La Municipalidad de Villa Allende resolvió dar continuidad a la construcción de dos hoteles, uno ubicado sobre la calle Blas Parera, al lado del arroyo, y el otro sobre Lisboa, en barrio Golf. Se trata de proyectos que habían sido aprobados por gestiones pasadas y luego paralizados por distintas razones. En el primer caso, la resolución del Ejecutivo chocó con la oposición de los damnificados del 15F, quienes apuntan a la construcción como un factor que contribuyó a agravar la inundación del 2015 en la zona.
Por Lucía Argüello | luciaarguello@elmilenio.info
En las últimas semanas, el visto bueno por parte del gobierno municipal y provincial para la continuidad de la construcción de dos hoteles en la ciudad de Villa Allende ha desatado la polémica entre la actual gestión, funcionarios del gobierno anterior, vecinos y partidos políticos opositores.
El primero y más debatido es el caso del emprendimiento hotelero encarado por el fideicomiso Allende Suites, conocido como Apart Hotel Arquitectónica, el cual fue autorizado por la gestión de Máximo Martínez y empezó a construirse al final de la calle Blas Parera, a espaldas de la heladería Cremolatti, sobre una curva del arroyo Saldán. Tras las inundaciones del 2015, donde no sólo las casas vecinas sino también la propia construcción hotelera se vieron afectadas, el Ejecutivo municipal resolvió paralizar las obras.
El segundo es el caso del Condo Hotel, ubicado en la intersección de las calles Lisboa y Ecuador (Barrio Golf), el cual había sido autorizado por la gestión de Héctor Colombo para luego ser interrumpido por irregularidades que incumplían las ordenanzas vigentes en materia de edificación.
La Municipalidad informó que en ambos casos “se habían cumplidos los pasos procesales para la aprobación de las obras” y que la decisión de rehabilitarlas obedece a la existencia de derechos adquiridos por parte de los emprendedores, los cuales podrían derivar en costosos juicios contra el municipio, entre otras razones. Sin embargo, se han exigido modificaciones sobre los planos originales de los dos proyectos.
Atados de manos
La historia del conocido como Apart Hotel Arquitectónica, un emprendimiento del grupo fiduciario Allende Suites proyectado por el arquitecto Sebastián Cornaglia, comienza el 5 de diciembre del 2011, con la aprobación de los planos de construcción por parte del gobierno de Máximo Martínez y el pago de los derechos de edificación.
«El hotel tenía todos los papeles en orden, con la línea de ribera autorizada por la Provincia e incluso el permiso para hacer un puente. Después de la inundación del 15 de febrero se dijo que uno de los causales había sido ese hotel puntualmente y, a pedido de los vecinos, se detuvo su construcción. Nosotros hicimos un estudio de toda la cuenca y no era sólo ese hotel el causal, sino un montón de obras más que se han hecho en Villa Allende», manifestó el arquitecto Santiago Copertari, Director de Obras Privadas de la localidad.
Aunque el funcionario señaló que “en sí la obra tenía todos los estudios realizados para poder hacerse”, anunció que la continuidad de los trabajos está supeditada a que los desarrollistas cumplan con las modificaciones sobre el proyecto original y obras complementarias exigidas por el Municipio y la Provincia.
«El hotel va a tener que hacer una serie de obras para sistematizar el río en toda esa área, desde el puente anterior hasta el puente posterior. Tienen que hacer unos muros de contención para que contenga el agua que va a pasar por ese sector y dejar el fondo en condiciones para que no haya estorbos. Es una canalización que se hace en el lugar para garantizar un caudal de 176 metros cúbicos por segundo (m³/s)», explicó el director.
«La Provincia le va a tener que dar la aprobación y certificar que va a pasar esa agua con las obras que ellos realizan. En base a eso se van a ir haciendo en conjunto las obras del hotel», agregó Copertari y afirmó: «Si vemos que las obras no se están haciendo, se lo va a frenar. No se inician los trabajos hasta que no empiecen a hacer todos los estudios con la Provincia».
