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Valores ovalados

Trabajo, compromiso, respeto y compañerismo.

Ceballos y Orellano en entrevista con El Milenio cuentan cómo se llevó a cabo el encuentro y que oportunidades brinda el rugby como deporte y lugar de aprendizaje.

Mariano Ceballos y Franco Orellano forman parte del proyecto que impulsa a las divisiones infantiles de rugby en el Club A.C.V.  En pleno crecimiento deportivo, la institución organizó el segundo gran encuentro de infantiles, donde más de 400 jóvenes de distintos clubes disfrutaron un día entero con “la ovalada”. Ceballos y Orellano en entrevista con El Milenio cuentan cómo se llevó a cabo el encuentro y que oportunidades brinda el rugby como deporte y lugar de aprendizaje.

Trabajo, compromiso, respeto y compañerismo.
Trabajo, compromiso, respeto y compañerismo.

Por Ignacio Parisi, ECI-UNC. Colaboración: Jeremías Agustín Filardo, 6 B, IENM. 

Mariano Ceballos y Franco Orellano arrancaron sus historias en el rugby de maneras muy diferentes. Orellano comenzó a practicar este deporte a los 16 años con la propuesta de integrar un equipo nuevo, en este caso la primera división de juveniles del A.C.V. Por su parte, Ceballos, quien ya había participado en varios clubes, dio un nuevo comienzo a sus 25 años (actualmente tiene 37) a su actividad rugbística en el club de Sierras Chicas, a lo que agrega: “Además de jugar me tocó dirigir y ayudar a armar las infantiles de este hermoso lugar”.

Ambos entrenan actualmente infantiles y aseguran que el rugby brinda una posibilidad de enseñar a los más jóvenes. En ese sentido, Ceballos afirma: “Yo creo que educamos gracias al rugby, con esta herramienta todo se torna más fácil, por los valores que aporta. Además buscamos transmitirles el sentimiento por el deporte, por el club”.

Hoy por hoy el club A.C.V cuenta, además de la división juvenil, con seis categorías infantiles organizadas por edad en las cuales nadie queda afuera. Muestra del crecimiento sin prisa pero sin pausa del rugby en la institución Ceballos subraya que en el momento que empezaron a entrenar infantiles eran apenas cuatro los niños, mientras que hoy practican el deporte más de 50 chicos contando solo las divisiones de 7, 10, 11 y 13 años respectivamente.

El pasado 26 de septiembre se realizó en el A.C.V el segundo encuentro de divisiones infantiles. En el mismo participaron más de 400 jóvenes de distintos clubes y al respecto Franco Orellano comentó a El Milenio: “Surge como una forma de retribuir a los distintos clubes de Córdoba el habernos recibido más de una vez en sus canchas”. Además, recalcó lo importante que es para los niños del club jugar en su casa, disfrutar de ser locales y por último compartir un tercer tiempo, conjuntamente con los otros clubes divirtiéndose juntos, sin importar las diferencias entre camisetas.

Por su parte, Ceballos coincide y agrega lo significativo que resulta para un club chico y en pleno crecimiento demostrar que está capacitado para organizar un evento de esta importancia. Según el entrenador, este encuentro representa un gran esfuerzo de todas las partes que componen al A.C.V, tanto entrenadores y jugadores como padres.

“Ver el club lleno con alrededor de 1000 personas entre jugadores, entrenadores y familiares con distintos colores es hermoso y  no se compara con nada, además del reconocimiento de los demás clubes por el trabajo realizado, esas son cosas que me llevo del encuentro”, remarca Mariano Ceballos.

En relación al rugby como deporte, es importante decir que no se trata de un juego violento sino de una actividad de potencia y contacto, muchas veces difícil de comprender para quien no conoce a fondo sus reglas. Es una disciplina donde la estrategia y la inteligencia toman un papel mucho mayor del que comúnmente se cree, además de darle una relevancia al respeto al oponente, que no abunda en otros deportes.

“Siempre se ha dicho  que juega cualquiera, el gordo, el flaco, el alto, el bajo, el rápido, el lento, el hábil y el bruto, y es verdad, todos los chicos con sus propias características pueden jugar sin que nadie le recrimine a nadie, el respeto va primero que nada, y ante todos, jugadores entrenadores y árbitros”, concluye Orellano.