- Por Alejandra Boldo. periodico@elmilenio.info. Participaron: Antonella Risso, Florencia Galo y Sofía Vieites (4to IMVA). Canay Chalub y Fabrizio Huens (4to IENM).
Con más de diez años de trayectoria, Lorena Quevedo, productora y cofundadora de Twins Latin Films, junto a su socio y marido Pablo Di Patrizio, habla sobre la industria del cine en Córdoba y Argentina y la lucha por posicionar al país en el competitivo panorama cinematográfico internacional.

El Milenio: ¿Cómo fueron tus inicios como creadora audiovisual?
Lorena Quevedo: Estudié en la escuela de cine de la Universidad Nacional de Córdoba. Cuando egresé no se hacían películas, entonces fue muy difícil pensar en una salida laboral. Sí había tres productoras de publicidad en Córdoba, así que entré a trabajar en una ad honorem para aprender.
Esa productora amplió sus servicios y empezó a realizar producciones publicitarias en Buenos Aires. Fue entonces cuando me mudé y me entusiasmé particularmente con la dirección de casting. Comencé a trabajar como directora de casting en la empresa Universal Gold Casting y posteriormente en otra productora llamada Film Planet, la cual tenía sedes en Los Ángeles y São Paulo.
Un día recibí una llamada de uno de mis alumnos, Rodrigo Guerrero, quien estaba escribiendo una película, “El invierno de los raros”, y buscaba una productora. Coincidió que en ese momento quedé embarazada y decidí dejar mi trabajo de 20 horas diarias en publicidad. Regresé a Córdoba y me involucré en el desarrollo del proyecto de Rodrigo, quien ahora es director y está filmando su quinta película en Mendoza.
EM: ¿Con Rodrigo hiciste tu primera película?
LQ: Sí. Fuimos los primeros, porque no existía industria en Córdoba. Junto con otros dos productores, nos convertimos en pioneros al generar las condiciones necesarias para producir acá. Iniciamos colaboraciones con el sector público y privado, desarrollamos proveedores y creamos una asociación de productores para superar los desafíos que implicaba producir en una ciudad que no contaba con una industria cinematográfica consolidada. A través de esta asociación, también participo en la formulación de políticas que beneficien al sector audiovisual.
EM: ¿Qué significa para vos “El invierno de los raros”?
LQ: Es como un hijo. Con esa película hicimos todo. Además, fue un gran desafío: se hizo en digital y se pasó a película porque las salas todavía no estaban digitalizadas. La estrenamos en 2011, en el momento bisagra del paso del fílmico a lo digital. En definitiva, tiene todo para ser la obra debut de mi carrera.

EM: ¿En cuál de todas las áreas que incluye la producción audiovisual preferís trabajar?
LQ: Me siento muy cómoda haciendo producción. No existe la película sin productor. Un proyecto comienza a convertirse en película cuando hay un productor involucrado. Antes de eso, es sólo un guion y un director con ganas de dirigir, aún no es una película.
Un director puede querer dirigir, pero necesita una buena historia. Si consigue el dinero para llevarla a cabo, también tiene que pensar en el mejor equipo que agregue valor al proyecto. Además, debe buscar el financiamiento, gestionar la participación de los actores, encontrar locaciones y, lo más importante, establecer la mejor estrategia de distribución y exhibición.
Esto último es especialmente relevante en el caso de películas de autor, ya que la mayoría de las películas que producimos son óperas primas. Estas películas son más difíciles de producir, ya que nadie quiere financiar un proyecto de alguien que aún no ha dirigido nada, es un gran riesgo.
EM: ¿Qué te sucede a vos con las óperas primas?
LQ: Me gusta el desafío que representan. Es más difícil, pero vale la pena. No hay una sola manera de hacer una película y cada quien tiene su idea. Como productora puedo decir si funciona o no. Pero el que viene con una idea nueva y fresca, incluso te pone en el lugar incómodo de tener que probar otras cosas. Eso me gusta, nos mantiene vigentes todo el tiempo.
EM: ¿Cómo definirías tu perfil como creadora, desde Twins Latin Films?
LQ: Somos productores creativos, es decir, no somos los productores que solamente consiguen la financiación para hacer una película. Nos involucramos en los contenidos. A veces estamos años desarrollando un proyecto. Una película se filma en cinco o siete semanas, pero para llegar al rodaje podés estar trabajando tres años. En cine, todo es un proceso que lleva muchos años.

EM: ¿Cuál es la situación actual de la creación de contenidos en Córdoba?
LQ: Hay un gran dilema que tiene que ver con la discusión del arte o la cultura versus la industria. La mayoría de las películas se hacen con apoyo del INCAA, pero nadie hace una película solo con ese subsidio.
Se toman decisiones que no tienen que ver con un sector productivo, con la industria. En el cine se generan cientos de puestos de trabajo, es mucha gente la que trabaja en una película. Creo que en el resto del mundo sí se hizo esa reflexión, incluso está muy vigente el cash rebate, por eso nosotros nos estamos yendo a filmar a Mendoza.
EM: ¿Qué significa eso?
LQ: Significa que me devuelven dinero. Eso se hace en algunos lugares, me reintegran un porcentaje de lo que yo invierto porque estoy generando puestos de trabajo, contratando servicios, etc. Córdoba es una de las tres provincias de Argentina que tiene un plan de fomento propio, que tiene una ley de promoción y fomento audiovisual, pero en este momento no tiene presupuesto.
EM: Por último, ¿cómo se posiciona Argentina en la industria del cine?
LQ: Nuestro país siempre fue prestigioso en el mundo, como creativos, como creadores de contenidos. A nuestros directores, donde viajan, los quieren contratar. Hay muchos escritores trabajando en México. Pero lamentablemente no tenemos el prestigio que teníamos años atrás porque estamos devaluados, no tenemos fondos para coproducir. Sin embargo, seguimos trabajando para recuperar esa reputación.