[dropcap]S[/dropcap]in oxígeno y con el cuchillo entre los dientes. Como de película, la Selección Argentina afrontará el partido más dramático de los últimos treinta años en los 2900 metros del Estadio Olímpico Atahualpa de Quito.
Ecuador es el escenario hostil en donde se definirá la suerte o verdad de Argentina, y su opaco andamiaje por estas eliminatorias.
Jorge Sampaoli probó variantes de todo tipo, ante un partido en el que la albiceleste deberá enfrentarse a si misma y a la altura, más que a el fútbol ecuatoriano propiamente dicho. Por lo pronto deberá sobrellevar la situación, sabiendo que no puede presionar tan arriba como en los últimos partidos, y que debe buscar el tan ansiado gol, sin perder la mesura por dos cuestiones: 1) No podrá aguantar un ritmo alto los 90 minutos 2) Si algo tiene Ecuador es un equipo rápido, y sumamente atlético.
Ante esa coyuntura el Director Técnico no definió el equipo pero sí podemos vislumbrar algunas posibilidades.
Equipo 1: Sergio Romero, Defensa de tres, con Gabriel Mercado, Federico Fazio, y Nicolás Otamendi. Mediocampo: (Emiliano Rigoni o Eduardo Salvio) , Javier Mascherano, Lucas Biglia, y (Ángel Di María o Marcos Acuña). Delantera: Lionel Messi, Alejandro Gómez y Darío Benedetto.
Equipo 2: Sergio Romero, Defensa de tres, con Gabriel Mercado, Nicolás Otamendi, y Javier Mascherano. Mediocampo: (Emiliano Rigoni o Eduardo Salvio), Enzo Pérez, Lucas Biglia, Marcos Acuña. Delantera: Lionel Messi, Ángel Di María, Darío Benedetto.
Esta última opción parece ser la que cuenta con más posibilidades de ingresar al campo de juego. Las diferencias más notables tienen que ver con la presencia de Javier Mascherano en la defensa, en lugar de Federico Fazio. Este trueque le daría a Argentina más velocidad y menos juego aéreo.
Otra cuestión sustancial es la posible titularidad de Enzo Pérez en mitad de cancha. Un mediocampista central mixto, con quite, pero ante todo con buen pase y capacidad para romper líneas y abastecer a Lionel Messi, aspecto clave para que “La Pulga”, no tenga la necesidad de retroceder hasta la mitad de cancha a malgastar piernas que no sobran en la altura ecuatoriana.
Por último el ingreso de Marcos Acuña y el adelantamiento de Ángel Di María, le daría mayor flexibilidad al esquema, pudiendo cambiar rápidamente la táctica del 3-4-3 a 4- 4-2 con el tandem Acuña/Di María por izquierda, y Mercado junto a Salvio o Rigoni por derecha.
Cada detalle juega, y la cabeza parece pesar a esta altura más que cualquier estrategia. Veremos si la Argentina logra edificar una victoria en base al temple, para salvar una ilusión que podría marchitarse bajo la humedad de Quito. La gran noticia para el conjunto albiceleste, es que a pesar de todo, aún depende de si mismo.
El seleccionado deberá volver a creer en su talento, y demostrar que la calidad y el corazón, no entienden de altura.