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Villa Allende busca definir su futuro

Tras dos años de trabajo en conjunto con la comunidad, el viernes pasado el Consejo Municipal de Ambiente de Villa Allende finalmente presentó los anteproyectos de Carta Ambiental y Ordenamiento Territorial. Se trata de dos normativas claves para definir el futuro de la ciudad. En noviembre se desarrollará un tercer taller participativo para incorporar nuevas opiniones de los ciudadanos.

Tras dos años de trabajo en conjunto con la comunidad, el viernes pasado el Consejo Municipal de Ambiente de Villa Allende finalmente presentó los anteproyectos de Carta Ambiental y Ordenamiento Territorial. Se trata de dos normativas claves para definir el futuro de la ciudad. En noviembre se desarrollará un tercer taller participativo para incorporar nuevas opiniones de los ciudadanos.

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Más de cien vecinos, profesionales, representantes de distintos sectores políticos, miembros de organizaciones ambientalistas, representantes del Consejo de Ambiente y del Ejecutivo Municipal se hicieron presentes en el acto.

Por Lucía Argüello

El pasado viernes 25 de septiembre, la comunidad de Villa Allende se hizo presente en la Casa de la Cultura para asistir a lo que para muchos es un paso decisivo en la definición territorial, urbanística y legal de la ciudad: la presentación de los anteproyectos de Carta Ambiental y ordenanza para el Ordenamiento Territorial. Sin embargo los vecinos y organizaciones de la Villa no fueron meros espectadores de este proceso sino protagonistas fundamentales.

Todo empezó en abril del año pasado cuando el Ejecutivo, a través del decreto 62/14, solicitó al Consejo Municipal de Ambiente (CMA) la generación de estos dos anteproyectos. A través de un convenio con la Universidad Nacional de Córdoba y en el marco del programa Suma 400, se realizaron dos talleres participativos, uno en septiembre del 2014 y otro en junio del 2015, los cuales se destacaron por su amplia convocatoria vecinal. A esto se le sumó el trabajo en comisión con profesionales de distintas entidades, centros vecinales, organizaciones ambientalistas y la Cámara de Desarrollistas.

También tuvo una destacada participación la Universidad Nacional General Sarmiento (Buenos Aires) cuyo grupo de investigadores señaló que la criticidad ambiental y la fragilidad de la planificación urbana son los principales problemas de Villa Allende.

Tras dos años de trabajo mancomunado hoy los miembros del Consejo de Ambiente se enorgullecen de los resultados alcanzados, aunque recuerdan que todavía queda mucho trabajo por hacer.

“Estamos haciendo un cumplimento parcial de lo que establece la Carta Orgánica, falta completar el trabajo sobre espacios públicos y toda una serie de programas de ejecución real y concreta para terminar lo que es el Código de Planeamiento y Desarrollo Urbano, y también habría que rehacer el Código de Edificación que data del ochenta”, señaló Alberto Sánchez, representante del Consejo Municipal de Ambiente.

“El proyecto hasta el momento consta de 268 artículos pero aún necesitamos incorporar más opiniones. Por eso pensamos realizar un tercer taller en noviembre para someter esto a consideración pública y alcanzar el consenso a través del debate y el aporte de la ciudadanía, porque en esta ciudad vivimos todos”, apuntó Sánchez y añadió que se trata de una política de estado que debe desarrollarse a lo largo del tiempo.

“Es de mucho valor el aporte técnico, es de mucho valor el trabajo de Consejo de Ambiente, pero también es de gran valor haber generado el espacio para escuchar a los vecinos y haber logrado este nivel de participación en un tema que no es de atracción masiva”, declaró a su vez el actual intendente Héctor Colombo y manifestó su deseo de que el gobierno entrante continúe con este trabajo.

“Todo esto que hemos recibido hoy lo vamos a poner a disposición de la próxima gestión, con la cual estamos decididos a colaborar absolutamente”, aseguró Colombo.

Carta ambiental y Ordenamiento territorial: dos proyectos clave

Según explica otro miembro del CMA, Juan José Litwin, una carta ambiental es un documento referido al patrimonio de una ciudad, que incluye no sólo la flora, la fauna, el clima o los ríos; sino también la salud, la población, la cultura, la historia, la ubicación geográfica, etc. A su vez este patrimonio ambiental tiene aspectos positivos y aspectos negativos, activos y pasivos. “La carta ambiental es muy importante porque permite individualizar los pasivos, como la explotación minera, para darles solución y los activos, como la reserva, para mantenerlos”, explicó a su vez Sánchez.

