoconocimiento y para despertar el contacto con nuestra parte espiritual”, resaltó Nancy Tiraboschi, quien comenzó su trayecto siendo alumna de Eugenia y Aurora.


“El espíritu de cada uno es tan inmenso e inconmensurable como el universo. La misión es darse cuenta que estamos todos conectados y que eso que está arriba, también está dentro nuestro”

Aurora Arsac

Aprendiendo un lenguaje 

“Mercurio retrógrado”, “luna nueva en libra”, “luna llena en aries conjunción a quirón”. En las redes sociales constantemente aparecen frases como estas y es fácil perderse entre tanta terminología cuando no se sabe mucho al respecto. Eugenia explicó que, cuando muchas personas consultan sobre su carta natal, es como si les hablaran en un lenguaje que no entienden. 

Por eso, para ella es importante que cada uno pueda interpretar su carta desde el propio conocimiento. “Los dos años mínimos que hacemos en la escuelita son para aprender el lenguaje. Después podés leer un libro de astrología o ver cualquier video en YouTube. Nuestro objetivo es que vos puedas entender de qué se está hablando, que básicamente se pueda leer el idioma”, indicó Nancy.

Por su parte, Aurora añadió que, al tener este conocimiento de base, si una persona decide realizar consultas con un especialista, puede establecer un diálogo con el otro. “La idea no es que vayas a consultar con alguien que mira tu carta, te la interpreta y te da un montón de información con la que después no sabés qué hacer”, detalló.

Aunque las tres profesoras concuerdan en destacar lo útil que es la astrología para el conocimiento de uno mismo, también reconocen que no es un estudio afín a todo el mundo. “Es una disciplina más de autoconocimiento y de búsqueda espiritual, hay muchas herramientas y cada uno vibra con distintos caminos que conducen a lo mismo”, expresó Aurora. 

Por esa razón, la astrología no es algo que ellas “recomendarían”, sino que más bien abren las puertas para que cada persona interesada pueda acercarse. “Por algún motivo, es al revés, creo que la astrología te llama”, detalló Nancy. 


No tan distintas 

Como profesora jubilada de Matemáticas y Física, a lo largo de su carrera Nancy incursionó en la astronomía. “La astronomía ve la parte física del universo, en cambio la astrología habla de las energías que esos sistemas mueven. Así como nosotros tenemos un cuerpo físico, también tenemos una psiquis, un campo emocional que transmite cosas”, explicó y destacó que, hasta 1660, ambas disciplinas se estudiaban en conjunto. 

Así, en contra del prejuicio de que quienes estudian ciencias exactas suelen ser más cerrados a la astrología, Nancy contó que en realidad muchos de sus colegas se han interesado también en este estudio. Es por eso que con la escuelita ella siente que de alguna forma se vuelven a unir la astronomía con la astrología. “Una cosa no contradice a la otra, colaboran las dos”, resumió.

En este sentido, ante la “mala prensa” de la astrología, la escuelita busca aportar claridad a las personas interesadas en el tema. Nancy explicó que no se trata de confianza en la astrología, sino de conocimiento. “La persona tiene que informarse para poder discernir lo que sirve de lo que no sirve”, agregó Aurora. 

Por esa razón, Eugenia remarcó que buscan que sus alumnos puedan interpretar los astros a través de ellos mismos. “Fundamentalmente la misión es darse cuenta que estamos todos conectados y eso que está arriba, también está adentro nuestro”, expresó Aurora.


Al alcance de todos

En la actualidad la Escuela de Astrología tiene 70 alumnos y 7 profesores. Este año, por primera vez, han abierto cursos de iniciación para adolescentes, niñas y niños, donde hay un fuerte trabajo desde lo artístico. “En los adolescentes, la inquietud surge porque hay demasiada información dentro de las redes sociales, entonces llegan para profundizar”, explicó Nancy. 

La mayoría del estudiantado está compuesto por mujeres y vienen de todas partes, desde Córdoba o Villa Allende hasta La Granja y Jesús María. La formación básica es de dos años, con un cursado regular de tres clases al mes de dos horas y media cada una. Luego hay cursos y especializaciones para seguir profundizando en temas particulares. 

En busca de que el conocimiento sea accesible, la escuela sólo cobra a los alumnos una cuota de $2400 para mantener el espacio y costear los viáticos de los profesores, es decir que no se cobra la enseñanza. “Así se inició la escuela y así va a continuar”, resaltó Aurora.