La sangre tira

 Si bien, en primera instancia, Jorge Ormos (34) trabajaba en una fábrica familiar de calzado – la que sigue en pleno funcionamiento -, desde hace 10 años forma parte de un prestigioso banco con sede en Río Ceballos. Pero no es su labor como cajero lo que destaca de este unquillense, sino el vuelco que eligió para su vida tras años de postergar su vocación artística, la del canto y su pasión innata por la cumbia santafesina, lo que lo llevó a presentarse en los corsos barriales de la ciudad de los artistas: “Siempre me gustó la idea de profundizar en la música, en el canto y en el baile, porque me llena de alegría este mundo que estoy explorando poco a poco”, dijo Ormos a El Milenio.

Volviendo el tiempo atrás, a épocas del colegio secundario, Jorge y algunos de sus compañeros habían armado una banda musical, ese momento puede que lo haya marcado en lo que respecta a lo musical, aunque con un toque de humor recordó: “Habíamos hecho una mini bandita, donde solamente hacia los coros, porque en ese momento no le pegaba mucho ni a los tonos, ni a la voz”.

Otra cosa que hizo huella en la vida del ahora músico, fue su conexión con Santa Fe y no es para menos. La familia Ormos lleva a esta ciudad en la sangre, ya que son santafesinos de origen, pero unquillenses por elección: “Yo soy santafesino de nacimiento, mi familia me trajo de muy chiquito a esta ciudad de Sierras Chicas. La misma está constituida por mi vieja, mi viejo, una hermana y dos hermanos que le siguen, mientras que yo soy el más chico de todos”.

En este sentido, explicó: “Santa Fe se respira en mi casa por lo que siempre me gustó todo lo relacionado a la Cumbia Santafesina, por ejemplo, Leo Mattioli, Los Palmeras y todos los grupos de renombre de dicha provincia; cada vez que iba y participaba de las bailantes me volvía mas enamorado”. Pero también aclaró: “El haber crecido en Córdoba hizo que también me atrapara el cuarteto”.

Diccionario: La Cumbia Santafesina se distingue por tomar como instrumento principal a la guitarra y el acordeón. Ha sido fuertemente influenciada por la cumbia colombiana. Otra característica distintiva de la cumbia santafesina con respecto a otros subgéneros de la cumbia argentina es que sus letras tienen principalmente una temática romántica.

Poniendo primera

Jorge Ormos es un artista que nació para quedarse e instalarse en Sierras Chicas, su repertorio está conformado por clásicos de la cumbia santafesina y del cuarteto cordobés. Pero el artista no iba a poner primera hasta que se sintiera seguro para comenzar a recorrer los escenarios: “Comencé a prepararme con una profesora de canto acá en Unquillo, ya que siempre me dije que, si bien me gusta cantar, esa sensación de que me faltaba algo para poder comenzar a pisar los escenarios estaba siempre latente, ya que soy demasiado perfeccionista y autocritico en todas las cosas que hago”.

Así fue como tras largos meses de practica en El Organillero (Escuela Popular de Música) junto a Coty Esteban, se animó a enfrentar al público. Por esto mismo, tomó la decisión de presentarse ante el público de los barrios Villa Forchieri, Cabana, Gobernador Pizarro y el Parque Integrador de la ciudad, donde se llevaron a cabo los corsos barriales unquillenses 2017.

En este sentido, el sueño principal gira en torno a terminar de conformar una banda para ofrecer al público un espectáculo completo, pues hasta el momento se presenta cantando sobre pistas originales hechas a su medida: “Tras la presentación en uno de los barrios, un hombre se me acercó para felicitarme e invitarme a tocar en el cumpleaños de 15 de su hija, esto para mí fue un gran incentivo, que se vayan abriendo puertas”.

Leo Mattioli y Ulises Bueno son los principales referentes que inspiran a Ormos para presentarse ante un público que comienza a conocerlo en toda la región.

Animarse a cumplir un sueño

“Por cosas de la vida”, Jorge Ormos fue postergando su veta artística: “Hasta que llegó un momento que me cuestioné el por qué no lo estaba realizando mi sueño y me mandé de una, pero hay que remarla muchísimo”.

“En muchas épocas pasadas no me animaba a hacer nada, solamente iba a trabajar, regresaba a casa, hacer los quehaceres domésticos, salir a pasear y nada más, pero con el tiempo me empezó a faltar el gusto de la adrenalina, y con lo que me sucede comprobé que cualquiera que se lo propone puede hacer lo que apasiona, nadie tiene que bajar los brazos”, concluyó.

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