Sin embargo, un problema que surge en este punto es la falta de definición del ejido municipal, que actualmente sólo es un límite “pretendido”. “Definir con claridad el ejido es una exigencia prioritaria para que podamos hacer ocupación efectiva del mismo y sancionar las normativas correspondientes”, señaló Litwin mientras su compañero añadió: “Creemos que estos proyectos avanzan en este sentido, porque todo esto nosotros se lo enviamos a Fiscalía de Estado para que lo incorporen al expediente y en algún momento van a tener que darnos una solución”.

Con respecto al Ordenamiento Territorial, el trabajo del CMA se centró fundamentalmente en lo que se refiere a la Zonificación, Fraccionamiento, Uso y Ocupación del Suelo. En este sentido, el anteproyecto distingue tres grandes áreas, con sus respectivas subzonas, cada una de las cuales recibe un tratamiento y una regulación especial: el área rural alta o serrana, el área urbana consolidada y el área rural baja y de expansión urbana.

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Dentro del área serrana se encuentra la Reserva Natural, Hídrica y Recreativa Villa Allende, cuya conservación el Consejo de Ambiente consideró como prioritaria. “Reafirmamos la presencia de la Reserva con esta ordenanza, respetamos los usos existentes y planteamos qué usos deberían existir a nuestro entender, obviamente sujeto a debate”, apuntó Sánchez. “Queremos que nuestra reserva sea respetada, que no sea avasallada por los emprendimientos inmobiliarios que siempre están al acecho. No estamos en contra del progreso, pero el desarrollo urbanístico no debe dañar lo que es para beneficio de todos. Cuando en ese desarrollo predomina lo económico, se perjudica al resto. Eso es lo que queremos evitar”, aseguró el miembro del CMA.

A su vez el área urbana también presenta varios desafíos. “Apuntamos a un modelo de ciudad compacta y ordenada, menos dispersa, para minimizar el impacto sobre el entorno natural y para alcanzar una mayor eficacia en el consumo de recursos y en la prestación de servicios”, señaló José María Navarro, otro integrante del CMA.

Sin embargo, un serio obstáculo en este sentido son los barrios cerrados.

“Hoy en día yo, como ciudadano de Villa Allende, quiero caminar hacia el este y me encuentro con paredones y alambrados. La trama urbanística debe ser libre y continua. Por los problemas sociales, estructurales y de conectividad que generan, creemos que los barrios cerrados tienen que tener otra característica y no sé si existirían como tales”, sostuvo Alberto Sánchez por su parte.

Mientras tanto se mantiene la existencia de la zona rural oriental destinada a tareas agrícolas no agresivas para el medio ambiente y se establecen trazados para futuras calles y rutas para permitir el movimiento libre e ininterrumpido de los ciudadanos. También se habló de utilizar esta área como futura “subcentralidad”, redireccionandola fuerza demográfica expansiva de la localidad hacia el este.

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Mapa con la zonificación general de Villa Allende. Se distinguen el área serrana al oeste, en el centro el área urbana y hacia el este el área rural baja.
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Algunas respuestas a diversas problemáticas planteadas por la Universidad Nacional General Sarmiento, basadas en contener la expansión urbana, proteger la reserva natural y redireccionar la fuerza expansiva hacia el este.

La opinión de los vecinos

“Todo lo que se ha presentado hoy es parte de lo que los vecinos volcaron en los talleres, cosas que la ciudad ha visto durante mucho tiempo y no porque sean así deben seguir siendo así. Hay temas que necesitan un desarrollo puntual pero me pareció muy completo a pesar de la complejidad. Es un trabajo muy extenso y totalmente voluntario, eso es sumamente ponderable” – Mara Sícoli, de barrio Cóndor Bajo.

“Hubiera querido un poco más de intención. Cuando uno hace una carta ambiental por ejemplo, no es meramente enunciativo sino también una carta de intención: qué ciudad queremos, y nada de eso escuchamos esta noche. Me quedé con el vaso medio lleno. Pero va encaminado, todo lo que se haga en orden a decidir un proyecto de ciudad me parece altamente positivo. Hubiéramos querido que estuviera presente el próximo intendente también” – Ricardo Panzetta, de barrio Las Rosas.