Participaron: Lara Pilipchuk y Kiara Tahan (4to IENM). Juan Cruz Pajón y Pedro González del Solar (4to IMVA).
La Capilla Histórica de Río Ceballos es un espacio cultural de referencia en la región, donde tienen lugar talleres, conciertos, espectáculos y muestras. Ubicada al lado de la actual iglesia, a la sombra de un histórico aguaribay; la capilla ha sido testigo del crecimiento de “la perla de Sierras Chicas”, desde ese pueblo donde todos se conocían, hasta la ciudad con más de 40 mil habitantes que es hoy en día.
Esa transformación, por supuesto, también afectó a la propia capilla. Así, donde hoy muchas personas ven un edificio cultural y social, muchas personas recuerdan su casamiento, una primera comunión o el bautismo de sus hijos.
Y es que, desde su finalización en 1873 y durante casi 90 años, la capilla fue el centro de la vida religiosa local, hasta que se construyó la actual Parroquia Nuestra Señora de los Dolores. Fue declarada Monumento Histórico Provincial en 1986.
Este año, en el marco de su 150 aniversario, la Municipalidad de Río Ceballos junto a las agencias Córdoba Cultura y Córdoba Turismo, puso en marcha un plan de refacciones y mejoras, tanto en el interior del edificio como en su explanada.
Además, en consonancia con las fiestas patronales de la ciudad, el viernes 15 de septiembre se inauguró la muestra “Rastros y rostros: más de un siglo y medio de historia”, de la agrupación Tica Hen, que desde 2015 se dedica a recuperar y difundir la historia e identidad de la ciudad. “Creemos que si las personas conocen, aprenden a cuidar mucho más”, sostuvieron desde el espacio.
“Nuestro aporte es investigar sobre este monumento histórico. Lo hicimos través de fotos, preguntando a los vecinos y también revisando documentos históricos que están en Arzobispado o en el Archivo Provincial, apelando a toda la bibliografía que ya existe”, explicaron María Angélica Goldar Parodi y Celeste Sánchez Goldar, integrantes de Tica Hen que dialogaron con El Milenio.


El Milenio: ¿Cómo fue esa transición de la capilla de un lugar religioso a un patrimonio histórico?
María Angélica Goldar Parodi: A medida que Río Ceballos va creciendo en su cantidad de habitantes, el edificio comenzó a resultar pequeño. Hubo un momento en que la gente no entraba y muchos tenían que escuchar misa desde afuera.
Entonces se armó una comisión de vecinos que querían construir un nuevo templo, más grande, y así se hizo la iglesia actual. Cuando se termina de construir, alrededor de 1964, se muda toda la actividad religiosa al nuevo templo y durante un tiempo la capilla quedó como zona gris.
Cuando se hace un templo se pone la llamada piedra ara, que es una piedra consagrada que sacraliza la iglesia. Cuando la misma deja de funcionar, esa piedra ara se quita y se desacraliza el lugar, entonces deja de ser un espacio sagrado, que es lo que sucedió con la capilla.
Celeste Sánchez Goldar: La capilla quedó sin un fin determinado. Recién en 1986 se declara como patrimonio histórico provincial y aproximadamente en los 90 comienza a utilizarse como espacio cultural. La declaración fue primero como una intención que de a poco terminó siendo apropiada por la comunidad hasta convertir la capilla en lo que es hoy, pero no fue un proceso automático.


EM: ¿Quién es responsable de la capilla y cómo se sustenta económicamente?
CSG: La capilla es un monumento provincial, o sea que la Provincia es quien se hace cargo y administra el lugar. Sin embargo, muchas veces se requiere de un empujoncito, porque la sola declaración no es suficiente para garantizar el sostén del espacio, muchas veces uno tiene que estar ahí atrás.
Además, esta capilla tiene la particularidad de que es propiedad de la curia y a la vez el municipio tiene un comodato. Entonces a la hora de poner plata, que es lo que necesita un monumento para una restauración, por ejemplo, ahí empieza el juego de a quién le corresponde, quién financia, quién ejecuta la obra.
La Provincia siempre pone al servicio sus conocimientos sobre edificios públicos. Tengamos en cuenta que al ser una capilla de 150 años no se puede hacer un revoque, enduir y pintar con látex. Es necesario saber cómo se trabajaba hace 150 años, con qué materiales y técnicas.
Entonces, hay un decreto que protege la capilla, pero a ese decreto hay que estarle encima, al igual que al Estado. Los vecinos somos responsables de su cuidado también. Hoy somos todavía protagonistas de esta larga historia.


EM: ¿Qué transformaciones ha vivido la capilla en este tiempo?
CSG: Fue cambiando de acuerdo a las necesidades propias de la misma iglesia. El Concilio Vaticano II, por ejemplo, introdujo modificaciones en la forma de dar misa, que tuvieron impactos estructurales. Este concilio hablaba sobre austeridad y cada iglesia lo tomaría de distintas maneras.
MAG: Uno de los cambios más importantes que se produjo es que la misa dejó de darse de espaldas. En el caso de la capilla de Río Ceballos, el altar era fijo, de cemento, pegado a la estructura de todo el altar mayor. Entonces, lo tiraron abajo para hacer un nuevo altar que permitiese dar la misa de cara a los feligreses. En ese momento fue una decisión funcional, ahora nos da pena porque vemos las fotos antiguas y realmente era muy bello.
CSG: Otra intervención grande que vivió la capilla fue cuando el atrio, la parte de adelante que es como una pequeña galería abierta, se cierra con cemento, se ponen las ventanas adelante, se lleva la puerta también hacia adelante y se tiran abajo las dos paredes que sostenían la puerta. Ese fue un cambio muy importante.


