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Con la mente en el presente

Mindfulness es un término cada vez más popular actualmente, desde el ámbito personal hasta el empresarial. Se trata de una práctica que busca que las personas puedan conectar más con el ahora, pero ¿cuáles son los beneficios? ¿Cualquiera puede implementarla? En diálogo con El Milenio, la psicóloga Aylén Gómez Ovejero resolvió algunas de estas dudas.
  • Participaron: Bruno Renon y Benjamín Calzado (4to IENM). Martina Morales, Micaela Acevedo y Brunella Lorenzatti (4to IMVA).

En la búsqueda de bienestar, son cada vez más las personas que se acercan a espacios terapéuticos con el objetivo de conocerse, mejorar ciertos aspectos de sus vidas o atravesar procesos complejos con el acompañamiento de un/a especialista. En medio de este auge, aparece un concepto que resuena mucho: mindfulness. 

El Milenio dialogó con la psicóloga de Río Ceballos Aylén Gómez Ovejero, quien explicó de qué se trata esta práctica que cada día gana más adeptos. “En 2014, a partir de un taller, empecé a practicar mindfulness y descubrí que era una herramienta formidable. Como psicóloga enseguida me di cuenta que era una gran puerta para acompañar a otras personas”, relató.

Siguiendo a la profesional sierrachiquense, el mindfulness es la capacidad de estar en el presente, aceptando la experiencia tal como sucede, sin juzgarla ni pretender que sea diferente. “Puede ser traducido también como conciencia plena y es una técnica que viene del budismo”, agregó.

Aunque el concepto es sencillo, la práctica del mindfulness puede volverse un desafío en una sociedad donde predomina la aceleración, el mandato de productividad y la sobrecarga de estímulos. Por suerte, como cualquier otra capacidad, es posible entrenarla.

“Estamos en un mundo acelerado, donde las personas son exigidas a dar, producir y responder. El mindfulness nos ayuda a frenar eso y vivir una vida más conectada con lo que queremos”

Aylén Gómez Ovejero

Gómez Ovejero explicó que sentarse a meditar es la práctica “formal” del mindfulness, pero que en realidad se trata de una forma de vivenciar el presente aplicable a cualquier momento del día, desde el sentir correr el agua por el cuerpo al bañarse hasta disfrutar la textura de un bocado en el almuerzo.

“El 54% del tiempo estamos desconectados. Es decir, estamos pensando en algo distinto a lo que estamos haciendo, y eso no nos hace felices. El mindfulness nos ayuda a estar plenamente conscientes. Es entrenar esa capacidad de ver cuando estamos en piloto automático, frenar y conectar con lo que está sucediendo”, manifestó la psicóloga. 

La licenciada, que actualmente está cursando una maestría en mindfulness, detalló que, con la práctica sostenida, se percibe un impacto positivo en la salud mental, contribuyendo a la sensación de calma y al manejo de las emociones cotidianas. Además, a largo plazo puede producir cambios estructurales en el cerebro, reduciendo el estrés, la ansiedad y la depresión.


El Milenio: ¿Por qué cada vez más psicólogos aplican mindfulness?

Aylén Gómez Ovejero: Porque es una gran herramienta, primero para el propio profesional, ya que te ayuda a estar conectado con el momento presente y con lo que está diciendo el paciente, por ejemplo, en un espacio de terapia. Si yo aplico mindfulness como terapeuta, me permite entrar en sintonía con lo que le está pasando a la otra persona y con lo que yo voy sintiendo sobre lo que esa persona me está diciendo. Un terapeuta más presente tiene más alcance, por así decir.

En los pacientes se ha visto que aprenden a conectar con su cuerpo y reconocer mejor las emociones, entonces el mindfulness ayuda a potenciar el efecto de la psicoterapia. Se puede llevar a una meditación, a un espacio de terapia o incluso a una escuela. Es muy grande el alcance del mindfulness, ya meditando quince minutos por día se siente un impacto grande.

EM: ¿A qué se debe el auge de esta técnica?

AGO: Creo que estamos en un mundo acelerado, donde las personas vivimos exigidas a dar, producir y responder. El mindfulness viene a ser una gran herramienta para que podamos frenar eso. Creo que la gente está un poco desencantada con esa vida rápida y el mindfulness nos recuerda que somos seres humanos viviendo experiencias, y que incluso el sufrimiento es una más de ellas.

Para mí, nos ayuda a vivir una vida un poco más conectada con lo que queremos. Siento que como sociedad vamos por un camino donde el mindfulness y la inteligencia emocional serán cada vez más tenidos en cuenta, porque el malestar general crece y cada vez más personas se interesan y empiezan a ver que esto les hace bien, que les ayuda a salir del piloto automático y tener una vida más calma.


EM: ¿Qué aplicación se le da en las empresas y organizaciones?

AGO: En el caso de las organizaciones generalmente se aplican programas. El más conocido en mindfulness es el de reducción de estrés. En mi experiencia con empresas, una forma de aplicar mindfulness es trabajando con los líderes de equipos, ya que tienen altos niveles de estrés y burnout y no saben cómo acompañar a sus colaboradores a la hora de manejar ciertas situaciones, enojos, frustraciones y conflictos. Este programa les brinda herramientas para que sean líderes más conscientes, que puedan gestionar sus propias emociones y acompañar a las personas de su equipo en esa gestión.


EM: ¿Qué recomiendas para empezar a meditar con este método?

AGO: Lo ideal sería contar con la guía de un psicólogo o psicóloga que pueda acompañarte en el proceso. También hay personas formadas en mindfulness que dan talleres, charlas y retiros. Hay programas de reducción de estrés, como mencioné, que de a poco van siendo más conocidos, aunque acá todavía no hay tanta oferta. En Buenos Aires hay un programa de estos, con una formación avalada internacionalmente. 

Mi idea como profesional es, de a poquito, empezar a dar programas de mindfulness en escuelas y otras instituciones, que la gente se acerque y tenga una vez a la semana ese espacio para meditar. En general se organiza en grupos porque la dinámica grupal te ayuda a sostener las actividades y el compromiso, aunque sea semanal, que después se renueva con la práctica cotidiana de cada uno. 

Lo valioso de acudir a un especialista, idealmente un psicólogo, es que hay muchas técnicas de mindfulness y no cualquiera está preparado para acompañar a otras personas, pueden aparecer emociones que afectan la dinámica del grupo y hay que saber llevarlas.