Colaboración e investigación:
- Laureano Farías.
- 6to Año, Instituto Milenio Villa Allende.
Este miércoles 12 de mayo, el mundo de los inversionistas digitales y seguidores del siempre cambiante mercado de las criptomonedas, sobrevivieron a uno de los desplomes más feroces de los últimos tiempos luego de la confirmación oficial por parte de Elon Musk de que su empresa de automotores Tesla, no recibirá bitcoin (una de las criptomonedas más importantes del mercado) como parte de pago por la compra de sus vehículos eléctricos
«Estamos preocupados por el rápido incremento en el uso de energía fósil para el minado y las transacciones de bitcoin, especialmente el carbón», señaló en un comunicado publicado en Twitter el multimillonario sudafricano, quién no obstante señaló que sigue firme con su idea de que las criptomonedas son el futuro de la economía mundial.
«Las criptomonedas son una buena idea en varios niveles y seguimos creyendo que son el futuro pero no puede ser a expensas de un gran coste para el medio ambiente«, señaló Musk, añadiendo un link a una nota de la Universidad de Cambridge donde actualiza constantemente el gasto eléctrico que supone la generación de bitcoins.
Cabe señalar, que los comentarios del CEO de Space X, ayudaron en los últimos meses a que la moneda Dogecoin (considerada por los propios internautas como una “moneda meme”) creciera rápidamente y se desplomara a la misma velocidad.
El Bitcoin llegó a cotizar hasta este jueves a US$ 47.376 por unidad, un 18,33% menos que los casi US$ 58.000 a los que se vendía en el mediodía del miércoles, su menor precio desde finales de abril cuando también había sufrido una caída similar, según datos de Coinmarketcap.
Situación que se repitió con las demás monedas digitales como Ethereum (-7.70%), Polkadot (-7,5%), XRP (-14,39%), Dogecoin (-17,53%), Litecoin (-17,5%), Tron (-18%) o EOS (-27,12%), entre otras.
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El impacto ambiental de las criptomonedas
Para entender la nueva postura de Musk, uno debe comprender el concepto de “minar”, como forma de obtener más criptomonedas. El bitcoin, por ejemplo, es creado por “mineros” que utilizan computadoras de gran potencia para competir entre ellos y resolver puzles matemáticos complejos.
Es un proceso que requiere de una gran fuente de energía, que puede recaer en electricidad generada por combustibles fósiles, particularmente, carbón.
“Cuantas más máquinas opere un minero, es más probable que encuentre la solución al rompecabezas. Sin embargo, más máquinas también significan que se necesita más electricidad para hacer funcionar y enfriar el equipo, lo que a su vez resulta en costos más altos para el minero en cuestión”, explican desde la Universidad de Cambridge por medio de un comunicado oficial, donde avisan que por lo general los mineros siempre están buscando abundantes fuentes de electricidad al precio más bajo posible.
De esta forma, el aumento de los precios de Bitcoin hace que la minería sea más atractiva, ya que la recompensa potencial aumenta de valor. Como resultado, se agregará nuevo hardware de minería a la red y conducirá a un aumento del consumo de electricidad en general.
“Es tiempo de implementar más impuestos al carbón”, sentenció Elon Musk, en un nuevo comunicado lanzado en su cuenta de Twitter en las últimas horas del jueves pasado.