Con respecto a las críticas del Partido Justicialista local y de funcionarios de la anterior gestión, Copertari respondió: «Son cosas que ellos no resolvieron durante su gestión, sino no tendríamos que estar haciéndolo nosotros. Dejaron vencer todos los plazos que tenían”.
«Si estos casos iban a juicio, al tener derechos adquiridos los propietarios, había grandes posibilidades de que se pierdan esos juicios. No los iba a perder nuestra gestión, pero era embargarle el futuro a las gestiones que vengan después. Nosotros no queremos dejar ese legado», concluyó el funcionario.
En la otra orilla
A pesar de estas explicaciones, vecinos damnificados del 15F no se sienten conformes y argumentaron que la construcción del hotel contribuye a agravar el riesgo de inundación ante la posibilidad de una crecida.
«Lo del hotel no es un factor total pero sí ha contribuido al desviar e incrementar la altura del agua en nuestra zona», sostuvo Fernando Suárez, arquitecto y vecino colindante del Apart Hotel Arquitectónica. «En el año 2013, cuando se inundó Unquillo, el evento tuvo las características y la cantidad de metros por segundo de caudal muy similares a las del 3 de enero de este año. Aquella vez en nuestras casas no entró agua, y en esta oportunidad sí. Porque en el 2013 la construcción no estaba hecha», explicó.
«El agua que pasaba cuando ahí había una sola casita de 80 m² no es la misma que pasa al tener un frente de 60-70 metros por 80, a su vez levantado 80-90 centímetros del nivel del suelo, que parece un paredón, como si fuera un balneario. En lluvias o crecientes moderadas no influye mucho, pero en crecientes más grandes eso hace como un tapón, lo cual repercute aguas arriba porque frena el agua y levanta el nivel. Además ahora, cuando viene el agua, pega en ese frontón y se desvía hacia el puente Pellegrini y hacia el Polideportivo. Si esa obra no estuviera, ¿cuándo se inundó el Polideportivo? Que yo sepa, nunca», continuó el vecino.
«No pensábamos que iban a tomar esta decisión después de los dos fallos que ratificaron la paralización de la obra. Ahora hacen un arreglo meramente administrativo de aspectos leguleyos y le permiten hacer una obra con riesgo de vida para cualquiera que esté instalado ahí durante el verano», opinó por su parte Ricardo Panzetta, biólogo vecino de barrio Las Rosas e integrante del grupo de vecinos autoconvocados Resurgir.
«Hay un derecho a la vida que está por encima de cualquier otra circunstancia. Pero mientras nosotros hablamos de vida, acá pareciera que se está hablando de plata. Existen en las leyes cosas como el principio precautorio, el artículo 40 de la carta orgánica, el 41 de la constitución. Es decir, había otros argumentos legales que podían esgrimirse para decir bueno, aunque aquí hay algunos derechos adquiridos por parte del fideicomiso que hace este hotel, hay intereses superiores que obligan a tomar otra decisión», señaló Panzetta como respuesta al temor del municipio por posibles demandas.
«Incluso se podría haber avanzado por el camino de la expropiación, que después de la inundación hubieran sido monedas porque son terrenos completamente desvalorizados», continuó. «Nosotros creemos que es muy importante que allí exista un ensanchamiento significativo del cauce, para que disminuya la velocidad del agua en la curva, entre otras cosas», dijo el vecino y recordó que durante el 15F pasaron alrededor de 400 m³/s de agua por la zona.
“El municipio tiene los argumentos administrativos y la potestad para detener esa obra sin pagar ninguna indemnización. La parte judicial se puede resolver. Creo que está primero la vida y las necesidades de todo el pueblo de Villa Allende antes que un negocio inmobiliario que beneficia a pocos y perjudica a muchos”, afirmó Suárez.
