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Club La Vida, Social y Deportes: orden y disciplina como filosofía de vida

En el barrio Gobernador Pizarro de la ciudad de Unquillo, existe un club de fútbol que sueña en grande; sus más de 150 pequeños jugadores tienen la meta de llegar a los clubes grandes como Boca o River. Todo gracias al apoyo y cariño de su comisión directiva, que busca enseñarles que con esfuerzo y dedicación, puede lograr cualquier meta. El Milenio conversó con la tesorera del club; Romina Muñoz, quien nos relató los orígenes y metas de este maravilloso proyecto social.

Colaboración: Gaspar Quintana (6to IMVA), Abril Battan Frasca (6to IMVA), Ignacio Weht (IENM) y Jazmín Lasso (IENM).


Son los pequeños gestos de cariño y las primeras oportunidades de alcanzar los sueños, lo que puede definir el futuro de los más pequeños, el enseñarles que con esfuerzo, dedicación y orden se puede alcanzar cualquier meta en la vida debería ser uno del os objetivos principales de nuestra sociedad.

Afortunadamente en el barrio de Gobernador Pizarro en la ciudad de Unquillo, el Club de futbol “La Vida, Social y Deportes”, el cual hace de la disciplina y el esfuerzo su filosofía de vida.

Según comentó a este medio, Romina Muñoz, actual gestora de la institución, el objetivo del club es enseñarles a los chicos como el esfuerzo personal puede llegar a generar grandes frutos y que todo lo que aprendan en la cancha, lo deben reflejar en los demás aspectos de su vida.

Que crezcan y sean profesionales que exploten esa pasión en cualquier tipo de actividades que desempeñen, que sepan que no sólo existe Pizarro, sino también un mundo enorme por descubrir”, explicó.

Desde que comenzaron con los entrenamientos, los niños utilizan la disciplina como herramienta y los padres han notado eso y nos lo han manifestado al equipo técnico”, explicó con gran convencimiento Romina, quién además está muy orgullosa de los logros alcanzados por los chicos y chicas de su institución. “Ya tenemos dos y vamos por más”.

Cabe resaltar, que todos estos logros son gracias al esfuerzo de su comisión directiva, compuesta por tan solo ocho personas que realizan todo a pulmón y cariño, sin esperar ningún tipo de recompensa económica.

Somos todos profesionales desde médicos, enfermeros, maestras, de todo un poco, porque como siempre digo; “muchas cabezas pueden formar buenas cosas”, sintetizó la gestora del club.

Además de Romina en el cargo de Gestora, la Comisión Directiva del Club La Vida está compuesta por Carlos Barroso (Presidente), Cesar Collante (Secretario), los Vocales Diego Peña, Javier Aguirre (Suplente), Sergio Muñoz (Revisor de cuentas), su suplente; Eric Ortega y Valeria Martínez.

“Las pasiones no hay que perderlas”


La historia del club se remonta hace muchos años atrás, con Diego Peña, uno de los tantos chicos del Casa de Niños del Padre Aguilera, cuyo talento en el fútbol haría suponer a más de uno que podría llegar muy lejos profesionalmente.

No obstante, la falta de recursos y de acompañamiento por parte de los adultos, le impidió que pudiera cumplir sus sueños en aquel momento.

Ya de grande y dedicándose a otro rubro, pero con la pasión del fútbol intacta, se pone como objetivo crear una escuelita de fútbol para ningún otro chico del barrio Gobernador Pizarro pierda esa oportunidad de soñar a lo grande.

Es ese marco, conoce al Dr. Carlos Barroso, director del CEC de Unquillo y logra obtener el apoyo que se le negó de joven.

Si es tu sueño, metele para adelante, las pasiones no hay que perderlas”, le dijo el profesional de la salud, quién además lo alentó a poner todas sus energías en la concreción de dicho sueño.

Y así, comenzaron a entrenar en la canchita Sastre del barrio Pizarro niños de cinco, seis, siete y hasta de 12 años, “pero con el pasar del tiempo el lugar nos empezó a quedar chico y afortunadamente nos cedieron el predio de la cancha once, que está cerca del río de Gobernador Pizarro”, añadió Romina, quien además es esposa del Dr. Barroso.

