Colaboración: Dalmiro Cantos y Martiniano Vola. 4to Año, Instituto Educativo Nuevo Milenio. Karen Sferco Rudy y Delfina Sferco Rudy. 4to Año, Instituto Milenio Villa Allende.
Gentileza Audiovisuales Milenio.
A María Belén Funes Lastra, la pandemia suscitada por el SARS-CoV-2 la llevó a buscar una vía de escape, una ventana a través de la cual observar el mundo y poner en palabras sus vivencias y reflexiones. Para esta emprendedora social, presidenta del Cabildo de Género, miembro fundador del Portal de las Sierras Chicas y actual integrante del Rotary Club, la escritura también se convirtió en la forma de explicar y transmitir estos pensamientos a sus seres queridos.
Todo comenzó con una carta dirigida a sus nietos: Paz en España y Vicente a pocas cuadras, pero igualmente inalcanzable debido a la cuarentena. “Como no podíamos ver qué nos estaba pasando y qué nos imposibilitaba darnos esos abrazos de siempre, empecé a escribir”, contó la vecina de Villa Allende.
Jugando con palabras, animales y dibujos, María Belén intentó explicarles a los pequeños por qué el planeta atravesaba un momento tan extraordinario y, sobre todo, qué podía aprender la humanidad de él. “Incorporé animales dibujados porque los niños son más visuales y porque me di cuenta que, en esta pausa del planeta, de alguna forma lo recuperamos”, explicó en diálogo con El Milenio.
Por supuesto, nunca imaginó que su epístola (que ya superaba las 30 páginas) se convertiría en un libro ejemplar para la primera infancia. Su publicación fue impulsada por una amiga, la escritora Graciela Ramos, quien compartió el material con la editorial Raíz de Dos. Reconociéndose “mala para dibujar”, María Belén contó con la ayuda de otro gran amigo, el artista Milo Lockett, quien aportó las ilustraciones del libro. Con el correr de los días, otros grandes personajes se sumaron a la causa, como el payaso Piñón Fijo y el actor Gastón Pauls.
Así nació “La corona de un rey chiquitito, chiquitito”, un relato dirigido al público infantil que pone en valor el cuidado del medio ambiente y la importancia de los pequeños momentos de la vida cotidiana. Fue presentado por el reconocido pediatra Enrique Orchansky a mediados de agosto. Aunque al principio se difundiría sólo en formato digital, gracias al apoyo del Instituto del BienEstar Argentina y al auspicio del laboratorio Soubeiran Chobet, se imprimieron cinco mil ejemplares, tres mil de los cuales fueron a parar a manos de pediatras del país, siendo los dos mil restantes para instituciones que trabajan con la primera infancia.
El valor de los abrazos

“La primera hoja del libro dice: ‘No te preocupes porque tus hijos no te escuchan, te observan todo el día’. Qué ven y cómo nos ven en esta situación en la que estamos parados, es algo que vale la pena poner en palabras”, indicó reflexivamente la integrante del Rotary, institución que impulsó la traducción del libro al inglés, el portugués y el italiano. “La idea, más allá de todo esto, es que llegue el mensaje. Porque cuando un autor escribe, no lo hace para sí mismo, sino para los demás. El libro ya no es mío, es de todos los niños del mundo”, sostuvo Funes Lastra.
Como en todo proceso creativo, la autora reconoció que hubo aspectos positivos y negativos al momento de deslizar las palabras. “Lo negativo es el miedo y las propias sombras que uno trae, eso de darse a conocer con las heridas abiertas, porque en definitiva te convertís en un personaje público y empezás a hablar de vos y de tus vivencias. No es menor porque uno se expone en toda su extensión”, compartió, aunque al mismo tiempo rescató la felicidad de “descubrirse como escritora” y tener la posibilidad de “brindar un mensaje esperanzador”.
Con su libro en mano, María Belén defendió: “No perder de vista el valor de los abrazos, transmitir seguridad y tranquilidad con la convicción de que nada es para siempre. Que nadie va a morir si no es tiempo de partir y que esto es para poner en orden la emociones. Con esta pausa le hacemos bien a la naturaleza y, sobre todo, valoramos los momentos en familia, los deseos postergados, los abrazos que no dimos y las decisiones que no tomamos a tiempo, para emprender el futuro de otra manera”.
“Con esta pausa le hacemos bien a la naturaleza y valoramos los momentos en familia, los deseos postergados, los abrazos que no dimos y las decisiones que no tomamos a tiempo, para emprender el futuro de otra manera”
Mirada hacia el futuro
“Los niños son los grandes espectadores que nos ayudan a correr a ningún lado para llegar a ninguna parte. No eligieron venir al mundo, ni vivir lo que nosotros les ofrecemos, entonces creo que hay que dedicarles una buena porción, porque ellos van a ser los adultos del mañana”, observó la escritora y alentó a pensar en el futuro que se construye para ellos.
“En la última página del libro hay algo muy importante. Una hoja en blanco que pregunta cuál será la primera cosa que hagan al salir de sus casas, si se animan a escribir una lista de deseos. Eso me va a ayudar a enriquecer mi próxima historia, que va a hablar del día después”, anticipó Funes Lastra.

Al mismo tiempo, la emprendedora social sueña con integrar cada uno de esos mensajes en su nuevo proyecto: el Parque de los Deseos. El espacio, que se ubicará en la ciudad de Arroyito, hará honor a la conciencia ecológica que fomenta el libro y contará con una escultura central que representará al rey con su corona. Allí, los árboles lucirán botellas colgadas con los deseos y nombres de los niños, con la esperanza de que se convierta en un lugar de encuentro para llevar a cabo todas las actividades que se postergaron por la pandemia.

“La corona de un rey chiquitito, chiquitito” está disponible en la plataforma Amazon y en las librerías Emporio, Maidana, El mundo del libro, Aforismos, Quade y Leas. Además, se entrega gratuitamente a través del Cabildo de Género a las instituciones que trabajen con la primera infancia, para lo cual solo necesitan contactarse al 3515 475484.