Por Ignacio Duffau
6to Año, Instituto Milenio Villa Allende
Desde hace un par de meses, diferentes comercios e instituciones públicas de la Ciudad de Córdoba y del interior provincial, empezaron a mostrar con orgullo la instalación de enormes “cabinas sanitizantes”. Una especie de cuarto del tamaño de una garita de guardia, que por medio de un sistema de rayos UV (en los sistemas más complejos) y aspersores líquidos en forma de lluvia de microgotas, aseguran que puede higienizar a la persona que ingresa a los mismos en cuestión de segundos, eliminando cualquier posible rastro del SARS Cov 2 en la superficie.
En Córdoba, la principal empresa que fabrica estas cabinas es Daphey, mientas que la otra conocida es Caldebol S.A. de la provincia de San Luis. Entre ambas empresas, llevan fabricadas más de cincuenta de estas cabinas que están distribuidas en diferentes partes de la provincia y el país.
“Fabricamos dos modelos, una que es una columna y otra que es como un túnel. En Carlos Paz, tenemos instalada una en los Bomberos Voluntarios y otra en una pizzería en el centro. Tenemos pedidos también de otras empresas, como por ejemplo el Supermercado Disco”, destacó el ingeniero y profesor de la Siglo 21, Edgardo Astiz, a un medio de Villa Carlos Paz.
“Son cabinas sanitizadoras o sanitizantes construidas con una buena chapa, bombas italianas y un sistema eléctrico que se enciende solo y corta la electricidad en caso de una anomalía. Tiene instalado disyuntores y térmicas y es muy efectiva para este momento que estamos atravesando”, agregó el profesional sobre estas novedosas aliadas contra el nuevo coronavirus.
Su uso, se está extendiendo incluso a Sierras Chicas, donde por ejemplo, el pasado 20 de mayo, se instaló una de estas cabinas en el nosocomio local.
Esta misma fue donada por los propietarios de la empresa Bisio Aceros de Mendiolaza y se encuentra en el ingreso del centro de salud de barrio Centro. Funcionando como una barrera de desinfección gracias al uso de hidroalcohol que rocía a toda persona que pasa por su interior.
Cabe resaltar, que este tipo de modelos, en principio al no utilizar un sistema de desinfección por rayos UV, no representaría mayores inconvenientes para la salud.
Voces de alerta

No obstante, diferentes voces se expresaron en contra de estas nuevas cabinas, asegurando que pueden traer más perjuicios a la salud que beneficios, sobre todo por el uso de rayos UV.
Por ejemplo, la Sociedad Toxicológica Argentina planteó que el uso de este tipo de cabinas “implica riesgos ciertos para las Salud de las personas que se ven expuestas a sustancias químicas irritantes para la piel y mucosas, con capacidad de producir diversas reacciones cutáneas, lesiones oculares y afectación del tracto respiratorio cuando se inhalan los aerosoles que se generan durante su aplicación“.
La recomendación fue publicada a través de un documento que firmaron en conjunto con la Sociedad Iberoamericana de Salud Ambiental, la Red de Centros de Información y Asesoría Toxicológica de Centroamérica y el Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica de Chile.
Por su parte, desde la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), también emitieron un comunicado público expresando su desacuerdo con la utilización de los mismos.
“Es preciso recordar que los desinfectantes de superficies requieren tiempos de contacto variables para ser efectivos. Por ello, al ser aplicados sobre las personas, aún en baja concentración o por tiempo breve, puede causar potenciales efectos irritantes para la piel y mucosas, reacciones cutáneas, lesiones oculares y afectación del tracto respiratorio“, reza el comunicado oficial de abril de este año. Además, pusieron en duda la eficacia de este aparato en la lucha por la desinfección del virus que produce la COVID-19.
No obstante, Astiz en una entrevista concedida para Canal 10, declaró que las críticas de ANMAT están dirigidas específicamente a la utilización de ciertos químicos y no tanto a las cabinas en cuestión. “El ANMAT no tiene nada contra el aparato. Una cabina sanitizante es un rociador automatizado. Los productos que se están usando son: mezcla de alcohol, agua y peróxido de hidrógeno, que es la más recomendable para las industrias; luego tenemos alcohol 70/30, que se evapora rápido; el más cuestionado es amonio cuaternario, que es un detergente muy concentrado, que muchos bioquímicos lo autorizan”, manifestó.