Colaboración: Benjamín Caniza y Pedro Diaz (4to IMVA). Joaquín Lario y Luciano Valle (4to IENM).
Lejos de los tratamientos conservadores, la kinesiología moderna analiza la prevención o rehabilitación desde una mirada activa, teniendo en cuenta las progresiones y habilidades de cada paciente desde un punto de vista funcional.
En ese sentido, la actividad física y el baile resultan dos elementos complementarios muy interesantes para pensar la vejez desde un lugar más protagónico y potenciador de las habilidades. Sin embargo, mantener una rutina diaria que incorpore el ejercicio es un factor pocas veces contemplado desde programas gubernamentales o privados.
En medio de un retorno a la “normalidad” propiciado por el descenso de casos y el avance de la vacunación, en Salsipuedes emerge una propuesta por demás interesante, de la mano del experimentado entrenador Ricardo Nickels.
El profesor de Educación Física arribó a la ciudad serrana de la mano de una escuela de verano para niños y, al poco tiempo, el Club Salsipuedes lo invitó a restaurar el área de fútbol, para generar un equipo competitivo por primera vez en 15 años.
“Flecha”, como lo conoce todo el mundo, decidió que además de estas actividades, era necesario lanzar una iniciativa que trascendiera lo deportivo y que pusiera el foco en las personas mayores. De ese puntapié surge la escuela de gimnasia bailada, apuntando al desarrollo de nuevas habilidades y la prevención de lesiones a partir del ritmo, la soltura, el ejercicio y la diversión.

La autovalidez no es requisito para practicar gimnasia bailada. Foto gentileza quien corresponda.
El Milenio: ¿Cualquier persona puede participar de las clases de gimnasia bailada en el Club Salsipuedes?
Ricardo Nickels: Nuestra metodología nos permite trabajar con cualquier adulto o adulto mayor. Es más, la “autovalidez”, que en algún momento fue requisito condicionante para estas prácticas, hoy no lo es. Es una actividad que pueden realizar incluso personas usuarias de silla de ruedas, usando sus brazos y manos.
La clave está en que la actividad física debe ir acompañada de una estrategia de progresión: de poco a mucho y de lo simple a lo complejo. En adultos mayores ocurre, en muchos casos, que esta actividad es la que vuelve a rescatar sus habilidades físicas y motoras, lo cual en definitiva mejora la calidad de vida.
EM: ¿En qué consiste la disciplina?
RN: La gimnasia bailada nace como tal en relación a las personas mayores. Es una práctica que fue pensada desde lo metodológico y estratégico para que algunos puedan realizarla parados y otros sentados. También utilizábamos elementos auxiliares, como palos de escoba, globos, pelotas y otros objetos no convencionales.
Yo comencé con la gimnasia aeróbica, trabajando con música, y saqué del panorama a los elementos no convencionales. Más tarde le agregué la danza y complementé mi manera de brindar clases de gimnasia bailada con ejercicios que eran muy importantes para la recuperación de las capacidades del adulto mayor, relacionados al equilibrio, la fuerza y la flexibilidad, habilidades que se van perdiendo por la escasa movilidad.
EM: ¿Cómo te especializaste en personas mayores?
RN: Cuando me recibí como profesor de Educación Física había muy poca formación especializada en adultos mayores, de modo que me dediqué a incorporar de manera autónoma conocimientos vinculados a la anatomía y la fisiología del cuerpo humano.
También considero clave haber aprendido sobre las diferentes patologías que atraviesan las personas a esa edad en el aspecto físico, para entender, por ejemplo, qué carga de oxigenación requiere un determinado tipo de esfuerzo a través de un ejercicio.
La combinación de actividad física y baile permite a las personas mayores recuperar fuerza, equilibro y flexibilidad, mejorando su calidad de vida. Foto gentileza quien corresponda.
EM: ¿Por qué agregar el baile a la gimnasia?
RN: El baile es un condimento indispensable para nuestra actividad física. Si uno cocina una buena carne y sólo se le pone sal, pierde un poco el encanto. Ahora, si le pongo romero y laurel, ya toma un color y un sabor diferente.
El baile y el divertimento, en general, tienen mucho que ver con las ganas de vivir. Funcionan exactamente en la dirección contraria al encierro, a la soledad, a la falta de afecto. Salir a bailar tiene un sentido muy interesante y combinarlo con el ejercicio física dirigido es genial. La actividad que yo propongo es integral, teniendo en cuenta que abarca aspectos sociales y psicológicos más allá de cuestiones físicas.
EM: Aparte se convierte en un espacio de socialización para quienes la practican, ¿no?
RN: Sí, de hecho, acá la gente vuelve a encontrarse con amigos y amigas. Proponemos actividades por fuera de la gimnasia bailada, para que las personas se integren en nuevos contextos fuera del club. En el Día de la Primavera, por ejemplo, creo que nos divertimos más que los adolescentes. Lo social retroalimenta siempre la parte física, porque cuando alguien ve limitadas sus capacidades motoras puede sentirse solo y autoflagelarse. El intercambio siempre es positivo.

EM: ¿Predomina la asistencia de mujeres en esta disciplina o existe una edad en la que nos deshacemos de los preconceptos en torno al baile?
RM: Sí, a las actividades siempre asisten más mujeres que hombres. Los preconceptos son muy difíciles para los adultos mayores, es un arduo trabajo que se liberen de ellos, aunque posible. Muchos se esconden detrás de un montón de prejuicios y le van cerrando la puerta a probar cosas nuevas o simplemente a divertirse.
La idea acá es que se desinhiban, moviendo la cintura, moviendo la pelvis, bailando bachata, compartiendo con los demás. Y como todos están bailando y divirtiéndose, eso borra un poco el tema de las diferencias y abre el juego a reírse con el otro e incluso reírse de uno mismo.
Ellos reconocen, al cabo de un tiempo, que pueden aceptar propuestas diferentes para renovar el aire. Por mi parte apunto a que tengamos una mirada flexible, porque eso nos permite aceptar el enfoque del otro y entender que la diferencia de conceptos no nos puede privar de seguir disfrutando de la vida a la edad que sea. Cuando todos se divierten y bailan, las diferencias y los dolores se borran.