El gran responsable
A pesar de sentirse decepcionados por el accionar del municipio, ambos damnificados apuntaron a la Provincia como primer responsable. “Nuestro problema principal no es con la Municipalidad sino con la Provincia, que es la que autoriza la línea de ribera de la obra e incluso un puente con salida hacia el Golf que sería un nuevo obstáculo sobre el cauce. La misma Provincia que tenía que traer un plan de obras para Villa Allende en mayo y en lugar de eso presentó un estudio parcial en junio que está absolutamente fuera de realidad”, gatilló Panzetta.
“Nosotros tenemos una desilusión respecto a la decisión tomada por el municipio en este aspecto, aunque nos han dicho que es algo que podría reverse todavía, pero seguimos creyendo que la municipalidad y damnificados podemos actuar de conjunto frente a la Provincia, que es el gran responsable”, concluyó.
«Estoy totalmente decepcionado del gobierno provincial, y hasta con bronca, impotencia, porque vemos que están jugando con la vida de la gente. No hace falta vivir al lado del río para ser una de sus próximas víctimas. Hay gente que ha vuelto a sus casas y ya se están acostumbrando a inundarse tan seguido. Mi familia se ha dividido porque la mitad decidió volver y la otra mitad no quiere. En este momento yo estoy acá para proteger mi vivienda, que es la única que tengo. Pero sé que si la Provincia no hace las obras que tiene que hacer para que la cuenca vuelva a estar en equilibrio, mi propiedad no vale nada. Es como que me han despojado del derecho a tener una propiedad privada», declaró Suárez, contundente.
“Si la Provincia no hace las obras que tiene que hacer para que la cuenca vuelva a estar en equilibrio, mi propiedad no vale nada”, Fernando Suárez, damnificado del 15F.
Capital del golf
El caso del Condo Hotel es menos complicado, ya que no está vinculado al tema de las inundaciones. Se trata de una obra instalada en una esquina de barrio Golf característica por su vivienda antigua de estilo colonial. El emprendimiento, impulsado por la familia propietaria y la cadena hotelera Amerian, fue aprobado durante el gobierno de Héctor Colombo «en consonancia con el perfil turístico de Villa Allende a partir de su declaración como Capital Nacional del Golf», y luego suspendido a su vez por la misma gestión, debido a irregularidades en el avance de la obra que incumplían las ordenanzas vigentes.
«La obra en sí no cumple con la ordenanza 891, que sería el Código de Edificación, porque en esa zona se puede construir hasta seis metros de altura, o sea dos pisos, y esta obra tiene tres plantas. Lo que pasa es que hay otra ordenanza, sancionada por la gestión anterior, que se refiere al patrimonio arquitectónico, urbanístico, histórico, turístico, cultural y ambiental de Villa Allende, que te permite modificar la ordenanza 891 siempre y cuando se vaya estudiando en conjunto con el municipio el proyecto que se va a hacer», contó Santiago Copertari y agregó que eso implica la conservación de la casa original.
«El problema es que el desarrollista tiene que dar un certificado de altura de la vivienda patrimonial y la construcción no puede exceder esa altura. En el plano presentado hay una irregularidad, ya que decía que la cúpula de la vivienda está a 12,5 metros y a simple vista esa cúpula mide menos. Entonces les pedimos que hagan una nueva declaración de altura, con la certificación de un escribano y un agrimensor, y si la cúpula mide, supongamos, 9 metros, tienen que adecuar el proyecto a esa altura máxima», explicó el funcionario.
A su vez señaló que el actual gobierno está trabajando en la realización de un nuevo Código de Edificación, así como en una ordenanza de Uso del Suelo, para que no aparezcan estos inconvenientes. A pesar de que algunos vecinos no se mostraron muy felices con que se establezca un emprendimiento de este tipo en una zona residencial, otros se inclinaron hacia el fomento del turismo y el desarrollo de la economía local que acompañan a estos emprendimientos.
