El pasado sábado 2 de julio, la dirección de Servicios Públicos dirigió la demolición de las paredes de la casa ubicada sobre la avenida San Martín, frente al complejo Arco Iris, en Barrio Ñú Porá.
Las autoridades fueron escoltadas por la Policía y aprovecharon que los moradores no estaban para derribar la totalidad de la estructura. Sólo uno de los habitantes permanecía en el lugar, que será reubicado por el área de Equidad Social de la Municipalidad.
En el lugar trabajaron con dos palas mecánicas para derrumbar las paredes de la casa que había sido arrasada por la inundación de febrero de 2015. La vivienda había sido usurpada hacia el año 2017 y desde entonces sucesivas familias rotaron en el lugar.
Sin embargo, a comienzos de este año, las denuncias de vecinos del sector sobre robos empezaron a incrementarse, como también las de automovilistas que eran apedreados al pasar por el lugar. Los hechos se sucedieron hasta que la Policía barrial intervino intentando dialogar con los moradores. En ese momento dos efectivos fueron agredidos y el móvil policial apedreado.
Fue entonces cuando a mediados de junio, la Justicia decidió librar una orden de allanamiento que había sido solicitada en varias oportunidades, y en un vasto operativo, la Policía detuvo a tres sujetos en el interior de la vivienda, al tiempo que recuperó numerosos elementos vinculados a robos en el barrio.
Finalmente, con la autorización de la familia Zunino, propietaria del inmueble, las topadoras de la Municipalidad procedieron a derribar la vivienda, que hacia el mediodía quedó reducida a escombros.
