- Redacción: Lucía Gregorczuk. periodico@elmilenio.info Participaron: Ángela Pizarro y Martina Astrada (4to IENM). Mateo Pensar y Valentino Ovejero (4to IMVA).
Rocío Carnicer es docente, creadora y artista. Nacida en Río Cuarto, vivió un tiempo en Córdoba Capital y hace unos años se enamoró de Unquillo, se quedó a vivir y fundó un espacio cultural de talleres, encuentros, ferias y lecturas para toda la comunidad: Casa 29.
El proyecto empezó a funcionar en pleno centro de Unquillo hace poco más de un año y recientemente se mudó a Pasaje Los Hornos, entre Lavalle y Almirante Brown. Se sostiene una idea clara, a pesar del cambio de locación: paredes pintadas de rosa, arte, aroma a comida casera y buena música.
Este sueño que trae Rocío a lo largo de su carrera y su hacer, está atravesado por muchas personas e inspirado en otras casas. “Las ideas para mí no surgen de la nada. Esto se me ocurre en base a experiencias previas y otros espacios por los que he transitado”, comenta en diálogo con El Milenio.

Un hogar y un proyecto
A principios de 2022 Rocío buscaba dónde mudarse y se encontró con una casona céntrica, vieja y hermosa, con un aljibe en el patio delantero, frente a la Plaza Alem de Unquillo.
El espacio se usaba para consultorios privados de psicología y masoterapia, pero tenía nueva dueña y se estaba reorganizando, así que necesitaba alguien que lo habitara durante poco más de un año. “Hicimos un trato con la dueña de la casa, que fue siempre muy amorosa, y quedó la idea de que siguieran los consultorios mientras yo viviera ahí”, explica.
En menos de un mes, Rocío logró no sólo sostener y mejorar el espacio de consultorio, con sillones más cómodos y una nueva estética visual, sino que también incluyó un coworking. “Esas fueron las dos patas que sostuvieron económicamente la casa, mientras yo vivía en la planta alta”, dice la artista.
Poco a poco se fueron sumando otras actividades, propuestas nacidas de la comunidad que se acercaba a la Casona. Así, surgió la clásica feria de ropa y accesorios usados de excelente calidad, que comenzó a realizarse de forma periódica. En algún momento alguien quiso presentar un libro, después otra persona llenó de música el patio y así fue naciendo el espacio cultural.


Dar nombre a la idea
“El proyecto iba creciendo y nos faltaba un nombre. Así que consulté en las redes sociales qué nombre podríamos ponerle al lugar y empecé a tirar datos: la casa está en Juan Milich 29, fue construida en 1929, es una casa rosita. Y seguidores y amistades empezaron a sugerir ideas. Me acuerdo que alguien tiró ‘La Ñoqui’, por los ñoquis del 29”, recuerda entre risas.
El nombre finalmente apareció en marzo de 2022, de la mano (o la boca) de una de las fundadoras de Casa 13, un mítico espacio cultural independiente que está ubicado en el Paseo de Artesanías de Córdoba Capital, entre las viejas casas y pasillos del Pasaje Revol de barrio Güemes.
“Para mí eso fue movilizador, porque en Casa 13 participé mucho, estuve en su editorial y fue un espacio muy importante para mí cuando viví en Córdoba. Fue como un guiño porque ese año Casa 13 cumplía 29 años, y yo iba a estar 13 meses en Casa 29. El nombre se eligió solo”, comenta Rocío, hilando las coincidencias numéricas.


Las similitudes no se detienen ahí porque lo cierto es que las propuestas culturales que empezaron a surgir en el nuevo espacio de Unquillo tenían mucho que ver con las experiencias que Rocío tuvo en Casa 13, donde se realizaban eventos de distinto tipo, ciclos de lecturas, ferias editoriales, etc.
En esta corriente surge “Pequeñas Entropías”, una propuesta interdisciplinaria, flexible y significativa que se realiza una vez al mes y el cual incluye poesía, música, comida, performance y a veces danza. Pronto el ciclo se convirtió en un clásico muy pedido y esperado entre los habitués de Casa 29.
“Estos ciclos los hacemos con Max Acosta, que es artista, performer, poeta y gestor de Córdoba. La idea es que en el mismo evento y al mismo nivel, sin jerarquías, pueda estar alguien que recién empieza a escribir y personas que tienen libros y mucha trayectoria”, explica Rocío.
Pero no sólo lo literario tiene un lugar abierto a propuestas en Casa 29. Mucha gente del ambiente artístico de Córdoba y Sierras Chicas se encuentra con un espacio para compartir sus canciones, performances, obras de teatro y danza.

Mudanza y nuevo comienzo
Entre toda esta vorágine, el año de alquiler pasó y a principios de 2023 Rocío tuvo que empezar la búsqueda de un nuevo hogar para ella y para Casa 29. Con ayuda de una gran red, apareció la vivienda de Pasaje Los Hornos. Las paredes se pintaron de rosa, la cocina se llenó de olor a comida rica, los sillones de lecturas y el nuevo patio, de música.
“La idea es que siga siendo un espacio de cuidado, confianza, trabajo y coworking. También queremos seguir con la cantina cuando haya eventos. No sé qué va a pasar con los consultorios y la gente que iba al lugar anterior, pero todavía estamos proyectando y queremos que siga siendo un espacio amable”, anticipa.
Además, la idea es vincular Sierras Chicas con Córdoba, compartir, intercambiar. “Nos suele pasar que después de los eventos mucha gente empieza a escribir, como que es un motor de inspiración para poder expresarse y crear”, dice Rocío.

Artísticamente Casa 29 se volvió una referencia en Unquillo y la idea de quienes producen eventos es que se mantenga accesible económicamente para que cualquiera pueda ir, aunque no pueda pagar.
“En el futuro de este proyecto, yo creo que más que objetivos, hay deseos. Casa 29 es un espacio de encuentro, de intercambio, relacionado a la palabra, a la literatura y a la escucha y eso a mí me parece muy valioso”, concluye Rocío.
Así, con la contribución de muchas personas interesadas en promover la expresión cultural, un nuevo espacio se consolida en el pueblo de artistas.