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A 89 años de su fallecimiento, un tributo a Leonor Allende

Leonor Allende, como describen desde la Fundación Guido Buffo, fue una mujer que inspiraba e inspira. Se trató de la primera periodista cordobesa con sueldo. Además, de que fue la musa indiscutida del pintor italiano Guido Buffo. Con vocación de escritora, quien dejó una llama encendida entres sus obras inéditas, se la homenajea en este hermoso texto.

Texto gentileza: Fundación Guido Buffo: Ciencia, Educación y Arte


A 89 años de que dejase este mundo, la vida de Leonor Allende siempre ha sido la luz reveladora y misteriosa que sostiene el relato de una verdadera historia de Amor. Leonor conoce a Guido Buffo cuando ingresa a la redacción del diario donde ella trabaja y ese acento de extranjero le rememora sin duda el personaje de su novela Flavio Solari, quién se escapa de las páginas alcanzándola. Su encuentro en un día lluvioso fue la bebida que esperaba para calmar sus ansias de amar, ser mayor que él no le importaba ya que sabía que en el destino el tiempo es solo una apariencia.

Ella formaba parte de un grupo con los personajes más intelectuales y exquisitos de la época y mantenía correspondencia con famosos escritores. Publica “Don Juan Ramón Zeballos” y el artista Buffo le hace las viñetas.

Ella, lo guió hacia Los Quebrachitos, porque conocía esta zona por veranear con su familia y él encontró en ese espacio la paz de su tierra natal, ese arroyo es como el del patio de la escuela de Treviso, esos árboles le recuerdan a su casa y luego de contraer matrimonio y tener una hija eligieron ese reino para construir un hogar.    

Amar y entregarse por entero, eligió ser madre mientras su esposo avanzaba en la carrera de profesor a inspector, viajando desde el centro al norte del país y trasladándose desde Córdoba a Rosario y luego a Buenos Aires, decisiones que tomaron juntos y que congeló su actuación activa literaria, no así su vocación de escritora.  

Su infancia es un misterio, que aún intenta ser revelado, nace y crece en Córdoba y su padre se suicida por problemas económicos y ella comienza a trabajar para colaborar con su familia. Se muda con su esposo, y luego de 17 años juntos, muere de tuberculosis en Córdoba rodeada de familiares… Guido aún de viaje no llega a despedirla. 

Deja obras como… “La llama”, ”Un triple tesoro”, “El nobilísimo señor de Ollantaytambo príncipe de Chimu y su amor”, “El libro de los cielos y del sereno amor” todos inéditos y  actualmente  incompletos… el único que  se publica  es “El misterio de Ur”, los otros fueron desapareciendo… en los libros “Guido Buffo y el Templo del Péndulo”, “El Manuscrito de los Sueños” y “Guido  Buffo y el templo de la Transformación”; Karina Rodríguez y Gustavo Díaz  intentaron  rescatar  algunas de las  narraciones de estas novelas.    

En sueños siempre vienen a consolar su ausencia. Su hija crece envuelta en virtudes y dones con que ella la ha nutrido convirtiéndose en una poetisa que toma su nombre para recordarla, pero a diez años de su partida la misma enfermedad la abraza reuniéndolas en el cielo.  

Guido desconsolado construye un Mausoleo, en el que el Amor forma una alquimia desde la tierra abriendo los portales hacia el infinito ingresando entre las nubes para darle su último beso.  

Todos los 24 de marzo, aniversario de su fallecimiento, una luz ingresa por las luceras de la cúpula de la Capilla e ilumina el rostro de la pintura de ella que se encuentra en el Panel “Elogio a la Imaginación” vestida de azul junto a Palas Ateneas, acariciando con la tibieza del sol los rayos su rostro e iluminándola hacia el renacer.  

Hay preguntas que están inconclusas, pero hay una mirada que dice más de mil palabras y es la de esta mujer que no se parece a la de las fotos, pero que dejo una impronta en cada uno por su personalidad y carisma, por su fuerza y constancia, por encender con las letras una llama en el alma donde siempre guía hacia la luz avivando la caldera en nuestro interior.



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