Por Redacción El Milenio
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UNQUILLO – A raíz de las copiosas precipitaciones de los últimos años, la Capilla Guido Buffo sufrió diversos problemas de filtraciones de agua dentro de la misma, en especial a las ocurridas en el muro contra el cerro que la rodea.
Por ello, el presidente de la Fundación Guido Buffo: Ciencia, Educación y Arte, Rodolfo Leone, junto al arquitecto Daniel Nasgletti, asesor de la Fundación y conocedor de esas tierras, analizaron la situación actual, sobre las reformas y modificaciones hechas en la edificación, en oportunidad de su restauración.
Por su parte, Roberto Jiménez, cuidador del campamento Villa Leonor, narró que anteriormente a la construcción del muro de contención, que en forma de pirca se construyera al borde exterior de los escalones que llevan a la torre, el manto de tierra y pastura original caía directamente sobre los mencionados escalones, evacuando el agua de lluvia por gravedad a través de éstos.
«Durante el arreglo y restauración se agregó una pirca, lo que llevó retirar el manto de tierra y pasturas unos cuarenta centímetros para poder construirla, quedando al descubierto terreno subyacente sin el manto superior, canal de menor nivel que este nuevo muro. Éste es un verdadero canal irregular con fondo y pared de tierra floja, lo que permite la afluencia del agua a capas inferiores, llegando a deslizarse por la pared exterior de la construcción que en definitiva termina penetrando la en algunas fisuras existentes», explicó Rodolfo Leone.
Según el relato del presidente de la Fundación, «la solución sugerida por el arquitecto Nasgletti es volver a disfrutar de la protección del terreno original construyendo un canal de material, usando piedras del lugar y malla metálica, circundante externo a la nueva pirca, teniendo en cuenta de no remover el manto existente para que favorezca el escurrimiento de las lluvias. Este canal estará construido en dos ramas, divididas en el punto más alto, las que bordearán el edificio, conduciendo el escurrimiento a zonas libres. Además se adicionará otro canal algunos metros más arriba para hacer una vía de derivación previa del agua caída».
Se trataría de una solución «sencilla y de bajo costo» respecto a otras que se estaban analizando.
Por otro lado, se analizó también la humedad del muro que reconstituyeran pintando Juan Dana y Marcela Mamana, encontrando que al realizar la obra mencionada se obturo la salida del canal que desagua lo caído en cúpula, derivada por al costado de los escalones. Por motivo de la obturación, ese canal queda lleno de agua, elevándose el nivel de agua, que favorecido por alguna fisura en el tubo de bajada original -reemplazado hoy por una gárgola- atraviesa el muro, produciendo el consecuente daño.