Ante la necesidad de una cobertura médica, los involucrados lucharon para conseguir la personería jurídica que les permita obtener un seguro médico para cubrir cualquier posible problema que pudiera ocurrir al atender a tantos chicos.

Mi marido le dijo a Diego que entre más personas se sumen, más responsabilidades teníamos que tomar y así nació la idea de formar el club, porque necesitábamos una personería jurídica y un seguro médico para los chicos”, explicó Romina, esposa del Dr. Barroso.

La personería jurídica es algo que nos abre muchísimas puertas”, explicó Muñoz al considerar que de esta forma podían brindarles asistencia médica y alimentaria los más de treinta chicos que se iban sumando al club.

Hoy gracias al apoyo del CEC, los chicos que juegan en el club cuentan con protección y cobertura médica.

Jugar por la Vida


Un dato interesante surge a raíz del nombre del club, según comentó Muñóz, en una ocasión compitieron contra el Club Unión de la misma ciudad, ganando un pequeño torneo, cuando se dieron cuenta que necesitaban un nombre para el equipo.

Los chicos decían cosas como “El Barça”, “Boca”, River”, entre muchas otras propuestas, hasta que uno de los más pequeños dijo casi al azar; “y bueno, juguemos por la vida”, a lo que todos estuvieron conformes “y así fue que nació el nombre de nuestro club”, sintetizó con alegría la entrevistada.

Nosotros en el club al ser social tenemos mucho diálogo con los padres porque no es que ellos vienen y nos dejan a los niños, ellos nos preguntan qué le hace falta al club y colaboran con lo que puedan”, expresó Romina.

Hay papás que dicen ¨mira no tengo para comprar un botín¨, y la misma comisión del club trata de generar insumos, hacemos rifas, sorteamos cosas que nos donan y demás actividades que sean necesarias”.

Por su parte, vale aclarar que gracias a la personería jurídica obtenida en mayo de este año, la dirigencia del Club, ahora sueña con participar en el corto plazo en la liga Regional Colón, codeándose con los otros clubes importantes de Sierras Chicas como el Forchieri en futuros torneos.

Esta posibilidad les abre las puertas a los chicos para que el día de mañana los vean clubes como Boca, River, Belgrano o Talleres”, comentó entusiasmada la vecina de Unquillo.

Sirviendo a la comunidad


Romina relató que si bien el barrio Gobernador Pizarro es conocido como uno de las zonas más peligrosas de Unquillo, ellos continúan luchando por cambiar esa realidad, demostrando que con cariño y trabajo se pueden conseguir grandes cosas.

De hecho, el pasado 17 de noviembre del pasado, iniciaron un comedor para tratar de ayudar a los más de cien chicos que asisten a la institución.

Después de que terminan la actividad técnica les damos la merienda, si hace frío se hacen la chocolatada con el criollo y la factura, aunque si está lindo el día, les damos frutas porque también por el tema de la alimentación sana también es importante”, detalló Romina.

Al incrementarse tanto el tema de la necesidad de la gente, eso inició en el club el tema del comedor, comenzamos con 48 viandas en las cuales se necesitan alimentos no perecederos, carne vacuna y pollo”, expresó la gestora del Club.

Recordemos que por el tema del Covid-19, muchos padres y madres quedaron sin trabajo o sin la oportunidad de trabajar o trasladarse a capital, por lo que el tema de la merienda se duplicó en los últimos meses.

Comenzamos dando viandas a 48 personas, y ahora que se incrementó a partir de la segunda ola de la pandemia estamos dando a 150 personas”, explicó la vecina de Unquillo, quien espera que la situación mejore en los próximos meses.

Por este motivo, también explicó que las personas interesadas en colaborar también pueden hacerlo, ya sea donando alimentos no perecederos o también productos como pollo o carne, contactándose al teléfono de la institución 351 2933700 y coordinar con la gestora del Club, Romina Muñoz la posible ayuda o colaboración.

Finalmente, también se pueden acercar como voluntarios y ayudar en diferentes tipos de actividades.

“Siempre necesitamos la mano voluntaria de cualquier persona que venga con mucha pasión y ganas de hacerlo de corazón, porque nadie recibe sueldo ni plata, es brindar tiempo y aprender, nosotros cada día aprendemos cosas de los chicos que nos sorprenden”, finalizó Romina.